Emanuel nos encantaría hacer un poco de historia, y que nos cuentes ¿cómo de empleado pasaste a emprendedor y luego a empresario de éxito, speaker y capacitador?
Fui empleado 16 años de mi vida, trabajé en una empresa de servicios donde me pude posicionar muy bien y ya estaba casi “jubilado” a los 30 años. Y digo “jubilado”, porque arriba mío sólo estaba mi jefe. Ganaba un buen sueldo, tenía la “seguridad” de ese sueldo de empleado y 30 años. Entonces me sentí un poco (esto puede que suene agresivo) como muerto en vida. Pensaba: ¿“esto es la vida y todo lo que lo que voy a ganar? ¿esto es lo que voy a poder ahorrar, lo que voy a poder proyectar?
En ese momento mi esposa María, queda embarazada de Nacho, nuestro hijo. Nos casamos cuando yo tenía 23 años y ella 20, y comencé a pensar qué clase de padre quería que viera mi hijo, ahí es donde hice un “clic”.
Yo tenía un “chip” mental y te aclaró, el chip mental de empleado, donde el trabajo significa 8 horas de mi vida por día para cumplir sueños. Y yo tenía ese “chip” porque así fui educado por mis padres.
Soy muy trabajador: trabajo, trabajo y trabajo, pero ahora lo hago desde otro lado, no tanto emprendedor, sino como empresario. Sigo trabajando a full, pero ya para el mi futuro y el de mi familia.
Tuvimos que hacer cambios, pero de hecho ahora estoy acá hablando con vos y veo a mi hijo y a mi mujer, que está trabajando en la misma empresa, nuestra empresa de “Vamos bien Marketing Digital”. Trabajamos juntos, ella es socia y es dueña.
Ahora que mencionas a María de los Ángeles, tu esposa, ¿ella te ayudó a dar ese paso, ese salto?
Si, ella fue crucial en mi decisión, porque tuve que renunciar a mi trabajo, a la seguridad del sueldo y allí, además tuve que empezar a capacitarme.
Con mis 30 años ya había dejado 5 carreras. De los 20 a los 30 había estudiado periodismo Deportivo, Psicología, Letras, Cine y también comencé Administración de Empresas, pero nada me llenaba y no me veía nada de eso por ahí, lo que más me acerca hoy en día es el periodismo, por una cuestión con la comunicación.
Así que a los 30 no tenía ningún título profesional y descubrí ahí, casi por casualidad, el mundo gigantesco del marketing que en su momento era marketing tradicional. Vi el incipiente marketing digital y dije: “bueno, voy a ver esto”.

No visualizaba en ese momento lo que estoy viviendo 11 años después, era casi como un juego y mi mujer ahí me apoyó.
Recuerdo que el primer curso para capacitarme, valía 500 dólares, me los prestó ella. Para mí es muy importante aclarar eso, porque fue darnos una oportunidad, tomamos una decisión juntos y hoy estamos juntos en esto.
Mi hermano Francisco, que es un joven de 29 años, empresario, es mi socio en Vamos Bien Marketing Digital, venimos caminando juntos desde sus 18 años, tiene 11 años de experiencia y es un joven empresario con un futuro brillante.
Así que María de los Ángeles, Francisco y yo conformamos algo muy piola, venimos
desde abajo, clase media trabajadora y hoy, seguimos siendo clase media, pero con la posibilidad de poder proyectar cosas diferentes en un futuro, y Uruguay ahí tiene un rol clave.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos, como sigue la historia después de tu capacitación?
Bueno, cuando dominé una herramienta, me empezó a ir bien y esa herramienta era hacer publicidad efectiva en Facebook, no existía Instagram, ni Whatsapp en ese momento. Cuando lo dominé de hecho, era aún empleado, ahí me di cuenta que tenía algo y tuve una intuición que me decía que tenía que enfocarme en eso.
En ese momento Nacho tenía un año, estaba limpiando una habitación de mi casa mientras escuchaba un audio libro de T. Harv Eker, “Secretos de una mente millonaria”, y él dijo una frase que me partió la cabeza: ¿A cuántas personas estás ayudando a; ganar dinero, a cuántas personas estas ayudando a bajar de peso, a cuántas personas estás ayudando a ser más feliz?
