Con camisetas, gorros, vuvuzelas, caras pintas y lágrimas de emoción se vivieron ni bien finalizó el partido que consagró al vecino país como nuevo campeón del mundo.
Al grito de «vamos, vamos argentina» los conductores de automóviles acompañaban con bocinas a lo largo de la rambla Lorenzo Batlle en la zona de la Brava.
El partido, no apto para cardíacos, se vivió en todo Punta del Este en la Box, Bigote, Il mondo della pizza y la Plaza de los Artesanos, donde en menor medida, y huyendo del sol, decenas se congregaron a vibrar con los penales.
Acto seguido el monumento a la Mano se colmó de festejos, incluso varios subieron a los dedos y otros monumentos en el Paseo de las Américas para gritar al ritmo de los cánticos que no se detuvieron un instante.
La pasarela de madera que rodea el monumento y los alrededores fueron literalmente copados por ciudadanos argentinos y uruguayos que en menor medida acompañaron desde los balcones agitando banderas o saludando las columnas de argentinos que fueron llegando a un lugar que se ha transformado en un clásico de este mundial de Qatar para los festejos del vecino país.