El dos veces presidente señaló que, con una perspectiva razonable de crecimiento y una recuperación de empleo a niveles parecidos a la prepandemia, lo peor que podría hacer nuestro país es desbarrancarse en un exceso de gasto público como el que preconiza alegremente la oposición.
En su columna en El Correo de los Viernes, Julio María Sanguinetti dijo que este año vamos a acumular nuevamente unos 2.500 millones de dólares de déficit, que se sumarán a una deuda externa que no ha parado de crecer. La experiencia nos dice que si nos mantenemos en esos términos podremos seguir recuperando inversión, del mismo modo que, a la inversa, imaginarnos la posibilidad de acrecer el déficit, conduce inevitablemente a más atraso cambiario y más inseguridad en el empleo, señaló.
Cuestionó a la oposición al afirmar que el discurso rimbombante e insustancial que pregonan, pasa por la tontería habitual de hablar de un ajuste fiscal, cuando está claro que seguimos con un déficit abultado y a la larga insostenible. La otra tontería de la invocación al neoliberalismo suena tan falsa, tan sin sustento, tan vieja y apolillada, que cuesta escucharla en gente cuya cultura económica le debería prevenir de esos excesos demagógicos primitivos. Sin embargo, lo hacen porque el sindicalismo los arrastra, no están dispuestos a recibir cuestionamientos por su posible racionalidad y, con mucho eco de prensa, mantienen en al aire esa burbuja de falso optimismo, agregó.
Sanguinetti indicó que haber reducido el déficit hubiera sido mejor, pero atravesar la pandemia con un incuestionable éxito en la prestación de salud y sin desequilibrios económicos mayores a los señalados, es un resultado cercano al óptimo.
Todos entendemos que la oposición tiene un rol de contralor a cumplir, pero lo que se está viendo ronda lo impresentable, dijo.
“El griterío irresponsable y ahora la demagogia sobre la seguridad social, lleva a pensar que nadie está mirando hacia el futuro cercano. Los posibles candidatos frentistas debieran ser los primeros en preocuparse, porque siendo imprescindible una reestabilización del sistema -como lo han dicho reiteradamente sus ex Presidentes y el Súper Ministro Astori- instalar la idea de que todo es posible resulta suicida” concluyó.