¿Cómo observas la marcha del gobierno nacional?
Con mucho orgullo. Veo un gobierno muy cercano a la gente, que ha venido a modificar realidades que no eran buenas, que se encontró con esta pandemia que sorprendió al mundo (y nos sorprendió a nosotros), que dio la respuesta adecuada.
Un gobierno que nos permite hoy estar en mejores condiciones que otros y proyectándonos hacia delante con un camino cierto, seguro y donde estamos empezando a modificar viejos problemas del Uruguay.
Hoy podemos imaginar un país distinto, mucho más productivo, mucho mejor para el desarrollo de su gente.
Así que en ese sentido, más allá de los sinsabores que nos trajo la pandemia en todo sentido, sin tener en cuenta eso, creo que han sido dos años buenos para el Uruguay.
Durante la campaña electoral nacional llegaste a comentar que Maldonado sería cuna para albergar distintas zonas francas y eso hoy se concreta, ¿qué evaluación haces del proceso?
Yo no voy a decir que soy el autor de esa idea, porque es una idea que surge de diferentes posiciones. Identificamos distintos lugares con gente del departamento, pensando que era una forma de desarrollo creíble para Maldonado y así romper la estacionalidad. Esto permitirá tener un desarrollo productivo y empleo durante todo el año.
Finalmente se han dado los pasos y hoy tenemos tres Zonas Francas en desarrollo: la construcción del Word Trade Center en Punta del Este, la zona franca tecnológica audiovisual en Balneario Buenos Aires y la futura zona franca, que en terrenos de la Intendencia se desarrollaría en El Jagüel.
Son tres apuestas que, además, vienen a tono con lo que recibe hoy Uruguay, inversiones del mundo, gente del mundo que viene a vivir acá y que busca actividades. Así que yo creo que, si seguimos ese camino terminaría felizmente, la incertidumbre laboral de mucha gente de Maldonado, porque va a cambiar la matriz productiva del departamento.
Se va a multiplicar más allá de nuestra principal industria que es el turismo y la construcción. Se está sumando otro motorcito y los motores de trabajo, en definitiva, son motor de desarrollo para la gente.
Hacemos todo lo posible para que sea lo antes posible y nos parece una de las mejores formas sustentables de desarrollo del departamento.
¿Estamos realmente preparados en Uruguay con respecto a la capacitación para que la gente responda a las necesidades de estas zonas francas?
Es un problema. Sabemos que todo lo tecnológico tiene una demanda de mano de obra y que Uruguay hoy no tiene la cantidad de gente necesaria para cubrir esa demanda, pero también es una oportunidad, de que vengan a vivir a nuestro país ese tipo de trabajadores de alto conocimiento, de alta preparación, y – además – pretendemos que la educación y nuestros jóvenes giren hacia esos lados, una vez que haya una salida laboral palpable para eso; lograr un círculo virtuoso de desarrollo de trabajo, educación y de residencia de gente.
Va ser gente de alto poder adquisitivo, sean los inversores o sean los trabajadores, los que le darán a Maldonado una mejor perspectiva.
Siendo legislador y hombre del sector del presidente Lacalle Pou, ¿cómo visualizas la importancia que el mandatario le da a Maldonado y como se ha concretado esa visión en apoyos para el departamento?
Ahí hay un gran cambio respecto a lo que teníamos antes. Ahora tenemos un presidente que quiere a Maldonado, que lo conoce muy bien, que no lo tiene por el espacio de los ricos, sino que tiene el conocimiento de esa disparidad que hay en nuestro departamento, que en siete kilómetros pasas de las mayores fortunas, a las peores desgracias. Y la visión que tiene Luis (Lacalle) sobre el departamento es fundamental para que la IDM y el gobierno nacional actúen juntos en modificar esas realidades.

En ese sentido creo que Luis ha estado muy abierto a los planteos de la Intendencia, a nuestros planteos, y hoy el gobierno nacional pone una pata ancha en Maldonado, facilitando así todas estas cosas de las que hablamos recién.
Luis no le tiene vergüenza al departamento, había otros presidentes que le sacaban el cuerpo a venir para acá. Pero Luis sabe que nuestro departamento es una muestra hacia el mundo de lo que es el Uruguay y como presidente lo apoya, porque lo que es bueno para el Uruguay es bueno para Maldonado. Creo que eso es algo que todas las fuerzas políticas y las fuerzas vivas del departamento tenemos que aprovechar. Son cinco años de mandato, con el mejor de amigo, de Maldonado en la presidencia.
Por tu tarea de diputado estás yendo y viniendo. ¿Se pierde el contacto con el vecino o el dirigente en este proceso?
Se dificulta, no se pierde. Nosotros mantenemos la oficina abierta, somos un sector departamental, con dirigentes en todo Maldonado. El contacto físico y sobre todo en la pandemia, de repente ha sido complicado y el no estar todos los días también lo complica un poco, pero hay tecnologías que nos permiten estar cerca y estar informados.



