¿Desde cuando estás en España?
En realidad, hace años que estoy viniendo, y desde 2019 (que yo siempre le digo el año pasado porque 2020 fue como que no existió) estuvimos viajando por todo el mundo con la película El Pozo y vinimos bastante a España, surgiendo la posibilidad de tener un representante aquí. Y a pesar de la pandemia, trabajé bastante. Hoy en día las producciones no son más nacionales. Entonces te hacen castings de cualquier parte del mundo y eso es una ventaja, por lo menos para los uruguayos donde estamos acotadísimos y es difícil entrar a otros mercados.
Gracias a esta película, conseguimos los representantes en España y de hecho uno de mis compañeros vino este año por trabajos y se quedó. Otra de mis compañeras viene ahora. Estamos yendo y viniendo, y esa será la idea. Tengo la ventaja de que mi mujer es española, por lo que no sería un trauma radicarnos acá. La idea ahora es quedarnos hasta octubre trabajando y volver a Uruguay por otro trabajo, así que estaré yendo y viniendo hasta que surja la posibilidad de instalarme aquí. Estoy abierto, pero no espero nada, sin expectativas.
Coruña, donde estoy ahora, es una ciudad chica, pero están filmando muchísimo en Galicia. Hace unos días, me avisó un amigo e hice un casting para una serie, que no estaba ni enterado de la misma. Aquí pasan cosas como en Uruguay, somos poca gente y nos vamos conociendo. Así que terminé haciendo casting en vacaciones. Vine con un plan armado, pero las circunstancias me van sorprendiendo.
¿Tu esposa también es actriz?
¡Por suerte no! (risas). Ayer justo me junté con dos directores y unos actores de aquí y hablábamos de lo mismo. Que no volveríamos a cometer el error de estar entre actores o artistas. Imagínate dos actores, trabajando de lo mismo, peleando por los mismos trabajos, tratando de domar los egos y las inseguridades. Es terrible. Es preferible estar con una persona más centrada.
¿Cómo se vivió la pandemia estando en España?
Nosotros el año pasado estábamos en Uruguay y no íbamos a venir, porque aquí estuvo muy complicado, pero tuvimos que hacerlo porque a mi suegro le dio un infarto en plena pandemia. Hoy está perfecto y está muy bien, pero tuvo la mala suerte de que en pleno pico y ola gigante de COVID tuvo que estar internado.
Fue muy difícil porque acá estuvieron encerrados tres meses totalmente. Sólo podían ir a farmacias y supermercados una vez cada tanto. Acá se controla mucho con la policía. Una de las cosas que más me afecto el año pasado fue el uso de la mascarilla las 24 horas. Tenes que llevarla en el auto porque te multan si ven que no la llevas puesta y vas con gente. Al día de hoy se sigue controlando, aunque se está perdiendo el uso del tapabocas en las calles de Madrid y Barcelona, la gente no lo cumple y han surgido bastantes brotes, pero en Galicia si bien no es obligatorio, la gente lo sigue utilizando.
El año pasado para bajar a la playa acá en La Coruña tenías que adquirir un código QR, entrabas por una “puerta” a la playa y ponías ese código y te decía la parcela donde estabas para estar con mascarilla todo el tiempo. Incluso para ir al agua, tenías que llevarla puesta. Era rarísimo, imagínate la incomodidad de tener eso puesto todo el día y las cosas que también provoca. Mucha gente con dermatitis y demás.
¿Cómo ves la imagen de Uruguay en el exterior?
Hace poco leí en el diario el ranking de vacunación, y la gente a veces te pregunta y no puede creer que durante el año pasado en la ola más cruda teníamos 60 casos, mientras España tenía mil muertos por día y más nosotros que estamos entre Argentina y Brasil. Me preguntaban justo ayer. ¿Cómo hacen teniendo fronteras secas con estos países, que aún siguen muy complicados? Claro que hay un tema de tamaño (cantidad de habitantes) y de organización.
También en Uruguay, no sé por qué, la gente misma se auto confinó sin restricciones, se auto restringió y creo que esa fue la gran clave. Otra cosa que fue notoria fue la vacunación masiva, que es importante para bajar los casos graves. Acá recién están terminando de vacunar a la población de riesgo y hay brotes grandes de gente muy joven, aunque no hay tantos muertos como el año pasado.
Lo que más temor me dio, fue que España, teniendo un sistema de salud de los mejores de Europa, incluso lo público, estuvo al borde de colapsar. Por suerte no pasó, si bien estuvo complicado. Fue un golpe fuerte porque en Europa con sus sistemas sociales perfectos, se dieron cuenta que son vulnerables como en cualquier otra parte del mundo.
