La directora de Medio Ambiente de la IDM, Bethy Molina, confirmó que en los últimos días se recibieron varias denuncias y la Intendencia de Maldonado procedió a notificar a quienes violan la normativa referente a la regulación del servicio de sillas, reposeras y sombrillas para edificios y complejos en playas de Punta del Este.
Cada temporada se observa, tanto en la Playa Mansa como de la Playa Brava, un aumento exponencial de estos elementos como consecuencia del número de visitantes que llegan a disfrutar de la costa. En muchos casos, el exceso en cuanto a la cantidad de sillas y sombrillas que instalan los establecimientos ocasiona cierta molestia en los veraneantes.
Molina indicó que se iniciaron varios controles y hubo notificaciones debido a incumplimientos y, en caso de se fue notificados continuar con las infracciones, se les puede revocar la autorización», remarcó.
Sostuvo que «a nivel departamental había una reglamentación vigente hasta que se suspendió por la declaración de emergencia sanitaria». Este año se actualizó esa ordenanza «viendo las diferentes realidades, conversando con los administradores de los edificios, sombrilleros y público en general porque Punta del Este crece y cada vez hay más edificios y todos solicitan la autorización para poner sillas y sombrillas».
La reglamentación «es una forma de ordenar y evitar inconvenientes pero hay cuestiones fundamentales que se deben tener en cuenta». Por un lado, «los implementos de playa no pueden permanecer en la arena luego de la caída del sol y se deben retirar del espacio público».
Asimismo, «se permite a cada edificio, hotel o complejo tener un máximo de tres sombrillas y seis sillas abiertas esperando a la gente, mientras que el resto de los elementos deben permanecer cerrados hasta que lleguen más personas». Tampoco se puede reservar espacio en la playa «porque es un lugar público y se les da autorización pero no existe la exclusividad; cualquier persona puede ir y colocar su silla y sombrilla».
Otra de las cosas que se les pide «es que dejen una franja con respecto al agua para que la gente pueda caminar».