En mi caso, la respuesta a esa primera pregunta fue, a mi jefe.
Yo ya sabía usar la herramienta, pero no tenía ningún negocio en donde practicar, entonces ahí tomé coraje y me fui a una agencia de autos en Mar del Plata, y le digo: “Yo te puedo vender autos usados” y lo dije con una autoestima alta, con una gran confianza, porque en la venta, sino transmitís seguridad, confianza, no funciona.
Él me dijo, no tengo plata pero si querés venir y hacer un video no tengo problema, y lo hice. Yo puse la publicidad en Facebook con mi plata.
Me arriesgué a hacer esto para alguien que no conocía porque confiaba en la herramienta. Y la campaña fue un éxito, porque al ver el resultado me dice: “che la verdad fue un éxito, vendimos como 5 autos” y me preguntó: ¿qué hacés?, ¿quién sos?
Bueno y ahí ya le cobré y ahí el me hizo un video testimonial. Ese fue el comienzo, ahí fui a otro cliente y otro, y en un año y pico, ya tenía como 20 clientes en Mar del Plata, pero aún conservaba trabajo como empleado.
Salía a las 18:00 hs a atender a mis clientes de mi emprendimiento de marketing digital y llegaba a mi casa a las 11 de la noche.
Fueron cuatro años de muchísimo sacrificio, pero por cuestión del destino, me reconocieron como Mejor Emprendimiento en Redes Sociales, y tenía que ir al Consejo Deliberante a recibir un premio. Por ese motivo tuve que decirle a mi jefe que no podría ir a trabajar, porque debía ir a recibir un premio y él me preguntó de qué se trataba. Le conté y él fue clave también para mí, porque en lugar de enojarse conmigo (yo era gerente de la empresa y tenía a mi cargo una unidad de negocio), o de ponerme trabas, me dijo: “Andá y después hablamos bien”. Eso me motivó a hablarle luego y decirle que quería dedicarme a lo mío.

O sea que cuando renunciaste la herramienta que usabas para trabajar, era básicamente la de publicidad efectiva en Facebook. ¿O ya manejabas alguna otra?
Solo Facebook, de hecho cuando nació mi hijo yo no tenía Facebook. Quería contar esta alegría hermosa que estaba sintiendo, así que me hice un perfil, agregué a amigos y familiares, unas 80 personas para subir la foto de Nacho y ahí arrancó. Por eso siempre digo que mi primer día de uso de redes sociales fue el primer día de vida de mi hijo.
Cuando renuncié al trabajo yo tenía mis clientes a los que gestionaba las campañas publicitarias. Ya me pagaban un mensual y honorarios, así que ganaba bien. Pero a mí me encanta capacitar, viajar, me gusta conocer personas, entonces decidí empezar a dar cursos.
Los primeros cursos eran chicos, incluso un cliente mío de Mar del Plata me prestó una oficina para uno de cuatro asistentes, y lleve a dos hermanos para hacer más número.
¿Cómo seguiste después de esos seis clientes en Mar del Plata, a los cientos que reunís en Paraguay, Uruguay y por supuesto en Argentina?
Salimos de Mar del Plata, fuimos a Tandil y empezaron a aparecer alumnos que querían contratarnos y yo ya estaba a tope. Francisco también, ya tenía sus 30 clientes.
Me puse como meta la capital porteña, por eso del refrán que dice: Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”.
Yo sabía que hasta que no diera un curso en Buenos Aires, estaba jugando en la B, porque el argentino en marketing digital está muy bien posicionado a nivel Latinoamérica y en Argentina todos los mejores están en Buenos Aires.
Esa era mi visión que no estaba errada, entonces intenté cuatro veces y las 3 primeras tuve que suspender. La cuarta logré un curso con 25 personas y para mí eso fue un hito. Desde allí seguimos creciendo y ya llevamos más de 50 cursos dados y los de Buenos Aires ahora son de un mínimo de 100 personas.

Sos un speaker reconocido y lo que llamamos un “nómada digital”. Pero una de las cosas que nos llaman la atención fue respecto al “click” que tuviste, de la idea de ayudar y compartir.
