La ministra de Economía, Azucena Arbeleche, formó parte del panel «Finanzas sustentables: Perspectivas Globales y Oportunidades para Uruguay», en el marco de este evento organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo en el Centro de Convenciones de Punta del Este.
Allí destacó las características del bono indexado a indicadores climáticos que Uruguay emitió recientemente, así como la oportunidad para que este sea utilizado como un mecanismo escalable a nivel global.
Arbeleche compartió el panel con el jefe del Departamento de Finanzas Sustentables de la Universidad de Columbia de Estados Unidos, Satyajit Bose, y que fue moderado por el vicepresidente de Países del BID Richard Martínez, explicó que en la emisión del bono indexado a compromisos climáticos han trabajado desde hace más de un año con todo el equipo de gobierno, porque se trata de «un instrumento en donde unimos la política climática con la política económica y es un trabajo conjunto de Ministerio de Ambiente, de la Cancillería, del Ministerio de Industria, del Ministerio de Ganadería conjuntamente con el Ministerio de Economía y Finanzas».
Agregó que para «contextualizar sobre cómo están afectando los factores ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en el mundo, la concientización que hay sobre estos factores ESG está cambiando absolutamente el paradigma de cómo se producen bienes, servicios, de cómo comercializan los países, de cómo se invierte. Y, en ese sentido, la buena posición que tiene Uruguay en estos factores ESG se ha traducido por un lado en lo financiero, porque el riesgo crediticio de Uruguay así lo refleja, el spread que tiene Uruguay es el más bajo de América Latina y está reflejando estos factores. También el grado de inversor, la calificación que tiene Uruguay, lo refleja, pero también la atracción de inversión extranjera que ha recibido nuestro país muestra en buena medida esta solidez en los factores ambientales, de políticas sociales y de gobernanza».
«De estos factores, el que ha sufrido un cambio más grande en los últimos tiempos es el que se refiere al cambio climático y a la conservación de la naturaleza. Aquí es donde el paradigma en la producción, en los servicios, en el comercio, en la atracción de talentos, ahí es donde encontramos el cambio más significativo. Porque de ahora en más lo que se nos va a exigir, lo que se va a exigir a las empresas, lo que se nos va a exigir a los países a la hora de competir por nuestros bienes, por nuestros servicios, a la hora de atraer inversiones, a la hora de comercializar, a la hora de conseguir recursos, financiamiento, va a ser tener este sello ambiental de alguna manera en el país. En ese sentido la emisión de el bono indexado a compromisos climáticos es el sello concreto de la posición Uruguay que adopta en un panorama que sabemos que es incierto, donde aún tenemos efectos del Covid, una guerra de Rusia en Ucrania, en donde tenemos alza de tasas de interés. En ese panorama internacional incierto Uruguay se planta y dice voy a comprometerme de forma concreta con los compromisos ambientales», aseguró la ministra.
La principal del Ministerio de Economía aseguró que «este bono de alguna manera es un ejemplo concreto, tangible, del lineamiento que tiene todo este evento que es el de la sostenibilidad y la innovación. Aquí vemos un producto concreto que nos habla mucho más de lo financiero, pero que nos habla de cómo se unen la política ambiental con la política económica, ya no solo el financiamiento, porque lo mismo puede aplicarse para el comercio, y ya no se refiere a una única Administración porque esto abarca distintas administraciones y por supuesto que también une lo privado con lo público, porque sin ese esfuerzo mancomunado no se pueden cumplir las metas ambientales».
Arbeleche explicó cuatro características importantes para este producto innovador: «Es la primera vez que en un producto un país tiene una consecuencia por el cumplimiento o no de los compromisos ambientales que se asumieron en el Acuerdo de París. Uruguay junto con otros países en el 2017, a través del Acuerdo de París, presentó determinados compromisos que se conocen como las Contribuciones Nacionales Determinadas 1 – estamos trabajando para presentar la 2-. No hay país en el mundo donde haya una consecuencia concreta por no alcanzar estos compromisos ambientales. Uruguay en este instrumento agrega los compromisos ambientales, elige dos objetivos dentro de los varios que hay en el Acuerdo de París, y se compromete a cumplirlos con una consecuencia favorable o desfavorable según se sobrecumpla o no se llegue a cumplir el bono de forma concreta. Estos compromisos están establecidos en el 2017 -había otra Administración en el Acuerdo de París-, lo hace la Administración actual, pero los compromisos se van a medir en el 2025 y por eso estamos hablando de políticas de Estado, de políticas nacionales que atraviesan distintos gobiernos», remarcó la secretaria de Estado.
Y agregó, «en segundo lugar, una característica también innovadora de este bono es que incluye la protección de la naturaleza, la conservación de los bosques nativos. No solamente miramos los gases de efecto invernadero de forma bruta, sino también la captación que hay a través de este instrumento, de este indicador, y también estamos considerando lo que es la biodiversidad, que es un elemento sumamente importante y que los propios inversores en estos largos meses de discusión ponían sobre la mesa. Así como Uruguay es un país libre de aftosa -y eso es un valor en sí mismo- también el ser libre de deforestación va a convertirse en un activo sumamente importante».
«Tercera característica: el pago de interés del bono está atado a compromisos ambientales concretos, con lo cual hay un diseño simétrico del pago de cupón en donde el interés va a ser mayor si Uruguay no llega a las metas elegidas -que fueron tomadas del Acuerdo de París- y por otro lado el interés que paga Uruguay de forma asimétrica va a ser menor si Uruguay logra sobrecumplir esas metas. Quiere decir que el inversor sí estuvo dispuesto a aceptar un menor cupón por contribuir a esto que es un bien público global, que es el cuidado del ambiente», informó Arbeleche.
