Al exponer en America Business Forum el pasado viernes señalaste que decidiste ser feliz…
Es algo que decido todos los días. Todos tenemos muchos problemas, siempre, pasamos por crisis, a veces las cosas son terribles, pero uno tiene que decidirse a ser feliz, porque al final lo único que puede cambiar en tu vida es la actitud, lo demás (el clima, las circunstancias) van a cambiar solas. Y es muy gracioso porque yo lo he medido en mí misma. Por ejemplo, pienso; no, esto no me gusta. Y al otro día digo: ¡qué bueno esto! ¿Pero qué cambio si eso sigue igual? Cambie mi actitud hacia algo. Entonces he trabajado eso y la verdad es muy importante, para cuando estoy con tantas mujeres todo el tiempo. Con mujeres con tantos problemas gordos, de violencia, de falta de oportunidades.
Es muy importante para generar esos liderazgos, tener una actitud positiva. Primero hay que creérselo y después pasa.
Trabajas mucho con mujeres a las que les cuesta creer en ellas mismas. Pero ¿hay también mujeres que sean en cierta forma “machistas” que se adaptan o que se vencen ante todas esos paradigmas que ya no deberían estar más, respecto a las desigualdades entre hombres y mujeres?
Hay distintos tipos de mujeres, pero si las mujeres que han sufrido violencia, su autoestima está dañada.
Entonces hay que trabajar la autoestima y eso es lo que hacemos en muchos proyectos que tenemos alrededor de la región: trabajamos mucho la autoestima. Por ejemplo; hay mujeres a las que le han dicho: no, vos no podés jugar al fútbol, o no podés ser astronauta o estar en ciencia. Porque es de hombres, entonces eso se trabaja con distintas metodologías y en eso estamos orgullosos porque hemos logrado muchas acciones al respecto y la metodología va creciendo, en la que ellas mismas la van co-creando. La metodología de hacerse esa autoestima, crecer, salir de esa cosa terrible que es la violencia, sobre todo la violencia psicológica. Y no te digo nada, los femicidios que tiene nuestra región, que es un horror.
Pero esa autoestima cuando se va venciendo y cuando van siendo líderes no las para nadie. Son mujeres extraordinarias, pero siempre llegan a los límites en que les dicen que no pueden tener un crédito por ser mujer, entonces siempre existen limitaciones, por eso hay que seguir trabajando y hay que seguir generando cambios.
Yo creo que hay muchas mujeres luchadoras y hay otras que te dicen: yo creo sólo en los méritos. Y ¡claro! Si vivieron en una burbuja siempre, y tuvieron acceso a todo. Por eso es muy fácil hablar así. Esas mujeres machistas son las que no tienen empatía y no se dan cuenta que las mujeres somos diversas y vivimos distintas realidades y muchas no tienen oportunidades. Imagínate por ejemplo darle la oportunidad a una mujer, digamos afrodescendientes que sea discapacitada, que tenga esas interseccionales, que es invisible para la sociedad. Por eso tenemos que luchar, a esas mujeres son las que tenemos que levantar e impulsarlas.
Sabemos que a nivel de Latinoamérica la situación de desigualdad de las mujeres es muy dispareja. Pero en nuestra región: Uruguay, Argentina, Chile ¿En qué proporción estamos de avanzar hacia la igualdad de oportunidades?
Para mí es desesperadamente lento, todo. Yo parto de la base de que los marcos legales son importantísimos, porque generan políticas públicas, generan movimientos y yo creo que Argentina está mucho más avanzado que Uruguay en el tema de paridad política, por ejemplo, están llegando a la paridad (40 y pico, tienen). Pero eso se manifiesta en el poder decisorio. Porque una cosa es llegar a la par y otra cosa es tener ese poder.
Uruguay necesita llegar a esa paridad, necesita avanzar, generar esos modelos de roles. Todavía en la política estamos en pañales, a pesar de que es un país maravilloso y que está avanzando en muchos temas.
Pero la participación de destacar a las mujeres, es importante. Esa visualización es importante, pues todavía tenés “la primera vez que hay una mujer en”… Estamos en 2022 y aún seguimos en ese punto.
Chile está empezando una nueva etapa con un gabinete paritario con muchas ideas. El presidente se declaró feminista, es el único presidente latinoamericano que lo hizo.
¿Y qué significa ser feminista? Significa que, voy a impulsar políticas públicas para la integración de las mujeres en todos los sectores. En la industria, en la ciencia y la tecnología. Y eso es lo que yo decía, estamos perdiendo de crecer porque no estamos involucrando a la mitad de la población.
¿Cuál sería tu sueño para las mujeres de Uruguay y de Latinoamérica?
Para las mujeres de Uruguay, que alcancemos la paridad política, que en las próximas elecciones podamos decir que las listas son paritarias, que haya el mismo número de mujeres que de hombres y que llegue el que consiga más votos.
También creo que Uruguay está en otros aspectos mucho más avanzados que otros países, en el respeto y la consideración de las mujeres, a pesar de que tenemos pocas mujeres en el gabinete. Pero la Ministra de Economía es maravillosa.
Asi que creo que estamos demostrando, que se están haciendo modelos de roles únicos y rompiendo paradigmas.
Nunca hubo una vicepresidente y ahora tenemos una mujer, entonces esos paradigmas que se van rompiendo van cambiando las normas sociales, porque las hijas le van a decir a los padres: mira… yo quiero ser vicepresidenta, presidenta o ministra, y para eso es importante también tener esa figura de que Uruguay está en ese camino maravilloso.
Además, el presidente Lacalle Pou dijo; yo quería una vicepresidente mujer, y él tuvo el coraje de sostenerlo. Y eso es lo que se necesita, políticos con más coraje. Que digan: yo quiero y voy a respetar a las mujeres y voy a trabajar con ellas. Así que Uruguay está en camino.
Ficha técnica:
Vaeza trabajó como Directora de la División de Programas en la sede de ONU Mujeres en Nueva York y se unió a ONU Mujeres proveniente de la sede de UNOPS, en Copenhague, donde se desempeñó como Directora de la Oficina de Servicios de Portafolio Global, a cargo de los resultados operacionales de los portafolios globales de UNOPS y el establecimiento de alianzas estratégicas.
Con anterioridad, fue Directora Regional de UNOPS para América Latina y el Caribe, responsable por un portafolio regional de 270 proyectos en 22 países con un presupuesto total de USD 2.400 millones durante el período 2007-2013 y una ejecución anual promedio de USD 400 millones. Previamente, permaneció durante 8 años en el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (UNDP), donde ejerció diversos cargos: Asesora Senior, Representante Residente Adjunta en Paraguay y Gerente del Programa de Recuperación, Reconciliación y Reforma.
Antes de su incorporación a Naciones Unidas, ocupó diversas posiciones en el Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay, incluyendo Consejera Política en la Embajada Uruguaya en Washington DC y delegada a la Asamblea General de Naciones Unidas. Fue además Representante Alterna del Uruguay ante la Junta de Gobernadores del Banco Mundial.
Es uruguaya, posee un doctorado en Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República del Uruguay y una maestría en políticas públicas de la Universidad John Hopkins en Washington DC.