El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, agradeció hoy jueves por estar «vivo», tras comentar los planes de asesinarlo en 2022 en un intento de golpe de Estado por parte de un grupo de militares.
«Tengo que estar mucho más agradecido ahora que estoy vivo. El intento de envenenarme a mí y a (el vicepresidente Geraldo) Alckmin no funcionó, estamos aquí», dijo el mandatario en el Palacio de Planalto, sede del Poder Ejecutivo, durante una ceremonia para presentar una revisión de los contratos de concesión de autopistas y atraer la inversión privada en infraestructuras de transporte.
«No quiero envenenar a nadie, no quiero perseguir a nadie. Lo único que quiero es que cuando termine mi mandato desmoralicemos con números a quienes gobernaron antes que nosotros», dijo.
«Quiero medir con números quién hizo más escuelas, quién atendió a los más pobres, quién hizo más carreteras, más puentes, quién pagó más salario mínimo en este país, eso es lo que quiero medir porque eso es lo que cuenta en los resultados de la gobernabilidad», agregó el presidente.
El pasado martes, la Policía Federal (PF) lanzó una operación para desmantelar la organización criminal responsable de planear un golpe de Estado para impedir que el presidente Lula da Silva asumiera el cargo tras su victoria en las elecciones de 2022.
El plan, que incluía el asesinato del mandatario brasileño y del vicepresidente Alckmin, fue impreso en el Palacio de Planalto en noviembre de ese año.
El plan preveía el envenenamiento, el uso de explosivos y armamento pesado para «neutralizar» a Lula da Silva, a Alckmin y al juez del Tribunal Supremo, Alexandre de Moraes.
La investigación también indicó que se crearía un «gabinete de crisis» después de los asesinatos.