Estás viviendo en Playa Verde, al lado del mar ¿qué fue lo que te decidió a dejar la capital y venir para aquí?
Para mí el agua es energía, la naturaleza es energía, nos conectamos. Yo me sano con la energía, porque somos una unidad. El mar, el cielo, los árboles, el ser humano, los animales, todos somos una unidad.
Empecé a comprender eso hace mucho tiempo, fue en la pandemia. Ese estado de alerta que fue, no abrazar a mi familia, no abrazar a mi hijo Santi que ya estaba viviendo en Montevideo, a mi madre. Fue un replanteo de eso y me puse a estudiar. Me dije: ahora no hay excusas porque tiempo tengo y pensé: ¿qué me falta, que quiero? Y comencé con Tai Chi, que es un arte marcial con múltiples beneficios tanto a nivel corporal como mental, por la parte de meditación que incluye, combinando de forma armónica tres fundamentos en los que se sustenta que son, el movimiento corporal, la concentración mental y la realización de una respiración consciente.
Se trabaja desde tu interior al exterior, aprendiendo a realizar formas que en yoga se llaman asanas.
Yo siempre fui por ese camino, comprometiéndome terminarlo y lo hice con un maestro de aquí, el Shifu Rubén Martínez, Director General del Instituto de Cultura China en Uruguay, Doctor de Medicina China. Fueron muchos años y todavía sigo aprendiendo.
¿Ya sos instructora?
Si. Pero todo fue a su tiempo. El maestro me decía que tenía que empezar y de a poquito me animé. Me dieron la posibilidad de instruir en el Castillo Pittamiglio, que es un lugar muy energético y como el Tai Chi tiene mucha alquimia, entonces ahí disfruto mucho. Tanto sea con una persona como con cinco o seis. Es sumergirme en ese sendero nuevo, en ese camino que va con mi esencia.
Siempre tuviste actividades de gran exposición y dando mucho hacia los demás, porque desde la comunicación, desde lo artístico siempre se brinda mucho. ¿En este nuevo camino, también aportas, pero desde una conexión más espiritual, más profunda?
Sí es otro de ida y vuelta, no desde el “envoltorio”, sino desde tu interior. Trato de conectarme de esa manera, desde ese lugar.
Hacen ya 15 años que empecé con Henri Gelencser, después con Solange Gerona, siempre tratando de descubrirme en la parte espiritual. Creo hacer ese tipo de talleres y descubrimientos en estados elevados de conciencia, es como hacer 20 años de terapia en un día.
A mí me faltó siempre eso, y lo pude lograr cien por ciento estando fuera de Montevideo.
Pero a su vez tengo “mis ojos”, que están allá, que es Santiago, entonces viajo todo el tiempo y ahí noto la diferencia.
Soy una mujer adulta y ya puedo elegir dónde vivir, sin descuidar a mi familia, que para mí es el eje principal.
¿Tu hijo está totalmente enfocado a la música?
Sí, Santiago tiene una meta clara, quiere ser concertista de piano y estudia muchísimo por día. Es realmente admirable porque él no empezó desde chiquito como yo que empecé ballet a los 6 años.
El inició sus estudios de piano a los 18, hoy tiene 22. Se dedica con pasión y esfuerzo, porque la práctica es la continuidad y Santiago practica unas seis horas por día.
¿Cómo logras el clima en tu programa Laura Contigo, que es más una charla amena que una entrevista en sí?
Exacto, eso es lo que quiero que se refleje en la familia, para que no sea algo muy estructurado. El televidente quiere verte como “la pifiaste”, como te equivocaste, como te reíste, cómo tenías que mandar un corte y no era.
Buscar también lo que la otra persona no se animó a decir, porque le parece que la televisión tiene que ser algo muy estructurado.
Yo no soy periodista, soy comunicadora, o sea que no tengo otra forma de hacer televisión, yo me muestro como soy, me gusta ser auténtica.
La idea surgió porque hacía un programa en canal 10 que se llamó “Laura en tu casa”, que era sobre ejercicios, calidad de vida, salud física y mental, que es lo mío.
