Un balance parcial da cuenta de 67 muertes por el intercambio de misiles entre Israel y Hamas. Esa tragedia se suma a la que de por sí desata el coronavirus.
Al menos 67 muertos en Gaza y seis en Israel es el nuevo saldo del intercambio de hostilidades entre el grupo que defiende la causa palestina Hamas y las fuerzas israelíes.
Los ataques aéreos en Gaza y el lanzamiento de cohetes contra Tel Aviv representan las hostilidades más intensas de la región en años.
La comunidad internacional llama a cesar los enfrentamientos para evitar un conflicto mayor, mientras el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu amenaza con más ataques.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, se reunió con altos funcionarios de la Organización de Liberación de Palestina en la ciudad cisjordana de Ramallah para discutir la escalada del conflicto.
Desde allí, le dijo a la prensa que Jerusalén es una “línea roja” y el “corazón y el alma” de los territorios palestinos. “No hay paz, seguridad ni estabilidad sin la liberación completa de Jerusalén y su regreso a su pueblo palestino y a su nación árabe e islámica. Jerusalén es la capital del eterno estado de Palestina”, apuntó Abbas.
Además, se dirigió específicamente a Israel y a los Estados Unidos, a los que les dijo: “Ya es suficiente, déjennos. Seguiremos siendo espinas en sus ojos, no dejaremos nuestra patria, no dejaremos nuestro país. Acaben hoy y no mañana con su ocupación de nuestra tierra”.
Pero mientras esta tragedia transcurre, según fuentes diplomáticas, la reunión de emergencia entre 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU terminó sin una declaración final debido a la oposición de los Estados Unidos.
Netanyahu decretó el estado de emergencia en Lod, cerca de Tel Aviv, luego de informes de que miembros de la minoría árabe (21%) de Israel habían incendiado sinagogas y que los judíos habían apedreado automóviles conducidos por residentes árabes.