En ese sentido hay que complementar las distintas actividades, porque si perdemos el vínculo de relación con la gente, los gobiernos empiezan a ir para un lado y la gente para otro. Por lo tanto, es fundamental que una vez que uno tiene la representación de la gente, ir renovando esa identidad y ese mandato todos los días. Es una forma de hacer política que tengo de siempre y que la mantenemos, con las dificultades del caso, pero que la mantenemos.
Si bien falta para las elecciones muchos aseguran que la que viene es “para Rodrigo”. ¿Cómo sobrellevas esa esperanza de muchos?
Lo importante que el próximo intendente sea del Partido Nacional. Nuestro partido le ha dado otro tono a Maldonado, conoce mejor al departamento y su gente, y le ha dado respuestas distintas a las que tuvimos cuando les tocó gobernar a otros.
En ese sentido, si me toca a mí, bárbaro. Pero tenemos que cuidar la coalición, las cosas de todos, una forma de ver y de sentir los gobiernos y una forma de ver y querer el desarrollo de la gente, eso es lo fundamental, más allá de los nombres.
La historia nos enseña que los hombres pasan y que las instituciones quedan, yo creo que el Partido Nacional ha sido la herramienta renovadora, transformadora de Maldonado y ese es mi objetivo.
Por supuesto que dentro de eso el sueño de ser intendente de Maldonado lo mantengo, lo reafirmo y creemos que le podemos dar muchas cosas, pero no nos obsesiona eso. Hoy estamos enfocados en el gobierno nacional y en el gobierno departamental, en lograr las cosas que creemos que son buenas para el departamento; más allá de a quién le toque gobernar. Eso se ha visto y se ve muy claro.
Al otro día de la elección, igual que fue hace cinco años, estuvimos apoyando, impulsando y llevando ideas al intendente Antía; y ese sentido, esa unión del Partido Nacional nos ha permitido convocar a otros partidos y nos ha permitido navegar.

¿Cómo evaluás el gobierno departamental y en ese contexto la gestión de Antía? ¿Crees que hay un concepto instalado que el gobierno es de Antía y no tanto del Partido Nacional?
Yo creo que lo importante es como lo evalúe la gente, que fue la que renovó el gobierno con una mayoría contundente, democráticamente.
La gente dijo que sí. En ese sentido a mí me rechina, a veces como una vez reelegido Antia, la oposición el Frente Amplio, no dió un minuto de tregua. Y eso es soberbia y una falta de respeto, incluso a la decisión ciudadana.
Antía ha sido tres veces intendente. Como todos, como me hubiese pasado a mí o a cualquiera, tiene aciertos y errores. Pero, sin duda que tiene la derecha, porque la derecha se la dio la gente. En ese sentido es que nosotros actuamos y realmente no entiendo por qué el resto de las fuerzas políticas no toman una actitud similar y le dan, sin dejar de controlar, la confianza para hacer las cosas que la gente le dio.
¿De qué va a depender que el Partido Nacional siga gobernando Maldonado?
En Maldonado, creo que en la medida que la gestión se mantenga en las respuestas, en los servicios de calidad, en la cercanía social y el partido se mantenga en unidad, el gobierno se va a renovar. En lo nacional es más o menos lo mismo.
El objetivo de ambos gobiernos, es mejorar el desarrollo de la gente, si llegamos a eso y la población está mejor, los gobiernos continúan. Si no logramos mejorar a la gente los gobiernos – y está bien -, dejan paso a otros que tratan de probar.
El objetivo fundamental de todo gobierno es el desarrollo integral del ser humano, sea gobierno nacional o sea gobierno departamental. Ese es el tono con el cual hoy estamos gobernando con la coalición lo nacional y con el Partido Nacional en lo departamental, teniendo como objetivo el desarrollo integral de la gente. En un gobierno departamental el desarrollo integral es su trabajo, su salud, su barrio, la limpieza, los espectáculos, la transparencia de la gestión, la facilidad de la gestión; y en ese sentido, hay un combo donde habrá puntos altos y puntos bajos, pero yo creo que el resumen es un punto alto en el departamento de Maldonado, si lo mantenemos, mantendremos el gobierno.

