El número de niños que fallecieron antes de cumplir los cinco años de edad en todo el mundo cayó a un mínimo histórico de 4,9 millones en 2022, de acuerdo con los cálculos más recientes publicados hoy miércoles por el Grupo Interagencial de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil.
Un informe del grupo encontró que la tasa mundial de mortalidad de menores de cinco años ha descendido en 51 por ciento desde el año 2000, y varios países de ingresos bajos y medios-bajos han superado este descenso. Este progreso se atribuyó en parte a la asignación de suficientes recursos para la atención médica primaria, incluida la salud y el bienestar infantiles.
Sin embargo, los hallazgos también muestran que a pesar de este progreso, aún queda un largo camino por recorrer para acabar con todas las muertes infantiles y juveniles prevenibles. Además de los millones de vidas perdidas antes de los cinco años de edad, también se interrumpieron las vidas de otros 2,1 millones de niños y jóvenes de entre cinco y 24 años. La mayoría de estas muertes se concentraron en África subsahariana y el sur de Asia.
La pérdida de vidas se debió principalmente a causas prevenibles y tratables, como nacimientos prematuros, complicaciones relacionadas con el parto, y enfermedades como neumonía, diarrea y malaria, mencionó el informe.
Muchas vidas pudieron haber sido salvadas con un mejor acceso al cuidado primario de la salud de alta calidad, incluidas intervenciones esenciales de bajo costo como campañas de vacunación, la disponibilidad de personal de salud calificado en el momento del nacimiento, el apoyo a la lactancia materna temprana y continua, y el diagnóstico y tratamiento de enfermedades infantiles.
«Es fundamental mejorar el acceso a servicios de salud de calidad para cada mujer y niño, incluidos casos de emergencias y en áreas remotas», mencionó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud.