Fue un fin de semana diferente para todo aquel que se lo propuso. El clima invitaba a estar bajo el sol, pero hubo muchos que optaron por ir hasta el Centro de Convenciones a escucharlo.
Jordan Belfort, conocido como “El lobo de Wall Street” estaba acá. Fue un evento exclusivo desde la mañana al mediodía y luego con ingresos más accesibles.
No solo fue escuchar cómo logró hacerse multimillonario en poco tiempo, sino que sus consejos para emprender cautivaron a los presentes, que no se movieron de sus sillas durante varias horas.
Para Belfort, que lanzó algunos tips, lo importante, como todo en la vida pero casi nunca ejercido, es fijarse un punto de partida, real, sincero, honesto. Pensar donde estamos parados, pero sin mentirse.
Saber cual es nuestra vida y nuestra economía. Un sinceramiento de la situación solo para uno mismo.
Después proyectarse hasta donde uno quiere llegar, que lo denominó con una V, es decir tener Visión.
Solo allí se podrá poner el GPS para iniciar el camino.

Dividió la estrategia en dos caminos, uno interno, que es el que recién explicábamos y personal. A este paso lo denominó, Estado.
En ese mismo punto, el interno, sumó las creencias, que es lo que impiden muchas veces a la gente avanzar, o que la limitan.
El tercer punto es poner el foco en lo que se quiere, ver donde se quiere llegar y no tener miedo.
Si se pone mal el foco el resultado es nefasto. Puso como ejemplo volar en helicóptero. Si no se tiene la visión hacia adelante y no hacia abajo se puede volar, caso contrario se van a estrellar.
Pidió tener visión láser.
Finalmente habló de los estándares que hay que tener, que son puntos inconscientes para poder triunfar.
Definir esto es clave, cada uno lo hará desde su interior, para unos llegar a tener 10 mil dólares puede ser la meta y para otros más de 10 millones.
Toda esta combinación, decía el Lobo de Wall Street, lleva al mundo externo, que es donde se aplica todo lo interno que se mencionó.
Es el mundo real, el mundo empresarial, donde hay reglas. Belford decía que si no se siguen las reglas se fracasa.
Allí entran las estrategias.

“En los negocios hay reglas y estrategias, los negocios tienen reglas, si se rompen van a sentir dolor y eso lleva a la quiebra” decía.
No obstante, también quitó dramatismo al fracaso porque hay que aprender a fallar de manera elegante.
Si uno tiene una idea debe buscar la forma de llevarla adelante, pero si fracasa recomienda tomar otro camino, pero no lamentarse. Hay que probar hasta encontrar la fórmula.
“Cuando empiezan negocios se van a equivocar más veces de las que acierten, no sigan con la misma mala idea” recomendó.
Una idea mala no se puede hacer buena, pero de vez en cuando hay algo que puede escalarse y llevar esto a las estrellas.
Hay que esperar y llegado el momento despegar. Aconsejó una y otra vez, no se aferren a malas ideas porque eso no les permitirá crecer y les traerá temor.
Pidió jugársela, disparar alto, tener metas altas. Lo resumió en una frase “ la gente muchas veces llega a sus metas, pero no son ambiciosas y eso no les cambia la vida”.
Habló de Uruguay y pidió aprovechar sus fortalezas como país.

Sin embargo dijo que ha que visualizar pensando en negocios fuera de las fronteras para ser aun más exitoso.
Insistió en la visión que hay que tener, y dijo que eso es una decisión personal, porque cada visión es propia.
En particular él recomienda una vida nivel champagne, pero muchos que la desean tiene vida de cerveza y esto se debe a que una cosa es la visión y otra los parámetros.
Los que viven creyendo en una vida champagne, pero se conforman con no avanzar, son eternos soñadores y se pierden cosas.
Hay que ser congruente en querer vida de champagne, tener la visión de champagne e ir por ello.
Las metas te conectan con dónde quieres llegar, sostuvo.
Señaló como un error que muchas veces no se monetiza el tiempo. Dedicar horas y horas a algo que no da resultados es perder el tiempo.
Pero también pidió aprender a monetizar lo que uno tiene, si lo logra puede encontrarse el camino, si no, pidió dejar de intentarlo.
Puso el Ejemplo Google, que no hace dinero por motor de búsqueda sino por publicidad.

También aconsejó no marearse con un concepto equivocado, porque el número de empleados de una empresa no equivale al éxito y hay varios que creen que cuanto más grande mejor.
Recomendó dar un paso atrás, ver el bosque, preguntarse si tiene sentido lo que se está haciendo e ir por ello.
Monetizar lo que se ha creado se logra dando un paso atrás primero para pensar en grande.
En Uruguay no hay excusas, remató.
Es imperdonable no ser exitoso en Uruguay. Finalizó con un consejo que quedó grabado en todos, “Cuando uno no tiene opciones es porque no las ha buscado” y señaló que hay que trabajar duro porque sino el éxito no se alinea.
Su frase preferida dio vuelta la sala también «he sido un hombre rico y un hombre pobre, y elijo ser rico».
Casi sin querer habían pasado más de tres horas y los presentes seguían atentos a su visión y consejos.
Hubo ganas de más, pero el Lobo seguirá entre nosotros porque se manifestó amante de Uruguay y Punta del Este, donde dijo, no descarta comprar una propiedad.