Antes de partir rumbo a Los Angeles (EEUU), para vacunarse contra el COVID 19, Mónica Gonzaga, fue interceptada en el aeropuerto de Ezeiza por un periodista de Intrusos (América TV), donde manifestó su angustia a raíz de los hechos desencadenados por la fiesta clandestina organizada en Sauce de Portezuelo por su hijo, Adriano Sessa, de 23 años.
La exvedette reveló que el joven, a quien migraciones de Uruguay le quitó la residencia y expulsó del país por haber violado las normas que prohíben las aglomeraciones a raíz de la emergencia sanitaria, debe afrontar el pago de una abultada multa de unos 23.000 dólares y otros 10.000 a los abogados.
Al respecto, Gonzaga sostuvo que esa suma obligaría a su hijo a vender su departamento: “No son 23.000 dólares sino más, alrededor de 33.000 sumando honorarios de abogados. Se está tratando de negociar. Si hay que pagar eso, Adriano tiene que vender su departamento”.
“Me partió al medio esta historia de la fiesta clandestina, sobre todo porque odio las injusticias. Nunca me habían dicho cosas feas en las redes y ahora sí, y a veces hablan sin saber”, reflexionó la artista.