¿Cómo evaluás tu carrera hoy en día donde estás al frente de «Así nos va» desde hace varios años en Carve y también en Polémica en el bar?
Yo me siento muy feliz por lo hecho, digamos hasta ahora. Ya voy diecisiete años trabajando en periodismo. Comencé cuando tenía 20 y la verdad que nunca me imaginé que iba a tener un programa de radio y que iba a estar en la mañana de una de las principales emisoras del país, en horario central. Si bien desde que comencé la carrera me largué a trabajar, siempre tuve objetivos y metas a corto plazo y mediano plazo.
Esta no era una de ellas, si me preguntabas qué era lo que yo aspiraba a los 20 o 21, yo quería ser editora de diario. Me gustó la idea de construir una carrera a nivel de prensa escrita y nunca me imaginé estar haciendo radio o televisión, si bien había comenzado en radio, después me enamoré de la prensa escrita y para mí era como una fascinación ver la redacción, el mundo de los periodistas hasta altas horas de la noche, la verdad, disfruté mucho esto de estar en el diario. Estuve muchos años en El Observador, hasta que llegó una oportunidad de hacer televisión con “Santo y Seña” y me pareció que si llegaba la oportunidad, por algo era, y tenía que tomar esa oportunidad y probar a ver qué tal y era. Fue un lindo desafío para mí, probarme en algo distinto y bueno, a partir de ahí, después llegó la posibilidad de volver para el diario, ya en calidad de editora, lo que para mí era cumplir aquel sueño del comienzo de los 20.
De alguna forma, tome la decisión de volver el diario, y después ha pasado, de todo, porque he tenido trabajos en el medio, han surgido estas oportunidades que han sido tremendamente gratas para mí. Así que yo muy feliz con lo hecho hasta ahora, y hoy en día te diría que tal vez, no tengo una meta específica, sino que me gustaría trabajar para consolidarme en este lugar que ya estoy. Consolidarme en estos dos lugares.
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Siempre fuiste una fiel defensora del rol de la mujer en todos sus ámbitos, pero en tu rubro, el periodismo, diste batalla para que la mujer dejara de ser una suerte de decorado como fue durante muchísimos años, a estar al frente de programas y con responsabilidades concretas. ¿Falta todavía camino para avanzar en la verdadera igualdad de oportunidades?
Obviamente hubo muchas mujeres que fueron nuestras antecesoras, que marcaron un camino. Fueron las encargadas primeramente de abrir las puertas y de empezar a construir ese camino de las mujeres dentro de los medios de comunicación; y creo que cada una en su tiempo, ha tenido diferentes desafíos.
Creo que las mujeres en estas últimas dos décadas, hemos logrado consolidarnos dentro de los medios de comunicación, en un nivel -te diría – que de equidad, en cuanto a las funciones, en cuanto a las posibilidades de encarar los mismos desafíos que los hombres y en igual de puestos de trabajos.
Pienso que el desafío que tenemos las mujeres de mi generación, es profundizar el camino hacia los lugares de toma de decisión en los medios de comunicación. Porque una cosa es estar en los medios de comunicación, en igualdad de condiciones a, -por ejemplo-, un presentador hombre en un noticiero, y eso ya está de alguna forma consolidado. Incluso mujeres hay que encaran y están al frente del noticiero por sí solas, (como por ejemplo Blanca Rodríguez).
Por eso, creo que ahora el desafío de nuestra generación es lograr los máximos lugares de toma de decisiones en los medios, ya sea a nivel de prensa escrita, (que ya hay ejemplos de editora jefa), de gerencias a nivel de noticieros en los canales, de gerencias a nivel de las radios. En la radio, específicamente, en cuanto a la presencia femenina desde el punto de vista periodístico, por ahí está un poco más rezagado, pero hay que seguir insistiendo en esa línea. Creo que las mujeres tenemos que apostar a conseguir esos lugares, donde (como decimos con Vivi) muchas veces de toman las decisiones de los medios de comunicación.
