República Democrática del Congo (RDC), noreste de Nigeria, Sudán del Sur y Yemen, así como en la región del Sahel Central figuran en la lista.
Estos cuatro países y una región de África experimentan graves crisis humanitarias mientras lidian al mismo tiempo con la escasez de alimentos, la pandemia de y una inminente hambruna. UNICEF advierte que las cifras podrían aumentar aún más sin acciones urgentes.
En la República Democrática del Congo, se estima que 3,3 millones de niños menores de cinco años sufrirán desnutrición aguda en 2021, incluido al menos un millón con desnutrición aguda grave. Estas cifras alarmantes se deben a la inestabilidad constante, las consecuencias socioeconómicas de la pandemia de COVID-19 y el acceso limitado a servicios esenciales para niños y familias vulnerables.
En el noreste de Nigeria, se espera que más de 800.000 niños padezcan desnutrición aguda en 2021, incluidos casi 300.000 con desnutrición aguda grave que corren un riesgo inminente de muerte.
En el noroeste del país, la situación nutricional es aún más grave. El estado de Kebbi está experimentando una tasa de desnutrición crónica del 66%, más de un 20% más que el estado de Borno en el noreste. En el estado de Sokoto, también en el noroeste de Nigeria, cerca del 18% de los niños sufren emaciación y el 6,5% sufre emaciación grave.
En Sudán del Sur, la actualización de la Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (CIF) publicada a principios de este mes indicó un mayor deterioro de la seguridad alimentaria, y se espera que casi 7,3 millones de personas, el 60% de la población, se enfrenten a una carestía de alimentos aguda grave en 2021.
Se estima que 1,4 millones de niños sursudaneses sufrirán desnutrición aguda en 2021, la más alta desde 2013. Mientras tanto, se espera que el número de niños que padecen desnutrición aguda grave aumente de unos 292.000 niños este año a más de 313.000 niños en 2021.
El aumento de la inseguridad alimentaria en el hogar y la desnutrición aguda entre los niños se atribuye al conflicto y la inseguridad en curso, y al acceso limitado a servicios básicos de nutrición, atención médica y agua, saneamiento e higiene. Las inundaciones en algunas áreas en 2020 han exacerbado el ya alto nivel de desnutrición aguda entre los niños.
En todo Yemen, más de dos millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda, incluidos casi 358.000 con desnutrición grave, una cifra que se espera que aumente.
El Programa Mundial de Alimentos se vio obligado a recortar los suministros de comida en Sudán del Sur y otras partes del este de África en agosto de 2020, debido a la falta de dinero.
“Para los países que se están recuperando de las consecuencias de los conflictos, los desastres y el cambio climático, el COVID-19 ha convertido una crisis nutricional en una catástrofe inminente”, dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.
“Las familias que ya normalmente luchan por alimentar a sus hijos están ahora al borde de la hambruna. No podemos dejar que sean las víctimas olvidadas de 2020″, añadió.