La gente decía después de un curso conmigo, “me encantó. ¡Cómo explicar que por fin entiendo!”. Entonces empecé a creérmela un poquito, en el sentido de saber que era bueno comunicando, que tenía un don y a partir de ahí pensé: Mas allá de la humildad y del bajo perfil, soy bueno en esto, Dios me dio este don, lo siento en las entrañas, siento que soy bueno. Tengo muy pocos dones y un montón de defectos, pero los pocos dones que tengo los empecé a potenciar. Estudiando, tratando de ser cada vez más profesional, cada vez mejor, pulirlo y cuidar ese don.
Si yo ayudo mañana a 100 personas acá en Montevideo, con que 20 puedan aplicar y hacer mejorar su negocio, a mí el universo me lo devuelve por 100 veces en todo aspecto, no sólo en lo económico.
Y respecto a lo de nómada digital es porque me gusta viajar y si es con mi mujer y mi hijo mucho mejor.
Amo dar cursos, entonces encontramos en este concepto de familia nómada digital. A esto se une otro concepto que es el de Workation (la unión de las palabras work y vacation). Por ejemplo, mañana trabajo mucho, doy un curso y termino muerto, pero después tengo viernes a domingo para vacacionar en Punta del Este, antes del lunes que doy otro curso.
Laburo muy fuerte y el martes y miércoles me voy a Colonia, eso es ser Nómada Digital. Por ejemplo, ahora mi mujer está trabajando con un celu y con la compu, yo estoy trabajando con un celu. Tengo a mi equipo en Argentina trabajando con la compu y mi hermano también trabajando con una compu. Con Whatsapp tenemos control de todo y eso nos da una libertad de acción que nos permite ser libres financieramente.
Si yo mañana me tomo 20 días y estoy en Uruguay, pago mis cosas y mi empresa sigue funcionando, entonces soy libre financieramente y también tengo libertad de acción.
¿Cómo fue que se te ocurrió “cruzar el charco” y venir a trabajar a Uruguay?
Una vez que pudimos conquistar Buenos Aires, nuestra gran prueba de fuego, pensé que quería expandirme fuera de Argentina y el primer país extranjero donde hicimos un curso fue Uruguay.
Hace 6 años empezamos a dar el primer curso aquí y para nosotros fue como estar en. “Disney”, porque también tuve (con mi hermano y mi mujer) esa intuición en las entrañas, que teníamos que venir.
Y esto hace 6 años, al final del segundo gobierno de Cristina, que no pensábamos que Argentina iba a estar como está ahora. Sabía que no iba a ser fácil hacer pie en otros lados, pero estaba convencido de que teníamos que empezar por Uruguay, nunca había venido, pero sentía que era aquí dónde debíamos comenzar. No era Chile, Bolivia, Paraguay ni México, era Uruguay.
Desembarcamos y nos estamos afianzando y de hecho yo tengo una empresa uruguaya, tengo RUT, para poder facturar los cursos y también a los clientes que tenemos en el país. No solamente que me gusta tener todo en regla y ser prolijo, sino que creo que todo lo que das vuelve. Con todo lo que me está dando Uruguay siento que de alguna manera yo puedo dar algo bueno tributando aquí.

Me siento tan cómodo aquí, que estoy feliz de tener mi empresa y creo que algún día vamos a vivir en Uruguay.
Uruguay fue como la primera pata que pusimos fuera, así nos abrió el mercado latinoamericano. Nos levantó la confianza y la autoestima y comenzamos a dar cursos fuera de Argentina, luego apareció Paraguay, donde nos fue muy bien y fuimos a Chile, Bolivia, Perú, Colombia y México tres veces y nos va muy bien, pero siempre volvemos a Uruguay, que fue la plataforma del despegue, hacia Latinoamérica y es el lugar donde menos extranjero nos hacen sentir.
Somos muy agradecidos a Uruguay porque es un país que nos está dando trabajo y todos sabemos que el trabajo es dignidad.
¿El curso que impartiste en Punta estaba dirigido a emprendedores pero puede aplicarse también a emprendimientos online, o proyectos intangibles, (por ejemplo para asesores, coach o terapeutas que deseen hacerse conocer a través de las redes?
