Mientras en el Uruguay futbolero, todo el país está pendiente de lo que suceda este jueves con el duelo entre Peñarol y Nacional, por Copa Sudamericana, en otros países del continente también se juega la Copa Libertadores.
El martes, por ejemplo, At, Mineiro recibió en Belo Horizonte por el partido de vuelta de octavos de final, a Boca Jrs, con el arbitraje del juez uruguayo, Esteban Ostojich.
Como sucedió en el partido de ida, los xeneizes se vieron perjudicados por el VAR. En ambos duelos, a través de la utilización de esta herramienta, los jueces anularon los tantos por detalles apenas perceptibles. En el caso de Ostojich, que venía de hacer la final de la Copa América, le anuló al club argentino un tanto por offside que fue prácticamente imperceptible.
Sin embargo, luego de chequear por sugerencia de los otros jueces a cargo del VAR, el árbitro oriental decidió anular el tanto anotado por Marcelo Weigandt. Iban 68 minutos y el score después se mantuvo en blanco. Esto derivó en ejecuciones desde el punto y ahí se impuso el Mineiro por 3 a 1.
Culminado el encuentro se registraron bochornosos incidentes en el vestuario entre dirigentes y otros seis integrantes de la delegación del plantel boquense (Gayoso, Somoza, Cascini. Rojo, Izquierdoz, Villa, Zambrano y Javi García) con la policía brasileña.
Todos ellos debieron declarar y, por tal motivo, Russo decidió demorar la partida del plantel rumbo a Buenos Aires. Un escándalo dentro y fuera de la cancha, que quedará grabda en la triste historia de la Copa Libertadores.