Por mayoría, 53 votos a favor (Partido Nacional, Colorado y Cabildo Abierto) y la oposición del Frente Amplio y el Partido Independiente ahora vuelve al senado que le dará sanción definitiva a los cambios introducidos.
Después de meses de debate, pero años de sufrimiento en los juzgados por parte de padres varones que han padecido situaciones inimaginables, esta Ley arroja algo de luz en ese oscuro camino.
La norma pondrá equilibrio sobre el incumplimiento de regímenes de visitas y tenencia, ruptura de vínculos de padres o madres de sus hijos, desarraigo de familias y sepulta para siempre el monstruo de la alienación parental, donde uno de los progenitores se valía de cualquier elemento a su alcance para denostar a la otra parte y su núcleo familiar.
La crianza de un hijo es deber de los padres y las madres, aún en la separación y la voluntad de todo hijo es poder tener esas dos visiones de mundo y de vida que le aportan ambos progenitores.
La norma consagra la protección de los niños en aquellos casos en los que la violencia familiar esté presente.
A partir de ahora Uruguay da un paso más en la igualdad.