Sí tal cual, yo creo y siempre digo en mis cursos que hacemos foco y zoom en una herramienta dentro del marketing digital, porque el marketing digital es un mundo muy amplio.
Vamos a ponerle al alcance una herramienta que es la de publicidad en Facebook e Instagram y cómo usar Whatsapp Business. En realidad es un curso de ventas, entonces a mi curso puede ir cualquier persona al que le interese validar como vender.
Si bien vas a aprender a vender a través de las redes sociales, también vas a aprender a vender; porque en el curso hablamos del comportamiento humano, además de marketing y de ventas offline, de cómo funcionan las personas en un proceso de ventas. Y obviamente que hablamos y mostramos la herramienta, pero lo mejor que tiene es esto de poder llegar al segmento de público ideal para tu emprendimiento.
Por ejemplo, si tu terapia holística ayuda a eliminar el estrés, la herramienta permite segmentar para que tu anuncio de un taller o de una consultoría online le llegue al que está pasando por una situación de estrés con la palabra clave (por ejemplo, estrés).
Uno puede segmentar si a esas personas que el algoritmo sabe que por algún motivo están relacionadas a la palabra clave (estrés) entonces tiene altas chances de que tu publicidad la vea la persona correcta.
Esto aparece (y seguramente te ha pasado a vos) que “casualmente” la red te pone publicidad de los temas que te interesan o te gustan o que estuviste buscando.
Bueno en este caso, no es la Ley de Atracción, es el algoritmo funcionando.
Eso es lo que nosotros dominamos hace 11 años y que enseñamos y transmitimos a otros para que puedan amigarse con la herramienta. Yo hablo en una forma lisa, llana para que lo pueda entender desde un joven a mi tía de 60 años.
Está claro que todo tiene una curva de aprendizaje y que no existen los milagros, pero las persona que van al curso pueden entender, pueden empoderarse, porque pueden saber y entender cómo funciona, y luego esas personas pueden hacer su propia campaña.


¿Cómo funciona la agencia Vamos Bien Marketing Digital?
Bueno comenzamos con mi hermano Francisco Trpin, solos y nadie más, pero con el tiempo crecimos y hoy somos un equipo de 22 personas que atendemos 300 clientes de 7 países, la mayoría de Argentina y Uruguay. Tenemos dos oficinas en la ciudad de Miramar, estamos creciendo y estamos muy orgullosos de generar mucho empleo, para jóvenes que están trabajando en Argentina. Hoy está todo muy complicado para conseguir un trabajo y un sueldo digno, y en la agencia trabajan, tienen un buen sueldo y puede progresar y están mejorando su calidad de vida,
Entonces, por un lado está la parte de la capacitación que me permite viajar y por otra
se generan potenciales clientes para la agencia, todo cierra.
Fueron muchos años de sembrar, pero con el tiempo se ven los frutos, como en la fábula del bambú japonés, que me encanta, que dice que durante 7 años parece que el bambú no crece, pero pasado ese tiempo creció 30 metros en seis semanas.
Así fue con nosotros más o menos, cuando Nacho tenía su año a 7 de vida, empezamos a ver ahí como necesitábamos más gente y así mis tres hermanos trabajan conmigo, además de mi mujer, amigos, mi sobrina y 5 primos forman parte de la empresa.
Así fuimos creciendo y seguimos haciéndolo, pero siempre con la misma humildad. Nosotros nunca decimos, somos los mejores.
¿Cómo te definirías?
Me siento un trabajador. dentro del marketing digital. Ni siquiera me queda cómoda la etiqueta marketer, hoy me considero un empresario.
Obviamente tengo una empresa de servicios de marketing digital, pero sí por ahí la etiqueta que más cómoda me queda es la de empresario.
Por eso me gusta definir como pasé de empleado a emprendedor y de emprendedor a empresario. Son 11 años de un camino muy lento en el crecimiento, pero muy sano seguro y firme.
Y también honesto, porque para nosotros la honestidad no es solo una palabra, es nuestra filosofía de vida.
Mi forma de transmitir motiva a las personas. Hablo claro para que la gente entienda.
