Además de la incorporación de los dos nuevos helicópteros Augusta Bell a la flota de la Aviación Naval, otras dos aeronaves volvieron al servicio.
Se trata de un B200 que no funcionaba desde hace cinco años, y un T34 de instrucción, que no estaban en condiciones de volar en forma simultánea con otro similar, desde hace quince años.
El comandante de la Aviación Naval, C/N. Nicolás Sanguinetti dijo sentirse más satisfecho con el desempeño de la institución, que incluso en época de pandemia, no se detuvo, así como tampoco las tareas de mantenimiento, ni sus operaciones, colaborando asiduamente con el Comité de Emergencia Departamental.
Destacó la recuperación de aeronaves que “estuvieron fuera de servicio por muchos años, y que gracias al empeño y desempeño de nuestro personal de mantenimiento, hemos conseguido retornar al servicio”.
Consideró que la Aviación Naval «es importante para el país, porque el dominio del mar requiere vectores que puedan operar continuamente sobre él. Es importante para la Armada y para el armónico desarrollo de su flota, la cual sin el vector aeronaval está limitada en su capacidad de operar».