Diversos especialistas nombran a Uruguay, Paraguay y El Salvador como sus potenciales socios políticos.
Milei, de 53 años, ganó las elecciones presidenciales de Argentina con 55,69 % de los votos y 2,9 millones de boletas más que el oficialista Sergio Massa, del peronismo.
El politólogo argentino César Murua dijo a VOA que considera que Milei ha convocado a dirigentes que se asemejan a la “alt-right estadounidense”, un movimiento nacionalista de extrema derecha que ha respaldado la presidencia y candidatura para 2024 del republicano Donald Trump.
Trump dijo a Milei que estaba “muy orgulloso” de su triunfo en Argentina, mientras que Jair Bolsonaro, ex jefe de Estado de Brasil, con similares posturas ideológicas, le comentó que “la esperanza vuelve a brillar en América del Sur” con su victoria.
Murua, por su parte, prevé que las relaciones de Milei no serán “fluidas” con Brasil, el principal socio comercial de Argentina, y que esa coyuntura pudiera llegar a afectar “seriamente” el funcionamiento del Mercosur, que ambas naciones integran.
Milei ha llegado a calificar al presidente brasileño como “corrupto” y “ladrón”, descartando una reunión entre ambos por tachar a Lula de “comunista”.
El consultor político argentino anticipa que Milei buscará aliados fuera de la región en su primera fase de gobierno y, solo “eventualmente”, intentará acercarse a gobiernos como los de Luis Lacalle Pou, de Uruguay, y de Santiago Peña, de Paraguay.
Milei tendrá “la difícil tarea” de lograr alianzas en una región donde los países “más grandes”, entre ellos Brasil, están gobernados por líderes de izquierda y centroizquierda, opina Geoff Ramsey, analista político sénior del centro de pensamiento The Atlantic Council.
Ramsey, con estudios especializados en asuntos internacionales, cree que el aliado ideológico más cercano del presidente electo de Argentina pueda ser Lacalle Pou.
“Pero, la verdad es que los dos países tienen intereses tan conflictivos, que es difícil imaginar que Argentina y Uruguay se lleven bien”, dijo a VOA.