¿Cuándo nace tu interés por la moda?
Creo que desde que era niño, siempre me sentí diferente y siempre sentí que me gustaba la moda y no quería ser igual que el resto.
Mis abuelos me compraban ropa, como a todo niño, y cuando llegaba a un cumpleaños veía a otro niño con una prenda igual que la mía, me sentía mal. Entonces volvía a mi casa y customizaba mis prendas. Les ponía parches, las teñía, o iba a la modista que me hacia los trajes de la escuela, las fiestas de graduación y les llevaba mi ropa para que la hagan diferente. No me gustaba verme como todos los niños, así que desde pequeño me di cuenta de que me gustaba verme distinto.
¿Pudiste formarte en Uruguay?
Bueno estudié leyes por cuatro años, pero el hecho de saber que estudiar abogacía me ataba a mi país era algo que me hizo dar cuenta de que mi camino por ahí no iba. Así que cambié de carrera y comencé Relaciones Internacionales, pero tampoco me sentí completo con eso. Así que comencé otros cursos: Asesor de Imagen, Maquillaje, Fotografía, un montón de capacitaciones, porque también trabajaba como modelo y busqué cosas que me ayudaran a complementar la carrera de modelaje. Luego me di cuenta que este «hobbie» que tenia de ser modelo mientras iba a la facultad, se convirtió más en mi carrera. Comencé a trabajar más en ser modelo que en ser abogado.
Cuando me decidí a estudiar moda, cursé en la UTU pero no me sentía comprendido allí. Mi profesora trabajaba en una marca, una marca comercial, pero yo tenía claro que quería ser mi propio jefe, un empresario y mi líder, la verdad no quería adaptarme a una marca comercial.
Dejé la facultad, mi familia no se alegró con mi decisión, estuve como seis meses trabajando como asesor de imagen y para algunas revistas de moda de Uruguay, portales y otros medios. Tuve como seis trabajos en un lapso de dos años, ahorré y me fui a Argentina, ahí estudié en la EBA (Espacio Buenos Aires) la carrera de Productor y Diseñador de Moda.
¿Hay mercado para trabajar en lo que te gusta?
Creo que mercado hay en todos lados y es trabajo de uno buscárselo. Pero yo siempre tuve claro que quería ser un diseñador internacional, porque para mí la vida se trata de viajar y lo que me catapultó a ser reconocido, es haber participado en la Semana de la Moda en Nueva York.
A raíz de esa experiencia decidí que quería ser un diseñador que trabajara en Fashion Week, presentando -como todo diseñador- dos colecciones al año (otoño- invierno y primavera-verano) y quería estar en las capitales impactantes. Así que fui a Nueva York dos veces, a Paris, Milán, y ahora estoy en Madrid. Siempre tuve claro que mi mercado es el mundo y por más ambicioso que suene, yo quiero vender en todo el mundo. Aunque no sé si quiero vender en Uruguay. Si se da es porque tengo clientas, alumnas, novias y demás allí, pero quiero vender en todas partes del mundo.
¿Cuál fue tu primer desfile internacional?
Mi primer desfile internacional fue en Perú, porque trabajaba con la Escuela de Modelos relacionado a las Misses, la Miss Uruguay y Mister Uruguay. Fashion Week fue la colección más importante, fue Excalibur que lancé en 2018 en Manhattan, en la Semana de la Moda de Nueva York, que marcó mi carrera porque fue la primera, la más grande y la que me abrió un sin fin de puertas.
El hecho de haber pasado un casting muy exhaustivo para estar Nueva York, donde te piden muchas cosas, ayudó a que después en Milán o en Madrid no me exigieron tantas cosas como a otros diseñadores. Habían visto mi trabajo. Si estuviste en New York tienen la visión de que estás preparado para estar en cualquier Fashion Week, ya que la de Nueva York, como la de Tokio y Londres son de las más grandes.