¿Cuáles serían los sueños o proyectos de aquí a dos años?
Buenos yo con esta profesión tuve el privilegio, y nunca digo por suerte, porque yo hace 20 años que estoy en esto. Algún día tenía que llegar después de tanto esfuerzo.
Este año trabajé para HBO en Uruguay, cosa que nunca había soñado. También para Amazon, en la segunda temporada de Presidente con un personaje muy lindo, compartiendo con actores increíbles, que nunca soñé conocer y menos trabajar. Esos son cosas que ni siquiera las soñás y de pronto estás allí viviéndolas. Es lo que más me sorprende de esta carrera. En realidad siempre digo que el sueño es poder vivir tranquilo de mi trabajo. Hay un actor muy conocido que decía: “El trabajo de un actor es conseguir trabajo”. Y es así. Pero más allá de que muchas veces hay cansancio, el trabajo es un disfrute pleno. La verdad es que tenemos que hacer muchas cosas, a veces no tan agradables como el trabajo en sí mismo.
Hay un pensamiento en la gente respecto a los actores que viven una vida yendo a festivales, y presentaciones, si bien la pasas bien, también a veces hay cosas difíciles. Por ejemplo, terminas un día de rodaje, muerto de cansado y te sale una cena con determinados productores, y tenés que prepararte, asistir y poner lo mejor de vos cuando en realidad el cuerpo te pide irte a descansar, llegar a tu casa y ponerte el pijama, tenés que volver a vestirte. Además, los actores tenemos esa presión de estar vendiéndonos 24 horas. Estar bien vestido, bien peinado y con tu mejor sonrisa, a charlar, porque de esa reunión puede surgir un trabajo importante. Comúnmente, en los festivales, galas o las premiaciones, lo que se ve no es siempre lo que se siente.
¿Cuándo sentiste que querías ser actor?
Yo creo que siempre lo supe. Nunca hay edad. Un actor siempre sabe que quiere ser actor. Fuera de que hay muchos actores que trabajan de otra cosa, porque no tuvieron la oportunidad, o vivieron en una época en que era muchísimo más difícil conseguir papeles protagónicos.
A mí me gustaba desde chico, era el típico que en todo acto de la escuela me dabas cualquier papel y estaba feliz. Ahora de grande me doy cuenta que siempre necesité como un público. Comencé a los 14 años a hacer teatro y después me fui a Montevideo a estudiar abogacía. Y el click lo hice en un momento, trabajando en un estudio para un abogado y escribano. En plena crisis de 2002, estando allí ganando nada, pensé: No quiero esta vida, no quiero ser como él. Y al final de la carrera, -ya estaba estudiando teatro- y decidí dejar la abogacía. Dije: Quiero estudiar cine, meterme en este mundo, no me importa que la gente me pregunte ¿de qué vas a vivir?
Fue difícil, sí, pero ahora lo agradezco. Siempre recalco que yo tuve mucho apoyo. Tanto de mi familia, mis amigos como de mi pareja y eso es lo que siempre voy a agradecer, porque sin eso, es imposible. Reconozco el privilegio de poder decir, bueno lo mío va por acá y que te apoyen desde todos los lugares. Siempre le agradezco a mi esposa, porque su apoyo también me permite poder dedicarme al 100 por ciento.
¿Qué mensaje final te gustaría dejarle a todos nuestros lectores?
En base a mi experiencia tengo un discurso un poco contradictorio. Porque por un lado, me encanta dar coraje y decir que uno puede vivir de lo que le apasiona, no solo en lo mío, sino en todas las carreras. Que uno tiene que estudiar lo que desea, porque las oportunidades llegan y vas a ser el mejor, porque es lo que elegiste. Por otro lado también reconozco que el apoyo de quienes nos rodean es crucial. Porque en las disciplinas artísticas, con el poco desarrollo que hay en Uruguay, es bastante difícil.
Hoy en día estamos más visualizados. Se está construyendo el polo audiovisual en Punta del Este, que seguramente será un gran cambio para el país tener estudios y una zona de rodajes a nivel mundial. Además, Uruguay es un país chico, con muchas locaciones diferentes, a las que podes acceder en poco tiempo. Por eso filmamos muchas publicidades y ahora con el tema de la pandemia nos ha beneficiado que los países productores como Argentina, Brasil, Colombia y México están filmando en Uruguay. Así que aprovechemos este momento para ingresar al mercado audiovisual mundial y poner todo allí, para mostrar que lo podemos hacer y lo podemos hacer bien.