En diálogo con Portada, habló de su presente laboral, su familia y el amor por su profesión.
En el mes de marzo llegaron a Montevideo y ahora harán una doble función en Punta del Este.
¿Cómo estás viviendo el presente de la obra?
Estamos muy felices y contentos con el resultado de Los 39 escalones. Es tanto lo que nos reímos y la pasamos tan bien, que estamos sólo divirtiéndonos. Poder lograr eso con la profesión y el oficio que amás es algo que no tiene precio.
Tuvimos la posibilidad de hacer 10 funciones a lleno completo en Montevideo y la verdad que pudimos ver la reacción y ovación del público cuando terminó la obra; eso es lo que te llevás y estoy encantado. Ahora nos toca llegar a Punta del Este y lo que veo es que hay una continuidad extraordinaria en cuanto a la apuesta y su consolidación como una plaza teatral.

Descríbenos tu personaje. ¿Cómo se relaciona con los demás integrantes?
Mi personaje es el que lleva la trama, se llama Richard Hannay y es un hombre con una vida aburrida hasta que conoce a una misteriosa mujer que dice ser espía. Cuando la lleva a su casa, ella es asesinada. Antes de que se pueda dar cuenta, se encuentra perseguido por una organización llamada «Los 39 Escalones» que no le perderá pisada en una cacería humana por todo Estados Unidos.
A partir de ese hecho que ocurre ni bien empieza la historia se ve metido en un thriller y una locura que lo lleva por un montón de lugares, situaciones increíbles y a cruzarse con un montón de gente interpretados por tres monstruos en escena como lo son Guillermina Valdés, Maximiliano de la Cruz y Fredy Villarreal.
¿Qué les genera el salir de Argentina y, en este caso, encontrarse con el público uruguayo?
Al público yo no lo defino por el hecho de ser de un lugar. Es la gente que está sentada en la platea y lo que tiene esta obra es que me ha garantizado que se descostillan de risa y yo vengo a ser como un testigo privilegiado de un hecho teatral maravilloso. No sabes lo que me río y me divierto y todos los días no pasa lo mismo. Dentro de este mundo loco y con las cosas que están pasando, poder vivir esto es un montón.

¿Podrías definir a los tres actores que te acompañan?
Los definiría como tres animales impresionantes en el escenario. Con Guillermina (Valdéz) me llevé una sorpresa porque tenía muy buenos comentarios y la había visto en teatro, pero una cosa es verlos cuando estás en la platea y otra es observarlos sobre el escenario y compartir una gira las 24 horas del día. Son maravillosos artistas y mejores seres humanos, puedo decir que desde que los conozco no tuvimos ni un sí, ni un no.
¿Cómo definirías lo que está pasando con el teatro en Argentina?
El presente teatral en Argentina es impresionante, fundamentalmente porque veo infinidad de obras en todas las salas, incluso no pudimos conseguir sala para Los 39 escalones -que es un éxito rotundo- porque están todas ocupadas y llenas de gente que está yendo al teatro. El presente es maravilloso porque no es el presente que está pasando Argentina. Es otra realidad. Nuestra realidad económica no va de la mano con lo que se ve y eso en definitiva me alegra muchísimo.

Como protagonista de tantos éxitos de ficción. ¿Qué pasa con la televisión?¿Hay menos novelas?
No es que haya menos telenovelas, por supuesto que hay menos ficción en la televisión abierta pero es porque empezó a registrarse un cambio de paradigma donde toda la ficción se volcó a las plataformas. No es que hay menos trabajo sino que está en otro lado. Eso cambia hasta la forma de presentarte a un casting y todavía hay mucho por descubrir.
Quizás hasta hay más ficción que antes. Lo distinto es que antes tenías cuatro lugares a donde ir y hoy tenemos más productoras que están trabajando y lo que subsiste en televisión es Adrián Suar: un hombre que no para y es el último gran bastión de la televisión abierta.

¿Qué sentís cuando te nombran la cantidad de éxitos de los que fuiste protagonista? Chiquititas, Muñeca Brava, Yago, Pasión Morena, 099 Central, Padre coraje, Sos mi vida, Vidas Robadas y Farsantes, por decir algunos.
No puedo creer que hice todo eso. Cuando lo escucho no caigo. Me ha ido tan bien que no lo extraño porque amo haberlo hecho, me divertí y mantengo el recuerdo de todos los compañeros que tuve. Me gusta mucho sentarme a disfrutar de esos recuerdos porque hay mucha gente con la que trabajé en esos momentos que ya no está.
¿A nivel personal cómo es tu presente?
Con María Susini (esposa) nos elegimos todos los días con más fuerza que cuando nos conocimos, estamos unidos y hemos sido bendecidos. Tengo tres hijos que son la luz de mis ojos y no le puedo pedir más a la vida. Mis hijos ven el cariño que la gente me brinda en la calle porque el público todavía tiene en la memoria esas tiras que nombramos y uno a veces hasta se asombra. Mis hijos saben que todo eso nos permite el presente que tenemos.

¿Seguís haciendo música?
Siempre. Cada día. La música, al igual que el teatro, cruza mi vida todo el tiempo. En mi casa el saxo está armado y cuando está fuera del estuche es porque realmente lo estás usando.
¿Cómo te llevas con las redes sociales?
Me llevo bien principalmente con Instagram. Me llevaba bien con Twitter hasta que lo dejé de usar. Miro para chusmear porque está todo ahí, te da la posibilidad de mirar todo en el teléfono pero soy buen administrador de mi tiempo. El mundo y la vida son muy maravillosos como para estar todo el día mirando un aparato, hay que levantar la vista y ver más allá.
Te diría que si ves a alguien en Punta del Este que está mirando el teléfono en vez de contemplar el atardecer es porque está mal.