«Una cuarta característica que nos impulsó en la creación de este bono es tener un reporte mayor y un proceso de verificación. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo tiene un rol fundamental porque va a operar como verificador externo de nuestras medidas y Uruguay va a pasar a tener mediciones sobre la base anual y se va a pedir de manera anual y se va a verificar el año posterior. Así como muchas otras variables las medimos en una base anual entendíamos que era necesario también poder medir con una frecuencia mayor que es lo que está pasando en tema del ambiente. Y con respecto a la pregunta de qué sigue, diría que esto es solamente el inicio. En este panorama incierto, Uruguay se planta, internaliza los compromisos ambientales y dice vamos a trabajar para lograr estos incentivos», subrayó.
Además Arbeleche aclaró que «no elegimos emitir el bono y que esos recursos vayan a un proyecto particular, sino que lo que elegimos fue mirar dos indicadores grandes que son la reducción de gases de efecto invernadero en términos del producto y la conservación del bosque nativo. Pero para llegar a estos grandes indicadores el gobierno tiene que diseñar políticas públicas que den las reglas correctas, los incentivos correctos para que el sector público y privado -y ahí es donde entran todas las inversiones del sector privado- logren estos objetivos. Por eso creo que solamente el inicio, también estamos trabajando en la presentación de las NDC2, que van a incluir un modelo macroeconómico -por primera vez Uruguay incluye en esa medición un modelo macroeconómico-, así que diría que estamos en la vanguardia en este tema buscando realmente lograr pasos concretos y alinear el comportamiento del país con cuidado ambiental».
La ministra explicó que «toda inversión que contribuya a hacer carbono neutral es bienvenida en Uruguay, no se limita a un sector, aquí tenemos que avanzar hacia esos compromisos climáticos, así que toda inversión -y sobre todo nueva inversión, o sea lo que tiene que ver con inversión innovadora-, es absolutamente bienvenida. Por otro lado tenemos que mejorar lo que ya hacemos de manera de poder mitigar la reducción de gases de efecto invernadero y en ese sentido al contrario de lo que pasa en muchos países, el 75% de los gases de efecto invernadero en nuestro país viene del sector ganadero, por lo tanto es fundamental tener una ganadería que sea mucho más productiva y tener prácticas en donde la emisión de metano sea menor y la captación de los gases sea mayor. En lo que tiene que ver con la agricultura necesitamos tecnología que haga mucho más eficiente el uso de fertilizantes. Es decir, necesitamos mayor productividad en lo ganadero y en lo agrícola. En materia de transporte Uruguay ya anunció que va a avanzar hacia la movilidad eléctrica en el transporte urbano de pasajeros y en lo que tiene que ver con los vehículos particulares hay una cantidad de incentivos económicos que ya están en juego para que se dé ese camino. Luego tenemos el plan de avanzar en lo que se llama la segunda transición energética, que tiene que ver con la ruta del hidrógeno verde que no va a dar sus resultados en lo inmediato, pero si es una apuesta para el largo plazo que necesitamos hoy implementar. También lo que tiene que ver con el bosque nativo y en ese sentido ya en la Rendición de Cuentas hemos puesto algunos artículos que traen beneficios concretos fiscales para el mantenimiento y para que avance el bosque nativo. Es decir, hay distintos sectores que se abren y siempre la política económica tiene que dar los incentivos correctos para avanzar. Qué se puede hacer desde lo público: dar los incentivos correctos para poder avanzar, es el sector privado el que con su desempeño nos va a permitir llegar a estos indicadores».
Arbeleche planteó luego otra pregunta, «que es qué es lo que se puede hacer desde los organismos multilaterales de crédito y desde las instituciones como Naciones Unidas. Es importante poder escalar este producto de Uruguay, esta emisión, en el mercado de capitales que realizó Uruguay pero escalarlo a otros países y también no solo en el mercado de capitales, sino al financiamiento que pueden dar los organismos multilaterales de crédito».
«En el caso del bono los inversores estuvieron dispuestos a aceptar un menor pago de interés dado que se contribuía a este bien público global, que es el ambiente. Creo que es momento para que los organismos multilaterales también estén dispuestos a dar crédito en donde la tasa de interés de ese préstamo esté también atada a comportamientos ambientales. Ahí la pregunta es quién paga la diferencia de interés, ya no tenemos el inversor que quiera recibir menos dinero acá tenemos un multilateral donde los dueños somos todos los países que estaría recibiendo menos dinero. Por lo tanto es bueno que el multilateral pueda salir a buscar fondos concesionales, fondos destinados al tema ambiental para que puedan cubrir esa diferencia de interés y que no tenga que ser su hoja de balance que acepte esta menor tasa de interés» analizó la ministra.
«En definitiva, creo que hay un gran trabajo para ordenar los recursos disponibles que hay en el mundo para poder avanzar en lo ambiental y en ese sentido Uruguay ha trabajado el último año, no solamente en la emisión de este bono concreto sino también como chair del Comité de Desarrollo del Banco Mundial y del Fondo Monetario hemos trabajado impulsando esta agenda para que sea replicable para otros países», destacó.
Seguidamente, la ministra remarcó que «Uruguay está haciendo una inversión muy grande en capital humano y estamos atravesando una transformación educativa importante. Claramente ahí es donde se juega la oportunidad de los jóvenes y lo que va a ser una diferencia en términos de crecimiento del país».
«La emisión del bono indexado a compromisos climáticos no solamente muestra que el Gobierno está preocupado por este bien público global, por el ambiente, en definitiva por el bienestar de nuestras personas, sino que el Gobierno está con esa mirada hacia adelante y se está anticipando a lo que va a ser una exigencia en el mundo al momento de comercializar, de conseguir financiamiento y de atraer inversiones y talento», concluyó Arbeleche.