Tuvo varias chances, hasta un penal en el primer tiempo para ponerse a tiro de clasificación, pero el equipo de Mauricio Larriera no supo aprovecharlas y quedó eliminado contra At. Paranaense que se impuso por 2 a 0, en Curitiba.
Así las cosas, el 20 de noviembre el conjunto que dirige Paulo Autuori disputará la final de la Copa Sudamericana, en Montevideo, contra Bragantino en un final 100% brasileña.
El jueves, para llegar a la instancia decisiva, al furazao le bastó un ataque en el primer tiempo iniciado por David Terans, que transformó en gol Nikao a los 23’. El aurinegro pudo llegar a la igualdad transitoria (y quedar a un gol de forzar los penales), cuando derribaron a Ramos en el área local. Cepellini tuvo la oportunidad desde los 12 pasos pero pateó al medio, a las manos del arquero Santos.
Esa incidencia le puso punto final a la serie, más allá que quedaba un tramo del primer tiempo y todo el complemento.
Sin fuerza anímica, Peñarol no pudo llegar con peligro al arco rival que, sin buscarlo demasiado, llegó al segundo tanto de la mano de Pedro Rocha. Sí, el mismo que había anotado el gol del triunfo hace siete días en el Campeón del Siglo. Peñarol redondeó una buena Copa Sudamericana, inimaginable antes del inicio de la competencia.
Sin embargo, acumuló una nueva frustración internacional a nivel de clubes que el fútbol uruguayo padece desde hace 33 años.