En plena pandemia dijiste en entrevista con Gente Uruguay que la población estaba necesitando entretenerse y el encierro había hecho mella en todos. ¿Cómo ves hoy esta situación?
Bueno viste que lo de las habilitaciones es bastante reciente en general, fue viniendo en forma paulatina y se notó una vuelta del público a las salas de teatro, sin embargo, no abrieron unas cuantas salas que teníamos antes; quedaron cerradas, o sea que el efecto secundario de la pandemia fue menos salas y por suerte las ganas de seguir presentando espectáculos siguen vigentes.
El gran tema es que, – salvo algunos casos aislados, – se tiende mucho a hacer espectáculos de poca gente, porque nos quedamos con eso de que no podía haber mucha gente arriba del escenario.
A mí me ha costado mucho la vuelta, volví pero desde el lado de la dirección, me ha pesado mucho tener las ganas de volver a actuar, sinceramente, pero pienso que este año 2022 (y ya con la apertura total) va a ser bien importante para mí, para embarcarme en algún otro proyecto que me permita subirme al escenario otra vez.
¿El teatro logró recuperarse después del golpe recibido durante casi dos años?
No, yo creo que está en vías de recuperación. Definitivamente no logró recuperarse del todo, porque el receso fue demasiado grande y se perdió mucho.
A mí me parece que en todos los aspectos hay que remarla y que va a costar un tiempo considerable volver a armarse. Lo mismo pasó con el carnaval. El carnaval, suele durar mucho, a veces dependiendo del estado del clima, pero en este caso también tuvo que ver con el tema salud de los componentes. Así que me parece que en todo sentido, a nivel espectáculos en general nos va a costar recuperarnos, sin lugar a dudas.
También está esa otra parte, que más allá de la oferta, es cómo encara la gente el tema. Sus miedos, sus angustias y demás. Hubo un crecimiento exponencial de la producción audiovisual, entonces la gente muchas veces prefería “mini” reuniones o reuniones familiares con una buena película. Incluso el cine se resintió muchísimo.
Hace un tiempo fui con mi hija a cinemateca a ver una película y decíamos: ¡cuánto hace que no veníamos al cine! Sentimos como que hacía una vida que no podíamos salir a ver algo.
Este verano tuviste un regreso a tu amor, que fue Buen Día, por Canal 4. ¿Cómo viviste esa experiencia?
Fue precioso, la verdad, no fue como volver a la vieja época de lo que fue Buen Día Uruguay, porque era una revista que tenía otras características y esto tiene más que ver con los formatos que se estilan hoy en día en materia de comunicación, en la mayoría de los programas, como el Buen día de hoy.


Pero feliz, porque me encontré con mis amigos de siempre, porque me sentí cómoda, porque era una dinámica en la cual éramos varios en la mesa para charlar y para intercambiar, también – si se necesitaba- debatir. Entonces me sentí siempre como pez en el agua, respetando mi perfil, mi forma de conducir, porque es la forma que tengo de comunicarme desde hace muchos años.
La pasé muy bien desde el principio, desde el vamos me plantearon que era solamente para acompañar durante el verano, que ya había otro conductor (Jaime Clara), que no iba a poder estar. Así que todo sobre la mesa desde el primer momento. Lo aproveché, lo disfruté. Fue como volver al ruedo de nuevo a ver qué está pasando en este país. Me sentí muy cómoda, fue cortito, lindo y muy placentero.
Sos una mujer muy versátil, productora de radio, conductora, actriz, dictas talleres, sos madre…. ¿Cuál de todas las facetas estas es la que más te atrae? ¿Cuál es la que te hace sentir más realizada?
Son realizaciones diferentes, porque el tema de la maternidad es como el gran proyecto del ser humano, del que quiere tener hijos. Así que es el primero: mi maternidad y mis hijas son mi proyecto de vida.
Son mi súper proyecto y lo demás, mis ganas de hacer cosas que me gustan, de hablar con la gente, de estar con la gente, subir a un escenario, porque todos estos son escenarios diferentes. El escenario de teatro, el escenario de la radio, el escenario de la televisión, de las redes sociales, y todo eso definitivamente, me encanta. Así que me siento bien, bastante realizada en las dos, pero una nunca termina de realizarse, porque todos los días aprendés algo nuevo.

A nivel familiar ¿Cómo compatibilizas tus actividades con las de tus dos hijas?
Yo creo que estoy acostumbrada y me parece que no me salgo mucho de la media del mujererío de este país, de las familias de este país. En mi caso estoy sola, pero bueno, hay mucha gente que de pronto está medio que en la misma.
La ventaja que tengo ahora, es que mis hijas están más grandes, ya una va a la facultad y otra a liceo, entonces tienen otra independencia. En otras épocas me costó mucho más que ahora, cuando eran niñas de pañales, cuando estaban en primaria o en jardín la cosa se complicaba bastante más. Pero fue un tiempo en el que yo contaba con quien fue mi segunda madre, mi madrina, que ayudaba muchísimo en el día a día en la casa, entonces eso me daba la libertad de entrar y salir, trabajar, hacer millones de cosas. Y ahora que mi querida madrina ya no está, bueno, mis hijas están grandes, ya somos un equipo de tres. Nos acompañamos mucho y nos ayudamos mucho, así que he podido sortear las dificultades en las diferentes épocas de diferentes maneras.