Ser uruguayo y presentar tu colección en Europa ¿Cómo surge la oportunidad? ¿Cómo se concretó? ¿Cómo definís el Fashion Week de la moda?
En un Fashion Week la gente que asiste realmente ama la moda. Son potenciales clientes, fashionistas, que saben lo que va a ver. Saben que diseñador está y van por él. Asisten en esa ciudad porque no es solamente la semana, o el evento. Es moda en la calle, artistas, música en vivo, famosos, celebridades, prensa, etc. Hay mucha repercusión en ir a un evento como este. El Fashion Week para los diseñadores es como Lollapalooza para los músicos. Es nuestro evento del año.
¿Cómo consideras que es el uruguayo y la moda? ¿Se viste bien? ¿Le importa?
Siempre me hacen esa pregunta y quedo como el malo o el antipático, porque en Uruguay no hay moda. Y voy a usar un titular que salió en el Diario El Observador: “En Uruguay no hay moda, somos un rebaño”. Hay marcas muy importantes como Zara o HyM, y la gente se cree que vestirse allí es moda, pero la moda no es usar todos la misma chaqueta.
Si vamos a lo que significa la palabra moda, es el uso repetitivo de algo, como por ejemplo en una temporada usar pantalones rectos o camperas de jean, pero aquí no hay estilo y no hay tendencia. Todos se visten iguales, lamentablemente en Uruguay la gente es muy fría en cuanto a los riesgos. Muchos visten de negro, o grises. Somos un país de grises a pesar de ser un país latino.
Cuando yo estudiaba en la Eba, llegaba a las 8 de la mañana y tenia compañeras con extensiones, uñas postizas, labios rojos y tacones. Compañeros que vestían Gucci, Prada o Chanel. Todos siempre con bolsos de diseñador. Yo siempre bromeo con mis amigos gays que en Uruguay cuando vemos un chico que se viste bien o que tiene estilo decimos; “este chico es gay porque se viste muy bien”.
En Argentina no pasa, porque el hombre argentino es muy metrosexual. Se arregla, se perfuma y hasta se maquilla. No piensan que el maquillaje o los chupines no son para hombres. Es muy lindo y estamos tan cerca de Argentina geográficamente, pero tan lejos de abrir la mente en este aspecto.
¿No crees que en Argentina hay una obsesión con la imagen, modelos establecidos a los que la gente siente que debe llegar?
Argentina tiene un mal muy grande que es Marcelo Tinelli, que pone en pantalla a mujeres con una cinturita inexistente, dos pelotas en los pechos y otras en la cola. O también con un rubio platino inexistente, extensiones grandes y baratas. Venden que eso es ser modelo y no lo es.
Luciana Salazar, Pampita, por nombrarte algunas, no son modelos. Son vedettes o sex symbols. Y a nivel internacional, las Kardashian. Del clan solamente una es modelo, las demás son socialities, empresarias o chicas con dinero; pero no son modelos. Son un prototipo de belleza entre muchas comillas (para mí no lo es), pero al menos el mercado te intenta vender que así hay que ser.
¿Esos prototipos de belleza, llevan a que los jóvenes puedan sentirse patitos feos si no pueden cumplirlos?
Entiendo lo que decís, de sentirte un patito feo porque me pasa con mis alumnas. Y eso es porque se comparan con chicas argentinas, o con mujeres como las que mencionábamos o chicas de Instagram.
También se ve una tendencia a las operaciones para cumplir esos estándares de «belleza», a nivel de ver que algunas personas optan por operarse porque «es tendencia» tener busto grande, o más chico, o cola más prominente. ¿Qué opinas de eso?
