Según sostiene el texto del documento del instituto, el ascenso de la pobreza tiene especial impacto en la niñez y la adolescencia de nuestro país. Algunas de las cifras que recoge el estudio señalan que de los 66.000 pobres más, en el entorno de 21.000 tiene menos de 18 años, alcanzando el 32% del aumento de la pobreza a explicarse por la caída en la misma de niños, y adolescentes.
Asimismo, se sostiene como distintivo estructural de la pobreza uruguaya la incidencia especial sobre las minorías étnico raciales, en especial sobre la población afro, donde la pobreza es 9,3pp superior que en el parámetro poblacional. Así mismo tiene especial impacto sobre los hogares con jefatura femenina, superando en 1,6pp al parámetro registrado para los hogares en general y 3,3pp a los hogares con jefatura masculina.
Por último, el trabajo del equipo técnico del ICUDU sostiene que «es posible afirmar que, el proceso de ascenso de la pobreza se da en un escenario de aumento de la desigualdad y concentración del ingreso, con impacto no solo en momentos de retracción económica como el vivido en 2020, sino también de recuperación, como el registrado durante 2021. En ese sentido se puede concluir que la recuperación no está repercutiendo en los sectores más vulnerados de nuestra sociedad, concentrando sus frutos en los sectores de mayores ingresos».