SI hoy llegara un productor o un sponsor y te propusieran hacer un proyecto espectacular que vos protagonices tanto en, televisión o radio. ¿Cuál elegirías?
Yo creo que el teatro, me encantaría, me encantaría hacer algo en teatro.
Comenzaste a los 18 años, trabajando con amigos en las tiras de las cooperativas de vivienda que los contrataban, después surgió en simultáneo la murga Contrafarsa. ¿Cuál es tu conexión con el carnaval?
Ahora espectadora y acompañando a los amigos, actores o conocidos que se suben al escenario. Yo cuando hice carnaval tenía 25 años, no tenía hijas y tenía libertad y tiempo. Era de las que llegaba a casa y tenía el platito de comida, pronto, porque tenía toda una familia que me amparaba. Así que ahí di rienda suelta a toda mi creatividad.
A nivel físico también, bailé, canté, actúe, fui muy feliz. Después pasó el tiempo y siempre me están invitando todos los años, pero en realidad, siempre antepongo el tema laboral fijo, que tenga en febrero. Porque no puedo dejar un trabajo fijo, que me resulte en un sueldo todos los meses, por una temporada de un mes y medio.
También tengo que manejar la energía, porque me ha agarrado en épocas en que tengo que levantarme, como en “Buen día” a las 5:00 de la mañana, por lo que no me puedo acostar a las cuatro. No puedo seguir de largo un mes y medio, más de 40 días. Hay un tema de rendimiento y de posibilidades.
Además, el carnaval te exige de octubre hasta fines de marzo, entonces, hoy por hoy, no me rinde mucho irme tanto de mi casa.
La verdad es que también a nivel presupuestal el carnaval tiene eso, de que si surge algún motivo (sea COVID, sea el estado del tiempo, lluvias, lo que sea), se suspende; y si no tenés escenarios, no cobrás.
Y para mí es un trabajo, de hecho hoy no puedo salir de mi casa a trabajar y regresar con las manos vacías, no me lo puedo permitir.
¿Crees en las versiones que dicen que se ha politizado?
Bueno, en realidad siempre en el carnaval se habló de política, lo que me parece que pasó en este carnaval, fue que como estábamos ante el referéndum, con el tema de la LUC se aprovechó la coyuntura para hablar más de esos temas. Porque, justamente, estábamos en un momento de decisión, sobre un tema importante.

Pero siempre el tema político estuvo presente en el carnaval. También depende de cada conjunto. No es lo mismo, por ejemplo, el parodismo que la murga. La murga es la más contestataria, la que va más directo al hueso. Pero, por ejemplo, la sociedad de negros y lubolos no tienen tanto esta dinámica del tema político, pero te repito, depende del grupo. La revista tampoco mete tanto el dedo en la llaga, al menos no tanto como la murga.
Entonces yo creo que depende del cuál de los estilos ves, parece que va muy por ahí, va muy por el momento que estamos viviendo.
¿Que fue para vos Vespertinas?
Vespertinas fue un proyecto hermoso para mí, realmente. Siento que hubo un crecimiento personal, porque me rodeé sobre todo de un montón de mujeres, (éramos casi todas mujeres) muy poderosas a nivel de convicciones, a nivel de arremeter, a la hora de informar.
Era un programa muy dinámico, muy trabajado en él hoy, convocando a personalidades que incidían o que inciden en el que hacer nacional, en el ahora; entonces te obligaba a estar todo el tiempo informada sobre el tema. Pero yo me sentía muy bien apoyada, porque mis compañeras que tenían formación en el periodismo eran realmente muy buenas.
Entonces, si bien cada una tiene un estilo diferente y había temas que a una le gustaban y a otras no, lo íbamos piloteando. Sentí que estaba con un grupo muy fuerte, a mí me encantó Vespertinas, fue una experiencia hermosa.
¿Cómo sintetizas tu presente laboral, lo que estás haciendo ahora?
Bueno, ahora voy a conducir “Buenas Tardes Uruguay” con Leonardo Lorenzo en radio Uruguay, así que vuelvo a la radio a conducir revista todos los días, de lunes a viernes de 14:00 a 17:00 hs. Todavía no hay fecha de comienzo, es un tema de fechas nada más, el programa estaría confirmado. Así que estoy esperando ansiosa eso, y estoy en un momento dedicándome a lo personal, como en tiempos de recambios estructurales en mi casa, con reformas, así que me viene bien concentrarme en eso y después ya salir al ruedo con Leo en la radio, así que nada, una alegría.