Siempre hablo con mis alumnos, de eso. Es horrible, demencial pensar que hay cuerpos «de moda». Suena fatal porque hoy veo a todas las chicas iguales. Todas tienen la nariz muy pequeña, la boca muy inyectada de colágeno, la cintura muy pequeña, la cola muy grande. Todo porque lamentablemente hay un prototipo de cuerpo de moda. Eso es un horror, porque hay gente que nunca va a llegar a ese modelo, ya sea por su contextura o fisonomía y se sienten excluidos, o mal por no poder ser así. En estos tiempos no se entiende que todavía sigan promoviendo esos parámetros, es lamentable.
¿Y respecto al europeo?
A mí me encanta Europa, incluso Barcelona y Madrid son de mis ciudades favoritas. Si bien debería decir que amo Paris, Nueva York o Milán, pero la verdad que desde que llegué la primera vez a Barcelona y ahora que estoy en Madrid estoy enamorado con la gente. Creo que tiene que ver un poco con la cultura, porque son europeos y son latinos. De hecho, si hay algo que me encanta de mi nombre (y estoy agradecido a mi madre que lo eligió), es que Steven representa lo internacional y Vázquez lo latino.
Mi, marca es un poco eso. Soy un diseñador que tiene una visión internacional pero que no se olvida de lo latino. Uso colores vivos y ropa muy sensual como los latinos. Creo que Barcelona como Madrid tienen eso, son europeos, pero con esa picardía o encanto que tiene lo latino.
¿Consideras que hay farándula en Uruguay como para vestimenta exclusiva de diseñadores?
Creo que sí la hay, pero creo que está muy reducida. No hay medios de comunicación que la apoyen. Siempre digo: ¿hay alguien más que Natalia Oreiro o Claudia Fernández? Porque cuando veo las revistas nacionales, solo las veo a ellas en las portadas. ¿Entonces pregunto no hay nadie más que haya hecho algo? Incluso ellas dos tuvieron que salir de Uruguay para triunfar, y ambas lo hicieron en Argentina, porque no las conocían en Uruguay, tuvieron que irse. Yo también tuve que irme de Uruguay para llegar a ser conocido.
Entonces sí que hay, soy amigo personal de Déborah Rodríguez, que rompió su record personal en los juegos olímpicos. Ella debió de haber estado en todas las portadas de las revistas. Paola D Alto, una de las mejores DJs del Uruguay y siento que se hablan de otras cosas, pero no de ellos. Bueno, el mismo Jorge Drexler, que ganó Grammys, un Oscar y ¿quién habla de él en Uruguay?
Cuando le hablo a mis alumnos de Jorge no lo conocen y me decepciona un poco que conozcan a algún cantante de cumbia y no a Drexler.
Ahora si les preguntas si son Team Wanda o Team China, o qué pasó con Icardi, eso sí lo saben. Es raro. Por eso creo que sí, hay farándula en Uruguay, pero no hay medios que apoyen a los artistas y por eso lamentablemente tienen que irse.
Se dice que tu Escuela de Moda es diferente a las demás. ¿Qué es lo que marca esa diferencia?
Yo creé mi escuela de modelos, cuando no era un modelo tipo. No mido 1.80m como debían medir los modelos cuando yo trabajaba, pero era bueno en fotografía o actuando. Desde ese punto quise mostrar que el modelaje no es solamente pasarela, que hay un montón de cosas que se pueden hacer.
Dentro de los 7 años que tengo con la escuela, siempre quise buscar que mis modelos sean modelos a seguir, no modelos de belleza. Buenas personas, educados, gentiles, que tengan un mensaje para expresar, una labor social.
Tengo una psicóloga que trabaja con ellos, para que traten su autoestima. Hablamos de temas como el maltrato de las redes sociales o el suicidio. También de nutrición, del tema de los cuerpos que hablábamos antes. Nos tomamos clases enteras para que cuenten que les pasa.
Tengo el contacto con los padres y les voy comunicando como van los chicos y como se sienten. Tengo dos teléfonos y uno de ellos es exclusivo para la escuela, prendido las 24 horas y me pueden escribir sin importar en que parte del mundo esté para que me cuenten sobre lo que sea que les pasa.
