Luego que el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco declarara a la Iglesia de Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes, obra del ingeniero uruguayo Eladio Dieste, como Patrimonio Mundial de la Humanidad, la subsecretaria de Educación y Cultura y presidenta de la Comisión Nacional de Uruguay para la Unesco, Ana Ribeiro, afirmó que la distinción implica un gran compromiso de gestión y es un orgullo para el Estado uruguayo.
Ribeiro recordó que este nombramiento se suma al Paisaje Industrial de Fray Bentos, que integra la Lista de Patrimonio Mundial desde 2015, y al Barrio Histórico de Colonia del Sacramento, reconocida por Unesco en 1995. Además, la organización había reconocido dos bienes inmateriales de valor universal: el tango, en conjunto con Argentina, y el candombre. “El reconocimiento de todos esos bienes implica una muy buena posición de Uruguay”, señaló.
Asimismo, indicó que, además de la alegría y orgullo que genera, la distinción implica un enorme compromiso porque la organización establece las pautas de la preservación que se espera desde el Estado, y, de no cumplirlas, el bien puede ser retirado de la lista. “Lo que viene ahora es un enorme compromiso de gestión”, puntualizó.
La subsecretaria explicó que el Estado se compromete a mantener el valor del edificio sin permitir su deterioro, y ayudar a convertirlo en un bien identitario de la colectividad. Agregó que la gestión se realizará en conjunto con la Iglesia Católica, por ser la propietaria, y con organizaciones civiles de la comunidad.
En cuanto a lo expresado por el organismo internacional, Ribeiro sostuvo que el mayor énfasis correspondió al sistema constructivo de Dieste, considerado por los expertos como un ejemplo emblemático de la aplicación de una nueva técnica: la cerámica armada, que el ingeniero desarrolló a partir de una tradición milenaria. “Es un sistema económico y natural, que se puede construir aquí o en África, en cualquier lugar donde haya tierra”, manifestó.