La cifra inicial era de 40 millones de dólares. Por otra parte, se supo que las obligaciones financieras pendientes de pago ascienden a 48 millones de dólares, correspondientes al fideicomiso y deudas comerciales con contratistas.
Así fue anunciado por el presidente de Antel, Gabriel Gurméndez, quien dijo que la cifra equivale a casi un año entero de las inversiones de la empresa estatal.
Sobre la valoración del gerenciamiento del proyecto, los planes de contratación y el control de los presupuestos, las autoridades informaron que cuando se aprobó la iniciativa existía un plan de negocios incompleto, la construcción se inició sin un cronograma, ni plan de calidad, ni de presupuesto financiero.
El informe indica que hubo debilidades en la gestión del proyecto, falta de definiciones en controles y procesos, una matriz de responsabilidades incompletas, dificultades en la gestión de riesgos, falta de cronograma maestro completo e indefinición del alcance.
Todo parece indicar que se fue gastando a medida que fue necesario. “La idea se lanzó sin un claro rumbo de cuánto iba a costar, adónde se quería ir y cuánto tiempo eso iba a determinar”, señaló el titular del ente.
Gurméndez agregó que, durante el primer año de funcionamiento, por el Antel Arena hubo pérdidas de más de un millón de dólares y que ahora el destino es incierto por causa de la pandemia de COVID-19.