Su dura experiencia como privado de libertad en la cárcel de Las Rosas.
Por Adriana Expósito.
¿Qué le motivó a escribir este libro?
Este trabajo apunta a decirle a la gente: “Mire, si usted cree que está libre de estar algún día privado de libertad, está equivocado, porque basta apenas un incidente de tránsito, una disputa familiar, un sinnúmero de circunstancias que puede llevarlo a terminar detrás de las rejas.”
Este ha sido un trabajo realizado con un lenguaje sencillo, para todos puedan entenderlo, pero más que nada, es una alerta.
¿Cómo fue su experiencia al ingresar a la cárcel?
Cuando uno ingresa en ese mundo, no puede creer lo que está viviendo, parece mentira. Porque no es algo que uno esté preparado para enfrentar. Ninguna persona de las que vivimos normalmente en la sociedad estamos preparados para integrarnos a ese mundo, y una vez allí, te enfrentas con cosas realmente llamativas, muy duras.
¿Cuál es el objetivo primordial de este libro?
El objetivo del libro es hacer una radiografía de ese mundo que está ahí cerquita, a unas cuadras del centro de Maldonado, y que no queremos ver, porque los uruguayos tratamos de mirar para el costado, de no enterarnos de lo que pasa allí dentro. Preferimos no saber demasiado, porque pensamos que “allá están todos los malos”, los chorros, los delincuentes. Y en realidad, hay mucha gente que no es ni mala, ni chorra pero que cometió una infracción, y como en este país, – por suerte- rige la constitución y la ley, la persona que comete un ilícito debe pagar su penitencia.
En definitiva se trata de pagar una penitencia. El asunto es que no solamente se pierde la libertad, sino que al recluso se le tortura. Tiene que vivir y padecer ese mundo y ese ambiente que no es recomendable para nadie. Y lo que me llamó la atención, es que allí van a parar los jóvenes de nuestro país y de nuestra sociedad, porque el promedio de edad de aquellos que están presos, no supera los 24 o 25 años. Es nuestra juventud, y algunos de ellos viven en un contexto muy difícil, sin contención y por otro lado tampoco se le presta la atención necesaria.
Rehabilitar o no rehabilitar. ¿Se logra rehabilitar a los presos en la cárcel?
No, y es curiosos que en este Uruguay se ha querido cambiar (durante muchos años) el nombre de las cosas, para no decirlas como son.
Hoy las cárceles son un deposito humano, (aunque suena horrible) pero es así.
Ahí van a parar las personas que la justicia dictamina que tienen que pagar esa penitencia y van a salir el día previsto. Pero, ¿qué se hizo todo ese tiempo, en que estuvo privado de la libertad? Nada absolutamente nada.
Y el después, al salir y recuperar la libertad ¿qué pasa? ¿Existe una vida después de la cárcel?
Yo creo que sí, que hay posibilidades, depende de quién. En esto tiene mucho que ver el contexto familiar, la forma en que la sociedad le abre las puertas al individuo, y con aquel que optó por el camino de la delincuencia, ese va a seguir siendo delincuente y terminará, seguramente, como terminan los delincuentes: con un balazo en una fosa.
Pero la persona que quiere recuperarse, el sistema no hace nada por protegerlo no trata de incentivarlo para que de ese paso que se necesita.
Aquel que tiene un contexto familiar que lo protege, lo cuida, o que la sociedad le da un apoyo, ese va a salir adelante, aunque hay que ser muy fuerte.
Y si en el momento en que pierdes esa libertad no tuviste ayuda psicológica para poder sobrevivir y encarar tu vida, para poder arrepentirte, (porque la penitencia se trata también del arrepentimiento, de decir me equivoqué, hice las cosas mal. Lo lamento, pido perdón y no quiero volver a hacerlo) si no te dan esa posibilidad, vas a entrar y salir tal como entraste o peor.
Yo he visto situaciones muy duras, por ejemplo, a mí me tocó una persona que había violado a su hija de 12 años, y jamás desde que ingresó hasta que salió, tuvo un tratamiento psicológico, para hacerle sentir al individuo el desastre que había hecho. Y el tipo salió a la calle como si tal cosa. O sea, lo sacaron de circulación dos años, y con eso ya está. Volvió a la libertad como si nada. Y no debería ser así.
El libro muestra y denuncia cosas muy fuertes.
Si, este libro denuncia todas esas cosas que es necesario la sociedad tome en cuenta. La seriedad con que debemos tratar estos temas, porque la sociedad uruguaya tiene dos canceres terribles: uno es la sobrepoblación de las cárceles, la violencia con la que salen los detenidos de las cárceles, y el otro es el estigma de la droga, la adicción en el Uruguay no está atendida.
Aquella mamá o papá desesperado porque su hijo duerme en la calle, porque está sumergido en esa adicción, y quiere internarlo en algún lado, no tiene donde llevarlo. Porque lo que hay son centros privados, a costos altísimos y a veces no tienen vacantes, y el estado no tiene política para atender este tema.
Y esos dos canceres son los que llevan a que vivamos en una sociedad muy violenta, porque todo justifica. El que necesita consumir drogas hace lo imposible por conseguirla, aun violando todas las normativas, y los actos de robo o rapiña van a ser violentísimos porque “necesita esa droga”.
Por eso el privado de libertad que no se le trata, o conduce también va a salir así sin atención. Son dos grandes temas con los que Uruguay tiene una deuda muy grande.
¿Cuándo y dónde se realizará esta presentación?
Será el viernes 3 de septiembre, a las 19:00 horas en el local de La Pasiva de Av. Joaquín de Viana y Bergalli en Maldonado. Les invitamos a concurrir, preguntar y dar su opinión, porque este es un tema de todos. El otro lado, el mundo que no queremos ver, pero hay que verlo y tomar algún tipo de medida.