Participará de las piernas 6 y 7 de la Clipper Round the World Yacht Race, por lo que actualmente cursa el entrenamiento en Portsmouth.
Haciéndose un tiempo entre sus jornada de entrenamiento Lestido envió un mensaje muy emotivo
“Luego de pasar varias cuarentenas y pruebas de COVID (negativas todos, por suerte), pude subir a uno de esos monstruosos veleros de 68 pies, en los cuales se entrenan todos los tripulantes que participan en la Clipper.
Fue increíble la experiencia vivida durante la semana, el primer día me encontré con doce extraños de distintas partes del mundo y un inmenso barco. Siete días después, ese velero se había convertido en mi casa y estos desconocidos, en parte de mi vida.” – expresó.
Durante los primeros días recibió una gran cantidad de información relativa a la seguridad a bordo. La atención al detalle y la fuerte exigencia de los protocolos de seguridad son la única manera posible para lograr que personas que nunca han navegado en su vida puedan cruzar un océano, o dar la vuelta al mundo.
“En lo personal, fue bastante exigente aprender todos los protocolos y los distintos nombres sobre los sistemas de seguridad que tenemos.
Creo que la experiencia náutica adquirida antes de empezar el primer nivel fue importante para sobrepasar algunos de los desafíos que se me presentaron durante esta semana.” – agregó.
“Tener el conocimiento previo sobre los nudos necesarios en cualquier embarcación, puntos de navegación de un barco y el trimado correspondiente de cada vela fueron claves para afrontar los desafíos que se me venían. Todos estos conceptos básicos que aprendí durante mi etapa de Optimist fueron muy importantes para enfrentar este desafío.
Vivir a bordo de un barco con doce personas que acabas de conocer es bastante más difícil de lo que imaginé. Tener una actitud proactiva y entender que cada tripulante está viviendo esta experiencia de una forma distinta, fueron puntos claves para mantener una buena armonía arriba del barco. Nunca pensé que el aspecto social sería tan relevante como los conocimientos técnicos en esta experiencia. Trimar una vela o saber llevar el barco con rachas de 35 nudos, se vuelve igual de importante que aprender a manejar las emociones y el relacionamiento con el resto de la tripulación.
En definitiva, lo aprendido en esta semana no se refiere solo al ámbito náutico. Hay tantos componentes técnicos y situaciones sociales con las que lidiar, que al final del día navegar se convierte en un aspecto más de lo que toda esta experiencia involucra.
Estar en este lugar representando a mi querido Yacht Club Punta del Este, en el cual me crié y en donde conocí amigos que conservo hasta la actualidad, me enorgullece y me motiva a mejorar día tras día.”- afirmó.
Desde aquí estaremos pendientes del recorrido del Punta del Este, y de los resultados de nuestra gente en cada pierna de la importante competencia.
