En el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra, Michelle Bachelet sostuvo que la incapacidad de los países para defender libertades fundamentales, como la justicia, la educación de calidad, la vivienda digna y el trabajo decente, ha “socavado la capacidad de recuperación de las personas y los Estados”.
Bachelet afirmó que la gente ha quedado expuesta a un “choque sanitario, económico y social”, destacando que entre 119 y 124 millones de personas más fueron empujadas a la pobreza extrema en 2020, antes de citar los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que indican que la inseguridad alimentaria aumentó a una cifra sin precedentes de 2380 millones de personas.
La Alta Comisionada advirtió que “se están revirtiendo avances vitales para la igualdad de las mujeres y los derechos de muchas comunidades minoritarias étnicas y religiosas y de los pueblos indígenas», y añadió que “las grietas en el tejido social de nuestras sociedades son cada vez más amplias”, con “enormes brechas que son cada vez más letales entre los países ricos y los más pobres”.
“Debemos garantizar que los planes de recuperación económica de los Estados se construyan sobre la base de los derechos humanos y en consulta significativa con la sociedad civil”, dijo y añadió que «hay que tomar medidas para defender la atención sanitaria universal, las protecciones sociales universales y otros derechos fundamentales con los cuales proteger a las sociedades de los daños [de la pandemia] y hacer que todas las comunidades sean más resilientes”.