Nos dejaste impactados en ABF. ¿Qué es 5Ritmos y cómo llegaste a esa técnica?
La práctica que hago es coaching de 5Ritmos, pero te cuento un poco como fue este viaje. Siempre fui muy buscadora, tratando de encontrar diferentes formas de entender mi vida, de alguna manera un poco existencialista. Preguntándome… ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Qué hago acá?
No me cerraba mucho por los caminos que iba siguiendo. Como siempre fui buscadora, pero creyendo que el viaje iba por fuera de mí. Por eso fui a la India, volví, estuve un rato en España, y regresé. Estaba buscando el sentido de la vida afuera.
En un momento me encontré con esta práctica de movimiento. A mí me encantaba bailar, pero me di cuenta que no tiene nada que ver con “saber bailar”, sino con poder expresarnos libremente.
Y al encontrarme causalmente en la primera clase – sentí que llegué a un lugar donde cada uno bailaba como quería, no había juicio sobre lo que estaba bien o mal, no había un límite. En esa práctica, lo que sentí es que volví a mi casa. Terminé tan conmovida, había encontrado un espacio donde me había sentido realmente libre. Descubriendo ese día es que el viaje y la búsqueda iba por dentro.
En ese camino, me encontré con el coaching, que de alguna manera también acompaña a encontrar nuestra propia libertad, a ver qué cosas nos condicionan, pero sobre todo nosotros mismos, que nos limitamos por querer pertenecer, o ser de una forma, de una manera para agradar.
Al menos esa era mi vida. Seguí una carrera (y nadie me obligó) pero yo sentía que era la forma de poder pertenecer y ser reconocida. Estas dos prácticas me ayudaron mucho a encontrarme y aceptarme tal cual soy, más allá de la mirada ajena, de lo que yo creía que el otro podía pensar y realmente siento que de alguna forma me salvó la vida, no porque tenga alguna dolencia o problema mental, sino porque de alguna manera no me sentía vibrante y llena de energía.
Así que, de alguna manera ambos caminos son de exploración, nos lleva a autoexplorarnos. Una es a través del movimiento y la otra más a través del lenguaje y el mundo emocional.
Estos nos permiten mirarnos y elegir cómo queremos seguir. A veces estamos en ese automático de la vida y no frenamos. Y no nos ponemos a pensar ¿Qué quiero realmente? ¿Qué es lo que me hace bien? ¿Qué es lo que me hace sentir?
Estanislao, al presentarte en el escenario, invitó a probar estos movimientos para expresar las emociones. Pero me da la impresión que los 5Ritmos van mucho más allá.
Si. El mapa, creado por Gabreille Roth no deja de sorprenderme y de alguna forma en mí se transformó en una filosofía de vida.
Yo miro la vida desde estos cinco ritmos, porque representan un ciclo creativo. Muchas veces pienso “en este momento estoy más “stacatto”, si entro en el “caos”, voy a llegar al lirico. Se convirtió en un mapa de vida.
Esto de poner el cuerpo en movimiento es tan necesario porque somos seres de movimiento y si no entramos al movimiento, nos desconectamos de lo más esencial de la vida. Ahí es cuando todo para mí se desmorona. Cuando me pierdo estar en sincronía con el ciclo natural de la vida, porque absolutamente todo está en movimiento.
Por eso el movimiento nos conecta indefectiblemente con el fluir del universo, pero no desde un punto de vista esotérico, sino como la realidad. Para mi es clave.
Esta práctica no es para cualquiera, como cualquier forma que tengas de ponerte en movimiento (como correr para algunos), me parece esencial para llevar una vida de mayor bienestar. Para mí, bienestar no es siempre estar alegre y feliz, sino también llorar mis tristezas y verme honestamente.
¿Podrías detallarnos cuales son estos ritmos y qué significado tiene cada uno?
Claro! Los 5Ritmos son Fluido, Staccato, Caos, Lírico y Quietud. Son un mapa para cualquier lugar al que deseemos ir y en cualquier plano de consciencia.
Este mapa lo creó Gabrielle Roth, en la década del 60 (ella falleció en 2012). Gabrielle invitaba a la gente a bailar, en California, Esalen, un lugar que es muy emblemático en las búsquedas espirituales.