Justamente, haz hecho del periodismo de investigación un aporte fundamental para la democracia. La investigación siempre costó que la apoyaran o llevaran adelante. ¿Cómo ves los avances en ese sentido?
El periodismo de investigación en Uruguay aún sigue dependiendo del esfuerzo, los hombros y el tiempo que le quiera dedicar cada periodista. Los medios de comunicación tienen siempre la lógica de trabajar al filo en materia de Recursos Humanos, entonces tú para hacer investigación necesita profesionales que le puedan dedicar tiempo y el tiempo de esos profesionales es dinero.
Por eso puede ser que los aspectos o las luces, que se han visto en materia de periodismo de investigación han recaído especialmente sobre los hombros y el trabajo extra de los periodistas. Pero no porque haya una verdadera apuesta por parte de los medios de comunicación, digo de forma masiva, obviamente hay excepciones, pero en su gran mayoría no tienen unidades de investigación específicas o periodistas dedicados específicamente a investigar y no a estar con las noticias de coyuntura.
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¿Ves diferencias entre los medios del Interior y Montevideo, respecto a la investigación periodística?
Hay una diferencia sin dudas, entre los medios de comunicación que estamos radicados en Montevideo. La realidad de los periodistas que trabajamos en Montevideo de la realidad que viven los medios de comunicación y los periodistas en otras partes del país.
Es así porque en una gran parte, los medios que funcionan en el interior del país, (en el mal llamado interior, porque a mí no me gusta decir “el interior”) tienen en muchos casos, una gran dependencia de la pauta publicitaria respecto a los gobiernos departamentales, entonces allí se genera una situación de conflicto, para los periodistas lógicamente. Porque la función de contralor puede estar en el interés del periodista, pero no necesariamente en el interés del medio de comunicación, que recibe esa pauta publicitaria para sostenerse.
Nunca tuve la oportunidad de trabajar en un medio fuera de Montevideo, pero sí he tenido la posibilidad de conversar con muchos colegas y conozco muchas situaciones donde, efectivamente es así.
Cuando ese conflicto de intereses tiene lugar, entonces es muy difícil y complejo pensar en realizar una investigación bajo esas condiciones.
En Montevideo la lógica de los medios de comunicación es otra y la pauta publicitaria es otra, el cómo se financian los medios de comunicación es otro y la cantidad de personas que trabajan es mayor, entonces por allí el periodista en ese sentido lo tiene más fácil.
Fuiste quien llevó adelante la investigación sobre el sonado caso del título de Raúl Sendic y después el tema de las tarjetas cooperativas que terminaron con su renuncia. ¿Cómo evaluás el aporte que hiciste investigando este tema y las consecuencias políticas que tuvo?
Creo que el caso Sendic es emblemático, fue un hito, porque nunca había pasado algo similar en la historia de este país. Creo que en verdad al fin de cuentas, terminó funcionando el sistema en su conjunto.
Hubo una primera parte que yo realicé, que fue toda la investigación vinculada con lo del título de licenciado para el diario El Observador, y después lo de las tarjetas corporativas como tú haces mención, fue un trabajo que nos llevó año y medio con Viviana Ruggiero, en la elaboración del libro. Pero creo que también otros colegas hicieron aportes que, al fin de cuentas es lo que nosotros como periodistas, tenemos que hacer: investigar y publicar lo que consideramos que es relevante que la sociedad sepa.
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Entonces nosotros (por nosotros digo, el periodismo) hicimos el trabajo al que estamos destinados, y el sistema político operó, advirtiendo lo que estaba pasando y luego actuó el Poder Judicial en su momento.