Muestro una herramienta en vivo, no hay PowerPoint ni discursos. Mis cursos son en vivo, con la herramienta en vivo, que a veces falla si se cortó internet, pero en vivo.
A la gente le gusta eso porque ve que soy genuino, que no estoy estafando, que no estoy engañando, que no robo, es más, quien va a mi curso, si no le gustó al finalizar pide la plata y se la devolvemos. Desde que arrancamos llevamos capacitados a más de 15.000 emprendedores online y presencial.

Desde que comenzó el furor de los influencers, de pronto personas que tenían 1.000 seguidores en Instagram pasan a tener en poco tiempo 30.000 seguidores, muchos de ellos comprados. Mi pregunta es: A efectos comerciales, de resultados de ventas. ¿Es realmente tan vital tener miles de seguidores o tener un crecimiento orgánico y hacer campañas efectivas es más eficiente?
Te respondo con un caso concreto, un cliente de Mar del Plata, tiene un taller de colocación de equipos de GNC para automóviles (gas comprimido), nos convocó porque quería conseguir más clientes para su taller.
Nos dice que no tenía Facebook ni Instagram y no entendí mucho del tema, pero estaba decidido a hacer su campaña en redes con nosotros. Así que armamos una Fan Page, y una cuenta de Instagram. Él estaba decidido a invertir en publicidad, porque entendió cuando le explicábamos que si no hacia publicidad iba a estar muy limitado el alcance orgánico de las redes (que es casi cero y más para un taller de GNC).
Empezamos un trabajo en equipo y cuando le armamos la Fan Page, tenía cero me gusta. A los dos días tenía 3 me gusta, (el de la mujer, el del empleado y nosotros le regalamos 3 o 4 más) y arrancó la campaña, el primer mes vendió 5 equipos, que para él era un montón.
Ahora para responder tú pregunta puntual, sí, para mí la importancia real comercial de la cantidad de seguidores es casi nula. Te digo que tiene mínima importancia, pero realmente hoy hay cuestiones más importantes a los fines de vender.
Puedo entender que por una cuestión de ego es importante la cantidad de seguidores, no es mi caso, pero sé que hay gente que quiere tener más seguidores que la competencia, que no le importa más nada. En la agencia tenemos clientes que nos piden sólo campañas para tener más seguidores y nosotros le explicamos que es perder plata. Y cuando se dan cuenta, vuelven por las campañas de ventas.
Mi Instagram tiene 18.000 y pico de seguidores y en Facebook unos 31.000 y ninguno de esos son productos de campaña para sumar seguidores, claro, ¿cómo se sumaron? Son personas que vieron mi publicidad, algunos fueron al curso, pero otros no. Claro que por algún motivo le gustó y me empezaron a seguirme. Ahora bien, son reales, son emprendedores reales que existen y ahora como te digo eso, te digo que cuando subo algo a mis redes, lo ven entre el 10 y el 20%, en el mejor de los casos de ellos, Lo ven un porcentaje chiquito, entonces ¿por qué sigo subiendo a mis redes? Porque si vas a mi curso y te gusta, y me empezás a seguir, quiero que veas contenido de valor y fresco.
En mis redes yo vendo a través de publicidad segmentada, que aparece en tu feed, en un reel o con tu historia, pagándole a Mark Zuckerberg.
Pero la gente entiende que yo soy genuino, saben que vengo a Uruguay con mucho respeto y sembrando hace 6 años en el lugar. Empezamos a cosechar el año pasado que pudimos abrir la empresa y hoy, estamos firmes acá.

¿Nos dejarías una última frase con la que te identifiques?
Puntualmente, la frase corta que más nos representa a nosotros es :
“Vender es ayudar”, para nosotros cuando estamos intentando vender, nuestro curso o nuestros servicios es decir; vení a mi curso que te voy a ayudar a aprender a que vos vendas más por las redes sociales.
O contratanos, que te vamos a ayudar a vender más, trabajando en equipo. Y una frase para quienes quieran ser emprendedores y crecer, me encanta la frase: “El éxito no se compra, se alquila. Y el alquiler se paga todos los días”. Esa frase me representa y a mí me encanta y me emociona.