Lo que ella visualizó y descubrió, es que todo ciclo creativo desde el nacimiento hasta la muerte, los ciclos vitales (una semilla que se convierte en flor), todos, pasan por una secuencia de cinco ritmos y ella lo que hizo fue ponerles nombre.
Empieza por el Fluido, que es el inicio, lo que no tiene forma, es una idea, por llamarlo de alguna manera. En Fluido los movimientos no tienen principio ni fin, es como si estuvieses nadando sobre la miel. Conectamos con la tierra, con los inicios.
El segundo ritmo es el Stacatto, que es cuando esa energía empieza a tomar forma. Entonces, en el movimiento empezamos a dibujar formas más concretas, como la acción. Es llevar tu energía, lo que estoy escuchando dentro de mí y empezar a llevarlo a la acción.
Pero esa acción que empieza a tomar forma en el movimiento, con ángulos más definidos, inevitablemente va a llegar a un momento de Caos (tercer ritmo), de romper estructuras.
Porque vamos creando ciertas estructuras, que cuando llega el Caos, lo que buscamos es romperlas, disolverlas, para conectar con nuestra verdadera esencia.
Cuando ponemos en sincronía mente, cuerpo y alma, es que atravesamos el caos y llegamos al Lirico (cuarto ritmo), que es como un renacimiento, pasando luego a la Quietud (quinto ritmo) que representa el final de un ciclo. Como una oruga que se convierte en mariposa. Primero se encierra en su capullo, luego empieza a tomar forma y viene una transformación, inevitablemente llega el caos donde rompe todo lo que es para convertirse en algo completamente nuevo que es la mariposa, hasta que termine ese ciclo.
Todo el tiempo en la vida estamos transitando esos ciclos. Hay dos muy grandes que son el nacimiento y la muerte, durante el trayecto de la vida vamos viviendo esos ciclos también.
¿Cómo llevas esto en una clase?
Lo que hacemos en una clase normal es pasar por una ola de música, (con música especialmente elegida), que nos acompañe a transitar esos ciclos. La música va cambiando y lo llamamos ola, porque tiene la forma de una ola de mar.
Se inicia suave, luego llega hasta la cima, cuando ves la experiencia, te vas dando cuenta que es el momento previo a que rompa, para luego bajar, hasta descender y disolverse en el mar.
¿Qué puede hacer una persona que siente que está en una inercia en su vida, y no sabe como cambiar ese estado?
Para mi tiene que ver con cada ser. Porque alguien puede estar en la inercia o en un movimiento de manera automática y se siente bien así y no quiere cuestionar nada.
Yo creo que uno tiene que hacer lo que le hace bien.
A mí no me alcanza esa forma de vivir y cuando me descubro así quiero parar, porque soy una convencida de que más allá de donde estemos o lo que nos tocó en la vida, siempre podemos elegir.
Yo tenía una vida que iba para un determinado lugar y elegí una práctica de movimiento, que es una pausa, pero una pausa en movimiento, y que para mí es un atajo donde no puedo mentir.
Por eso trabajamos con el cuerpo, porque no miente. Puedo decir que estoy súper bien, pero si mis hombros están para abajo, mi mirada perdida en el tiempo, vos le vas a creer a mi cuerpo no a mis palabras.
Esta práctica lo que hace es revelarnos el ser que estamos siendo y para mi es el primer paso de todo cambio y de toda reafirmación.
En esta práctica me descubro a mí misma, no quien me cuento que soy, sino que se me revela quien estoy siendo a través del movimiento.
Por ahí quiero mover un brazo y un hombro, pero lo siento duro como desde lo más concreto hasta lo más sutil y emocional. Y cada vez que entro en movimiento se me mueven las emociones y todo lo que estoy dejando quieto pero que en realidad está en movimiento.
Por eso lo que sugiero, es que no necesariamente hagan esta práctica que yo amo y que para mí es fantástica, sino que cada uno pueda encontrar una y ojalá sea en movimiento, para darse una pausa, mirarse, conectarse y elegir como quiere vivir.
También para descubrir que hay que agradecer y parar para sentir. Yo terminé el evento de ABF hablando de eso.