Me siento como una especie de padre para mis alumnos porque me encanta hablar mucho de seguridad, mandar gente que les acompañe en las sesiones de fotos para que no vayan solos, cuidarlos. Hablo con ellos sin tapujos de temas como, bulimia, anorexia, drogas, prostitución: que además existen, que no son tabúes de la moda y que además existen en Uruguay, porque sabemos que hay redes de prostitución, trata, drogas y no tengo miedo de hablarlo con mis chicos.
Siento que tienen que estar preparados, para que, si el día de mañana reciben una propuesta de ese tipo, saber cómo plantarse y decir que no.
Así que mi diferencia con las escuelas de modelos, es que a mí me importa la formación personal, su parte interna. Claro que el exterior es importante porque los chicos son guapísimos y se les enseña moda, maquillaje, peinado y demás. Pero lo que más me importa es que sean bellos por dentro.
¿Esperas ser profeta en tu tierra en algún momento?
La verdad es que me da igual. No es algo que piense ni que desee. Mis metas son ser conocido en las grandes ligas: Estados Unidos, Europa, México, por decirte un país latinoamericano. Si se da en Uruguay va a ser genial. Creo que me enfoco en lo internacional porque sé que si triunfo afuera, como gracias a Dios lo vengo haciendo, en Uruguay se hablará del tema, porque nunca voy a dejar de ser uruguayo y en cada nota hablo de mi país.
Entonces no está en mi querer ser conocido en Uruguay, si se da, bienvenido sea, pero no hago cosas pensando en Uruguay. No me olvido de mi país, incluso tengo negocios ahí y gente que amo.
¿Te gustaría hacer un mega desfile en Uruguay?
No porque ya lo hice. Un desfile en un bosque en Punta del Este, y en El Mirador La Vista y lo di todo, y no tuvo repercusión ni llegada. En Uruguay esta la Moweek que básicamente si no pagas o sos amigo de alguien no entras. Así que no me interesa. Hacemos desfiles para vender y no veo una uruguaya usando mi ropa. Hacer un desfile en el país implica que la gente vaya y compre un vestido, pero creo que no lo comprarían. No quiero show, para eso que vayan a ver teatro danza o música. Si hay desfiles porque con mi escuela de modelos en Hard Rock vamos a hacer la grabación y pueden ver si a mis modelos desfilar. Pero con mi marca no tengo ninguna intención de hacerlo a no ser que sea con un fin comercial. De hecho, en Punta del Este hare un par de acciones, algún te para un hotel, o para una clientela selecta, pero algo así como un Fashion Week o lanzar toda una colección en Uruguay, la verdad que de momento no.
Me encantaría que compartieras con nosotros algunas de las últimas grandes satisfacciones que has tenido en Europa.
Bueno en España me sentí muy querido, porque trabajé con Lara Martorell, actriz de La Veneno, una serie española de la más exitosas en todo el mundo. Su personaje es «la Fanny» y ella vive aquí en Palma de Mallorca y me contactó para decirme que quería desfilar para mí, eso fue fantástico. Ella me encanta pero no me habría animado a preguntarle ni siquiera su cachet, porque es muy famosa. Que ella me haya escrito para ofrecerse a desfilar fue grandioso. Después me escribieron una actriz de la serie Vis a Vis, para estar en mi desfile y Daniela Santiago también. Al final no pudieron llegar porque en Madrid el transito es tremendo pero que me escriban estas famosas es algo fenomenal. También he vestido a dos de las finalistas RuPaul’s Drag Race.
Aquí hay muchos contactos y es distinto a Uruguay, la famosa se comunica con el diseñador para pedir un diseño y quieren pagarlo, cosa que allí no pasa. Todo el mundo vive de canje. Acá el famoso llega y te dice que quiere trabajar contigo, valora tu trabajo y lo paga. Eso es algo que yo nunca había vivido en Uruguay.