También actuó vinculado con las causas que se le abrieron a Sendic. Por eso digo que el caso Sendic fue emblemático y demostró, que de alguna forma en Uruguay, los sistemas de contralor funcionan, y que vivimos en un país con plena libertad de expresión. Porque nosotros no tuvimos inconvenientes al momento de publicar absolutamente nada, y que vivimos en una República donde puede darse un sacudón semejante cómo es la renuncia de un vicepresidente y que el país continúe funcionando.
Sin dudas que fue un caso emblemático y demostró la institucionalidad que tenemos como país.
¿Te cruzaste alguna vez con Sendic o te dijo algo? ¿Sentiste miedo en ese momento?
No, para nada, miedo no sentí nunca. Yo creo que a Uruguay, si algo lo distingue del resto de la región y también lo que ocurre en América Latina en el ejercicio de este oficio, es precisamente la libertad y la seguridad con la que los periodistas podemos trabajar.
No sentí nunca miedo y la verdad, la única conversación que tuve con Raúl Sendic fue cuando lo llamé para que pudiera dar explicaciones respecto a su título de Licenciado en Genética Humana y ésa fue la única oportunidad; porque después que ocurrió eso, en el marco del trabajo con Viviana para el libro de “Sendic, el hijo pródigo”, procuramos entrevistarlo, tramitamos varias veces entrevistas con él, pero siempre declinó hablar.
Más allá de que como bien dijiste, el aparato de contralor en el Uruguay funciona y funciona la justicia. Se manejó que en ese momento, te enteraste que estaban investigando sobre tu vida y decidiste salir a enfrentar la situación, referente a cuando revelaste que eras adoptada. ¿Temías que fuera utilizado ese u otros aspectos de tu vida privada para tratar de desacreditar tu trabajo?
Accedimos a esa información y nos quedamos bastante sorprendidos, porque no teníamos presente que habían hecho como un raconto, no de nuestros perfiles, específicamente del mío. Y una de las cosas que nos enteramos en ese momento, era el dato que les parecía relevante el hecho de mi adopción, lo cual es verdad (me refiero hablando del ex vicepresidente y su entorno). Pero nunca fue una cuestión secreta, ni para mí, ni para mi familia, ni para mis amigos. Era algo que desde chica siempre lo habíamos hablado. No lo había dicho públicamente porque tampoco se había presentado la ocasión, ni entendía que fuese necesario.
Pero no era una información que tú dijeras oculta, entonces lo que si no me interesaba era de que se salieran a jugar con esa carta, porque no sabía cómo eventualmente lo iban a manejar. Por lo cual pensé: ¡pero qué necesidad! Y antes de que estos bobos crean que esto es una herramienta para hacerme daño, (lo cual por el contrario, es algo que yo siento mucho orgullo), les voy a joder el pastel.
Justo tuve la oportunidad de que me entrevistaron en un medio de comunicación y lo deslicé, al periodista le pareció interesante preguntarme más, y hablé sin ningún problema y después lo volví a hablar en otros medios que me entrevistaron sin drama y de alguna forma, si ellos pretendían o si había algún tipo de intención de utilizar esa información como para desacreditarme o desvalorizarme, por el contrario, creo mostré lo que siempre en mi seno familiar y mi entorno más cercano se supo; que para mí el hecho de mi adopción, siempre fue un motivo de orgullo.
Cuando llevas adelante una investigación, ¿qué tanto pesa justamente el tema de la vida privada y de la familia que hay detrás de un político, empresario, sindicalista, etc?
En verdad, la vida privada de los hombres públicos, no debería ser de interés periodístico, siempre y cuando esa vida privada no tenga una conexión al con algo público. A mí la verdad, lo que hacen en sus alcobas, lo que hacen en su vida privada, ( siempre y cuando eso no tengo una conexión con algo que pueda ser eventualmente un delito o que sea algo vinculado con un aspecto público), yo entiendo que no es de interés y no tiene relevancia periodística.