Vivir tantas emociones en esta gama emocional es lo que hace para mí, que mi experiencia humana sea tan increíble. Porque si no sentís, a la vida le falta color y sabor. Es elegir vivir intensamente y yo elijo vivir así. Yo quiero vivir intensamente la vida, y allí cada uno elegirá como quiera vivirla.
Para mi es vital exprimir la vida, sentir su sabor, sentir el dolor. Sentir es vivir, así como sabemos que si respiramos estamos vivos.
Y cuanto más bailo, más respiro y más viva me siento.
Además, descubro bailando que ese estado puedo llevarlo cada vez más a la vida. Porque lo que sucede en la pista de baile es una metáfora de la vida y lo que yo conquisto allí es lo que yo quiero llevar a mi vida. Si me siento cada vez más libre y me permito hacer el ridículo bailando, después me permito aparecer en la vida con lo que soy.
Lo que yo siento con esta práctica es una sensación de libertad total y de éxtasis, siendo sobre ese estado que la creadora de esta práctica Gabrielle Roth, escribió un libro que se llama “Mapas para el éxtasis”.
Y eso me llevo a estar en ese escenario delante de 3.500 personas, mostrándome tal como soy. Claro que siempre doy lo mejor de mí y quiero que la gente conecte, pero siendo yo misma. Es lo que me hace feliz y eso me lo dio la práctica de movimiento.
Un movimiento que busca que te conectes con tu propio ritmo, porque no hay una forma correcta o incorrecta de hacerlo. Entender eso, es como llegar a un lugar donde alguien te dice: ¿Sabes que lo autentico es perfecto? No me tenés que copiar ni imitar. Y eso es siempre muy liberador.
Gabrielle Rothe contó una vez una anécdota, acerca de una mujer que se acerco y le dijo que quería bailar como ella. (Gabrielle era bailarina antes de comenzar con los cinco ritmos) y ella le respondió: Para bailar como yo, baila como vos.
Y eso es una forma de vivir que encuadra todo lo que yo quiero para mi vida y lo que le quiero trasmitir a mis hijas. Atreverse a ser diferente, no para resaltar, sino porque es la forma en que sale nuestra mejor versión. Cuando llego a ese estado, me siento en paz con mis conversaciones y con mis acciones.
Sabemos que estás trabajando en Argentina con clases y talleres presenciales. ¿Haces actividades on line también?
Si total! El Arte de fluir es un programa intensivo que justo empieza este lunes. Arrancamos un taller intensivo donde profundizamos en la práctica y acompañamos un viaje con un coach, Benjamín. Cada día entramos en cada uno de estos ritmos, que está relacionado con una emoción, con un elemento de la naturaleza y un proceso de vida, entonces profundizamos en cada uno de los ritmos y acompañamos un proceso de cambio.
También doy clases on line y grupales pero sueltas, donde lo que hacemos es pasar por esta ola de los cinco ritmos que dura cincuenta minutos.
Siempre hay una intención, una invitación que yo traigo para la clase, pero cada uno viene y baila su proceso, lo que quiera traer para ese encuentro y es algo suelto, aislado, como ir a una clase de yoga. Cada uno vive el proceso que tiene que vivir.
No se me había ocurrido dar clases on line, pero cuando empezó la pandemia, el día 1 comencé a dar clases de esta forma y empezó a conectarse gente de todo el mundo y fue algo muy hermoso. Así que hoy sigo con esta modalidad además de las presenciales, porque la gente que se conecta es la que no puede llegar a la presencial. Hay gente del interior de Argentina, Singapur, Perú de Chile y se arma una tribu muy linda que nos encontramos cada quince días los sábados a la mañana en horario de Argentina.
¿Qué mensaje final te gustaría dejarle a todos los lectores de esta entrevista?
Lo que yo transmitiría a las personas está plasmado en una frase de Gabrielle Roth, que me encanta y que dice: ¿Tienes la disciplina de ser un espíritu libre?
Y con esto quiero decir, que aunque parezca contradictorio, la libertad requiere una práctica y una disciplina para cultivarla; para mantenernos alerta y despiertos.
Deseando y esperando que cada uno de nosotros podamos encontrar una práctica que nos mantenga despiertos, atentos y conectados, para elegir la vida que queremos llevar.