De ahí surgió la idea y la primera entrevista fue a Eduardo Elinger, que era director del Banco República, le hice la nota y en un momento lo tenía haciendo ejercicios de yoga.
Él los hacía perfecto, pero al final de la entrevista nos pidió que sacáramos la parte de los ejercicios, porque no iba con él.
O sea que Canal 11 primeramente quiso ese formato, pero vio que el otro funciona bien, que era una charla amigable entre dos personas, desde mi lugar, pero sin ejercicio. Así surgió.
Sos una mujer que siempre se ha destacado por su carisma, talento, profesionalismo, pero también por su belleza. ¿Es un peso o una presión sentir que tienes que estar siempre impecable?
Es una presión impresionante, el estar flaca, además porque la televisión te engorda, estar perfectamente maquillada (o más o menos) porque para evitar ir a la peluquería, muchas veces me arreglo yo. A mí me encanta la ropa informal, pero yo soy responsable del personaje que creé.
Desde el show del mediodía cuando aparecían Daniela Marotta y Laura Martínez, y el tema era ver que tenían puesto. Por eso digo que yo misma lo generé.
Eras una chica guau!
Era una chica guau y tenía que estar guau. Pero esa en realidad no es mi esencia. A mí no me importa lo que se usa, lo que marca la moda y la tendencia, ese estar aggiornada en cuanto a la estilo y color de pelo; pero como yo generé ese personaje, tengo un respeto que le debo al público, porque he tratado de salir más natural y no se me ha aprobado. Así que tengo que seguir con “el envoltorio” que yo misma creé, el cual es un personaje, pero lo otro soy yo.
Siendo mujer, ¿es difícil mantener una carrera con éxito en los medios? ¿Es verdad que a los hombres les resulta más fácil?
Yo creo que sí. Nosotras somos más castigadas y más juzgadas, creo que eso viene desde hace mucho tiempo. Se ha logrado un poquito mejorarlo, pero creo que no nos perdonan tanto y quizás las mismas mujeres, quizás son las que más nos envidian y nos critican.
¿Pensás que faltan mujeres en cargos decisorios en los medios?
Mirá yo no conozco ningún gerente general de un canal que sea mujer, por ejemplo.
Si miras retrospectivamente tu carrera. ¿Hay algún punto que haya sido especial para vos?
Sí, hay uno un poquito, un tanto amargo. El no haber seguido trabajando con los niños. Era una etapa que había que superar, pero no fue de una manera digna, sincera. Yo quería continuar con la Barra bochinchera. Como soy una mujer adulta, siempre me iba a rodear con gente aggiornada, con chicas jóvenes, tengo esa capacidad de no ser la conductora principal.
Trabajé 25 años de mi vida dando clases, con niños, los amo y tenía esa ilusión.
Y estuvo ahí y después no estuvo, entonces eso me costó, porque bueno, somos humanos, estuve veinticinco años.
Empecé cuando todavía no había cumplido dieciocho y estuve hasta los cuarenta y cinco años en la tele, es mucho, como que crecí allí.
Sé que es una frase muy trillada, pero éramos como una familia. Muy amiga de la vestuarista, de la maquilladora, de la gente del piso.
Siempre hablas de tu familia ¿Son un pilar importante para vos, te ayudan a llevar cuando hay sinsabores en la carrera profesional?
Tengo tres hermanos varones espectaculares, son todos muy sensibles y el vínculo que tengo con ellos es maravilloso. Puedo decir con orgullo que mis padres nos dieron la mejor educación en valores.
Mi madre es una fenómena, sigue integrando la Comisión de Derechos Humanos y también sigue integrando la revista del patrimonio. Ella es profesora de historia e instructora de yoga. Es admirable, un ejemplo de vida casi con 85 años. Y mi padre también, fueron grandes referentes para nosotros. Sabes qué satisfacción es para nosotros ser cuatro hermanos unidos así. Eso maravilloso. Mi familia es todo para mí, después todo lo demás va y viene.