Por ejemplo, me acuerdo del caso de Marcelo Abdalá, que manejó alcoholizado y chocó en pleno barrio de Punta Carretas. El hecho en sí, digamos, es una acción que nada tiene que ver con su actividad sindical. Lo cierto es que él tomó en un ámbito privado y después se subió a un coche y puso en riesgo la vida de todos los vecinos y la de él también.
Entonces, en verdad uno reporta, digamos el hecho en sí, o sea el alcohol y el resultado de la prueba de alcoholemia, los daños que generó y las consecuencias que eso le acarreó, porque Marcelo Abdalá había tomado alcohol. La cantidad de alcohol que tomó, no importa, me es irrelevante. Si fue porque estaba cenando con amigos, estaba pasando un momento angustiante en su vida, o si estaba en una cata, no es importante. Eso es el motivo, lo que lo llevó. Ahora, si alguien lo hubiera drogado (por ejemplo), ahí es otro cantar.
Pero el hecho en sí de la vida privada de los hombres públicos, la intimidad de hombres y mujeres (siempre y cuando no tengan una conexión con la esfera pública), para mí no es de relevancia.
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En una entrevista con Gente Uruguay hace unos años, decías que ser madre era una materia pendiente. ¿Lo sigue siendo? ¿Queda tiempo para el amor cuando la exposición es tan alta como la tuya?
Sí, yo creo que sí, para eso siempre hay tiempo. A ver, a mí me gustaría, sigo con el mismo interés de ser madre en algún momento, pero viste que eso a veces no se planifica, llega. Pero, no ha sido algo que he borrado de mi lista de aspiraciones a futuro.
Si bien ya hablamos de tu trabajo en distintos medios ¿Radio o televisión? ¿Cuál de los dos te seduce más y porqué?
Hoy en día me seduce más la radio, porque “Así nos va” es un proyecto generado con una hermana como Vivian Ruggiero y trabajar todos los días con alguien a quien tú quieres, y haciendo -además- lo que te gusta, deja de ser un poco un trabajo y pasa a ser algo grandioso, porque el trabajo en todo caso tiene que ser algo que te haga feliz. El mundo de la radio para mí es maravilloso, tiene una magia y unas posibilidades increíbles. Hay una forma de conexión con quién está del otro lado que yo la siento de una manera distinta con los tiempos de la televisión, por poner un ejemplo.
La televisión es mucho más rápida, todo es inmediatez, pero desde el punto de vista de lo visual. Si bien tengo la oportunidad de hacerlo, me divierte mucho, me gusta y lo disfruto, es distinto.
En cambio “Así nos va” es un proyecto propio, que nació de nuestras cabezas, de nuestros corazones y que lo llevamos adelante todos los días Viviana y yo.
Entonces si el barco sigue navegando es 100% de responsabilidad nuestra, y si el barco empieza a tener agujeros, hace agua y eventualmente se hunde, también será nuestra responsabilidad.
A nivel de la tele hay otros factores que una no puede controlar. Y las dinámicas son muy distintas, más cuando estás en un programa tan diverso como es “Polémica en el bar”, donde somos muchos y que sale dos veces por semana, que el público pueda estar hoy o no estar. Porque puede haber eventualmente un partido de futbol y la audiencia se afecta. Yo siento más la fidelidad de los oyentes en la radio, porque también estoy mucho más en contacto con ellos que con el público masivo que nos da la televisión; que es maravilloso, pero es amplísimo.
Sos una periodista respetada y a la cual muchos políticos le temen, lo digo porque decís las cosas como las pensás, sentís o investigas. ¿Cómo visualizas el periodismo hoy?
Yo creo que apuesto a ser profesional, a ser auténtica y a mostrar que trabajo bajo ciertos parámetros: primero de profesionalismo y también de libertad. He tenido por supuesto algún problema, te diría a esta altura que con políticos de todos los partidos, no malestares, sino situaciones que no han caído bien, comentarios en fin, pero, no he tenido grandes peleas o discusiones con personas que me hayan dicho; “no voy a hablar más contigo porque faltaste a la verdad, porque mentiste en la investigación”.
