En sus primeras palabras y visiblemente emocionado, señaló que Dios nos ama a todos incondicionalmente. Elogió al Papa Francisco por sus años de papado y afirmó que bendijo a todos en la mañana del día de Pascua y pidió continuar por ese camino.
Aseguró que estamos todos en las manos de Dios. «Sin miedo y unidos, vayamos adelante».
Señaló que el mundo necesita de la luz de Dios y la humanidad necesita de él. Pidió construir puentes de diálogo siempre. Agradeció a los cardenales que lo eligieron para caminar junto a la gente como iglesia unida buscando la paz, la justicia y trabajar sin miedo para proclamar el evangelio.
El sumo pontífice saludó a la iglesia de Roma y también en español, lo hizo a Perú, donde dijo que es un pueblo fiel que ha acompañado a su obispo, dado que estuvo muchos años en ese país.
«Queremos ser una iglesia que camina y busca la paz, estando cerca de quienes sufren» agregó. En el día de la virgen de Pompeya sostuvo que María siempre quiere caminar cerca de nosotros.
Finalizó impartiendo su bendición a todos.