Y hablando de lo que va y viene cómo está tu corazón al día de hoy?
Está en paz, afortunadamente.
Solía decir Rita Hayworth: los hombres se acuestan con Gilda y se despiertan con Rita, un poco haciendo referencia a que en sus relaciones, los hombres se enamoraban del personaje. ¿Alguna vez te paso eso?
No puede ser más clara la frase de Rita. Sí, a veces se enamoran del personaje. Viste que hay personas que se fulminan por un gran amor. Lo hemos pasado, por ahí en la adolescencia o un poquito más grande.
Creo que es muy difícil el desapego, siempre cuesta mucho. Pero sí buscas tu camino por otro lado, creo que es posible de lograr.
Para algunas personas lo más importante es el amor, para mí lo primero es mi hijo Santiago, segundo es mi familia y tercero es mi trabajo. Increíblemente el amor de pareja está en el cuarto lugar. En el primer lugar siempre vamos a estar mi hijo y yo, mi familia y mi trabajo, porque es lo que me hace feliz. Encontrar un alma gemela, puede que si como que no.
Estamos terminando el verano ¿cómo fue la experiencia de Punta es Nigth?
Fue una muy buena experiencia, trabajar con Patricio Giménez y con un equipo genial.
Luego de la pandemia y unos veranos muy difíciles, al fin pudimos vivir una temporada a full, plena de eventos, actividades y con el de canal hemos cubierto todo. Trabajamos con mucha alegría.
¿Hay algún sueño, algún deseo que anhelas en tu corazón para tu futuro próximo?
El sueño a nivel personal lo tengo con mi hijo. Me encantaría escucharlo y que su padre lo pudiera ver.
Eso sería mi mayor deseo, mi mayor alegría, felicidad como lo quieras llamar.
Y después pedir siempre lo más simple: que es la salud, personal y para mi familia. También que la gente tome conciencia que tener poco es tener mucho. Que tener poco económicamente, es mucho si tenés salud, si tenés amor.
La pandemia marcó un hito en la historia de la humanidad. ¿Como ves el mundo en su globalidad en este momento?
Lo veo desgarrador. A mí la guerra me liquidó, interiormente con mucha tristeza, digo. ¿Cómo puede ser?
Hay muchas cosas que no entiendo. ¿Cómo puede haber tanta hambre, tanta injusticia social, esta guerra…?, tanta gente hueca, te puedo nombrar una cantidad de cosas que todavía no logro comprender.
La educación caducó, por ejemplo, como para mencionarte algunos de los temas que más me preocupan.
¿Cómo podemos hacer para cambiar el mundo? Con amor, con sensibilidad.
Fijate el maltrato animal, todo lo que estamos viviendo con las granjas de sangre, la sangría de yeguas, que son un verdadero horror y de una gran crueldad. Te puedo nombrar una cantidad de cosas. Y digo ¿cómo se siguen metiendo estas cosas debajo de la alfombra? Todo lo que no se resuelve y viene desde hace años. Y somos un país chico.
Mucha gente va a ver esta nota, y se están enterando de este cambio de vida tuyo. ¿Qué consejo le darías a una persona que está pasando un mal momento, o no ha encontrado el rumbo en su vida?
Yo les diría que salir a caminar despeja, el aire cura. La pandemia nos encerró mucho así que salgan Que traten de vencer los miedos y valorar lo positivo de la familia, de las personas cercanas.
Hace mucho mal hablar de todo lo negativo. Hace mal hablar del pasado y más hablar mal de ese pasado.
Tratar de no enfocarse en qué va a pasar porque la preocupación depende siempre de lo que paso atrás, de todo el sufrimiento pasado y de lo que va a venir.
Tenemos que valorar el presente. Y a pesar de las dificultades ver esa parte positiva de la vida que nos da energía. Tener ese impulso, gratitud y la templanza. Porque somos existencia, conciencia y dicha. Cosas que me han acompañado mucho.
La espiritualidad lo es todo y es importante tratar de ser felices, aun en los momentos difíciles.