Pienso que mi laburo podrá gustar o no, pero es auténtico. Lo que sí creo que logro transmitir, es que yo procuro trabajar de forma profesional, y apuntando a esa credibilidad que entiendo que es lo fundamental para que el periodismo sea bueno. Además, las audiencias confían en esa información, porque al fin de cuentas la información es algo que el ciudadano toma precisamente para formarse una opinión, para definir un voto el día de mañana, porque su cotidianeidad requiere de información, entonces creo que hay que estar y ser profesional al momento del manejo de la información.
Cuando se habla del gobierno viene una catarata de insultos contra muchos periodistas y cuando se habla de la oposición igual. Están los que hablan hasta de periodismo militante. ¿Crees que hay un periodismo militante y una suerte de grieta como pasa en Argentina?
Para mí, si es militancia, no es periodismo. Yo hago siempre esa primera distinción. Si los periodistas son militantes, las dos cosas al mismo tiempo no es posible. Ahora sí, creo que hay periodismo diverso, con diversas miradas, que tienen una visión muchas veces enfocada o haciendo énfasis en la mirada ideológica y de pensamiento político, no necesariamente político partidaria y me parece que es válido, en tanto eso sea transparente y honesto con la audiencia.
Yo no me siento en esa línea, digamos, no creo tener ni representar a ningún pensamiento político en particular. Me gusta en ese caso, ir como que por el camino del medio, porque hay cosas que puedo estar de acuerdo con unos o con otros y al momento de opinar, voy a opinar de acuerdo a mi forma de ver las cosas y de sentir las otras, pero eso es en materia de opinión.
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Y hago esta precisión, porque una cosa es cuando se opina, por ejemplo, en “Polémica en el Bar” que opinamos mucho, pero otra cosa es cuando vos estás brindando información, ahí no hay una mirada política, los hechos son los hechos.
Nosotros como periodistas, lo que tenemos que procurar es tratar de alcanzar todas las aristas que tienen esos hechos, para poder transmitírselas a la audiencia y que, en todo caso, sea la audiencia que saque sus conclusiones.
Entonces, al momento de trabajar una investigación, de hacer un laburo periodístico netamente informativo, los hechos son los hechos. Entonces, sí procuramos alcanzar la verdad de los hechos, esa verdad, seguramente se va a componer de múltiples miradas. Otra cosa es cuando vos opinas y ahí si podés tener una línea de pensamiento política definida.
¿Qué importancia le das a las redes sociales?
Bueno, la verdad que han pasado por distintos momentos mis vínculos con las redes sociales. Hoy en día los veo como herramientas para ampliar nuestras audiencias, y por allí es como lo tomo, como una forma de conectarme, ya sea con los oyentes de “Así nos va”, o con los televidentes de “Polémica en el bar”.
De ahí el poder hacer una conexión distinta y poder mostrar el trabajo de una forma diferente, más allá de lo que se ve por ambos medios.
Hoy lo veo de esa forma. Antes me quemaba la cabeza, salía y en el contexto, contestaba. Pero hoy en día no tengo ni tiempo ni ganas para ir por ese lado. Transmito lo que quiero, y de alguna forma eso las veo como una conexión con las audiencias.
Sos una mujer de logros y dicen que siempre los grandes logros comienzan primero siendo un sueño. ¿Cuál sería uno de tus sueños para el futuro, que quieras compartir con nuestra audiencia?
Te voy a decir un sueño que no tiene nada que ver con el periodismo, pero para mí un sueño sería poder concretar un deseo de la infancia, que es hacer la carrera de arqueología, y poder ir a algún lugar a explorarlo con mi viejo. Eso sería un lindo sueño, no sé si se va a poder concretar, pero bueno si es por soñar, vamos a soñar con eso.