El Ministro del Interior, quien perdiera la vida este sábado a raíz de un infarto masivo, fue sepultado en su Paysandú natal este lunes, en medio de llantos y recuerdos de todos los que lo acompañaron en su carrera política, así como familiares y amigos.
El presidente Luis Lacalle estuvo y habló en el cementerio, recordando la figura del líder de Alianza Nacional. El dolor no permitía, naturalmente, dar paso a otro sentimiento que no fuera el duelo y la emoción ante la pérdida de Jorge Larrañaga, un caudillo que siempre caminó con viento en contra y supo levarse miles de veces.
Desde el Ministerio del Interior había logrado ser el que mejor imagen tenía, detrás de la del presidente. Las últimas encuestas conocidas hablan de entre un 54 o un 52% de visión positiva de la población, en una cartera que era, literalmente un fierro caliente.
Sin embargo estaba demostrando ser el mejor alumno de la clase y su adicción por el trabajo las 24 horas del día le pasó factura.
En el ámbito político hubo sorpresa por el momento en que los anuncios de cambios llegaron de puño y letra del presidente. No habían pasado muchas horas del sepelio del guapo cuando Lacalle nombró a sus sucesor en una cartera que previo a las elecciones, según supo portada, había sido acordada con Larrañaga para Alianza Nacional.
Si bien permanece el número tres del Ministerio, Luis Calabria, los liderados por Larrañaga, que tenía con él presencia en el Gabinete, se quedan sin ella.
Hoy es tiempo de duelo, pero más temprano que tarde las lecturas políticas sobre este tema irán cobrando fuerza según pudo saber Portada en base a fuentes políticas. La inmediatez de la decisión, tomada en un día que muchos lamentaron no fuera de duelo nacional, no cayó bien en las huestes de que ahora quedan a la intemperie bajo la bandera del Larrañaguismo.