Consolidada como referente de la agenda vinculada a la salud tras conducir “A ciencia cierta” (2020, en Sarandí), el Gach la eligió para ser la maestra de ceremonia en el homenaje que el gobierno realizó al grupo asesor. Esa y otras experiencias (como su paso por el dial de Maldonado) se resumen en esta conversación que Laura mantuvo con Portada.
-¿Cómo es tu rutina con esta nueva etapa televisiva?
-Es una locura. El despertador suena a las 4:40 en casa. Ahí empieza mi rutina. A las 5:30 paso a buscar los diarios y a las 6:00 ya estamos con Jaime Clara para empezar “Es noticia” (Radio Sarandí). El programa abre el camino al informativo que viene a continuación y yo me quedo en la producción y luego la preparación de la edición mediodía que conducimos con Sergio Silvestri. Luego me voy al canal donde trabajo en la producción.
-¿Es tu primera experiencia en TV?
-Sí. Había participado en un programa que se llama 7AM en TV Libre, con Diego Sorondo, Natalia Gemelli y otros periodistas. Teníamos 20 años y pocos años en aquel momento. Yo había empezado como locutora en Telechat. Aquel programa que iba de madrugada por los canales. Al principio era un lindo programa de intercambio de mensajes, luego empezó a complicarse el tono y el público. Cuando se empezó a complicar, me fui.
-¿Eras la voz de Telechat (2005-2007)?
-Claro. Por muchos años. Al principio fueron dos horas, después cuatro horas y en una época seis horas. Salíamos por VTV, TV libre, el 12 y el 4 desde las 12 de la noche. Pero cuando se empezó a desfigurar, decidí irme. Había personas que me iban a buscar a la puerta. Se había enrarecido el ambiente. Esa hora de la noche concentra gente extraña. Alguna vez me llevaron regalos y tenía que irme acompañada. Pasábamos videos musicales y leíamos los mensajes de la gente. Era radio en televisión. La idea era brillante para la época. La gente en la madrugada necesita compañía y en aquella explosión del mensaje de texto, los televidentes se escribían entre ellos. Yo recibí invitaciones a casamiento de personas que se conocieron por el Telechat.

-Hubo reclamos judiciales en su momento por estafa…
-Sí, el programa de Nacho Álvarez hizo una investigación y denunció las situaciones que había. Hubo juicios de muchos empleados. Yo me había ido para esa época.
–¿Ya habías empezado con el periodismo?
-Sí, con 7AM empecé a engancharme con el periodismo. Aunque en ese momento quedé embarazada y como les pasa muchas veces a las mamás, mi profesión se truncó. Tuve que hacer una pausa de tres años. En realidad, fue una ganancia como madre porque todo lo que hoy no estoy en casa, lo compensé en aquel tiempo. Pude estar con Tiziano toda esa primera etapa. Ahora, con 40 años de edad, estoy a pleno con la profesión. Mi hijo ya tiene 14 años y es muy independiente, lo que me permite estas jornadas tan largas.
-Comenzaste a finales de abril en el nuevo Telenoche con un perfil de informes sobre ciencia.
-Es verdad. En realidad, llevo en el canal varios meses de trabajo de producción, detrás de cámaras. Cuando se decidió la reestructura del noticiero, ahí empecé a perfilarme hacia la ciencia, algo que había comenzado en la radio, con el programa A ciencia cierta, que hicimos el año pasado. Además, Telenoche tenía el programa de que salvo Viviana (Ruggiero) prácticamente no había mujeres saliendo al aire. Ellos querían abrir la cancha y en ese contexto tuve la chance. El primer informe que presenté fue sobre un fármaco que están desarrollando científicos uruguayos contra el COVID-19.
-¿Cómo te sentiste en esas primeras salidas al aire?
-Horrible. Pensé que me iba a dar algo. No lo disfruté para nada. No le conté a nadie. Mis familiares me odiaron porque se enteraron después. Muchos nervios pasé… Pero tuve mucho respaldo de mis compañeros. Desde el gerente Gonzalo Terra para abajo, todos me dieron su consejo y me alentaron. Fue muy importante para mí que a los 40 años entrara en un informativo central hablando de ciencia. Lo vivo como un logro, no solo para mí, sino para todos. Hace poco hice un informe sobre los trabajos que encabeza el paleontólogo Richard Fariña y él lo mandó a todos sus colegas en España, Francia y otros países. Recibí muchas felicitaciones y el comentario: “No podemos creer que esto haya salido en un informativo central” y que haya durado lo que duró, que fueron unos 12 minutos. Es una apuesta grande del canal y yo encajé justo en el puzzle.
-Ya pasó esa primera etapa de nervios…
-Costó, pero sí pasó. Ahora estoy en una etapa de disfrute. No es lo mismo pasar de la radio a la televisión, que a la inversa. Es un pasaje que implica mucho aprendizaje para componer con la imagen un contenido atractivo. Se hace más desafiante en cuanto estamos hablando de algo demasiado técnico y hay que usar las palabras justas. Incluso las fuentes se molestan cuando usás términos demasiado coloquiales, entonces hay que buscar el equilibro. Todos los días aprendo. Con 41 años, estoy como en la escuela.
-Tuviste un pasaje por Maldonado.
-Sí. En 2016 viví en Maldonado porque mi marido tenía trabajo allá. Estuve trabajando en FM Gente y ese pasaje fue importantísimo para mí. Desde Maldonado empecé a hacer salidas para Las cosas en su sitio (Radio Sarandí) y Nacho (Álvarez) me potenció mucho en la parte periodística. Cuando volví de Maldonado, me convocaron para el informativo de la radio. Ese fue un cambio tremendo porque mis comienzos habían sido como locutora.
-Fuiste convocada como maestra de ceremonia del homenaje al Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) en el Sodre en julio. ¿Cómo llegó esa invitación?
-Cuando recibí la llamada desde Presidencia de la República, lo medité mucho pero al mismo tiempo fue un orgullo. Los científicos, con Rafael Radi y Henry Cohen a la cabeza, dieron el sí a mi nombre. De ese día no me voy a olvidar nunca más. Fue un punto importante de este proceso que como decía, quizás llega un poco tarde en mi carrera, pero también con una madurez que me permite disfrutarlo.