¿Cómo ves la coalición a esta a esta altura, se mantiene unida?
Creo que la manera más fácil de juzgar a la coalición es por sus resultados y el parlamento es donde se refleja su actuación. Allí en las cosas importantes, no ha faltado un voto, como debe ser.
Así que más allá de las distintas posiciones, más allá de acordar distintas cosas, a la hora de decidir nos ponemos todos atrás. Tiene un buen funcionamiento.
Todos somos diferentes, ahora, en los hechos y en la acción esas diferencias no se traslucen. Opinar distinto o tener un matiz distinto, no significa un resquebrajamiento de la coalición, sino que hace al fortalecimiento de la coalición. La gracia es poder llevar adelante una idea en común, con aquellos que partimos de lugares distintos. Ese es el gran éxito que ha tenido Luis y que yo creo que se va a mantener más allá de las vicisitudes electorales hasta el fin del gobierno.
¿Crees que dar respuesta a campaña de la oposición para lograr la derogación de los artículos de la LUC, está distrayendo a los legisladores y a la coalición?
Eso es, justamente lo que no tiene que pasar. Nuestro mayor esfuerzo tiene que estar dedicado a gobernar y gobernar bien. Luego, mantener la LUC, es una prioridad, pero es una prioridad no por ganarle a fulano, sino que es una prioridad, porque la LUC tiene la columna vertebral de la acción de nuestro gobierno. Nosotros no podemos mejorar la seguridad si nos quitan las armas que la LUC establece. No podemos mejorar la educación si nos quitan los institutos que la LUC establece y así capítulo por capítulo. Entonces la prioridad de mantener la LUC es para poder llevar adelante la gestión de gobierno que prometimos, que pusimos a plebiscito de la gente y que ganó.
Hay una especie de rechazo por parte del Frente Amplio y del PIT CNT a la decisión de la gente y un no querer dejar gobernar a aquel que ganó con derecho, la posibilidad de gobernar. Esa es una pelea oculta que está dentro de la LUC. No sólo se busca derogar una ley, sino que se busca lastimar la representatividad, la institucionalidad, la legitimidad de aquellos que resultaron electos.
Los que ganan una elección gobiernan, los que pierden son oposición, colaboran y controlan y no se dedican a trancar. El trancadero, que tiene mucho que ver con la falta de aceptación de esa derrota, con la soberbia de pretender que nunca se equivocaron o de querer mantener aquello que la gente dijo que quería cambiar, es una forma de ver la política muy propia de aquellos que creen que nacen siendo poseedores de la verdad revelada y nosotros somos de los que venimos sabiendo que la verdad, es un poco la tuya, un poco la mía y que en determinados momentos, uno tira más fuerte que el otro y hay que dejarlo tirar.
Hoy, sos parlamentario, también sigues teniendo un peso gravitante, en Maldonado (hay directores de Unión y Cambio en la IDM, ediles, alcaldes, etc), También sos empresario, esposo, padre. ¿Cómo equiparas todos estos roles, para darles a todos su justa medida?
Trato de darle a todos su justa medida y creo que es por etapas. Hay quienes salen beneficiados y quienes quedan al costado. Después hay que tratar de recomponer eso: hoy te toca esperar a la familia, mañana le toca esperar un amigo, pasado le toca esperar al militante. Uno trata de dividirse de la mejor forma, pero es la vida que uno eligió, que buscó. Esa suerte de estrés permanente, (que yo no lo siento como estrés), sino de actividad permanente. Fue en la pandemia donde me di cuenta una vez más, que realmente esa era mi forma de vida, mi vocación.

Lo que sufrimos al no poder tener contacto con la gente fue tremendo y hoy venimos recuperando esa actividad, sabiendo que siempre se está dejando cosas de lado y abusando de aquellos que van quedando para atrás porque está tal actividad, o tal situación que requiere más tiempo en determinado momento. Pero sería imposible sin la tolerancia de la gente llevar adelante todas esas múltiples actividades.
¿Cuál sería tu sueño de aquí a diez años para Uruguay, y también para Maldonado?
Yo creo que no hay un sueño individual, es un sueño colectivo. Es ese sueño que tenemos todos, en que los uruguayos estemos mejor.
El sueño del día que yo me levante y no tenga un mensaje de alguien pidiéndome un trabajo, o una solución o arrimándome un currículum. Bueno ese sería el día ideal. Si bien es algo que no ha alcanzado el mundo y que no vamos a alcanzar a ver nosotros, es lo que nos lleva a estar permanentemente peleando por el desarrollo de fuentes de trabajo, conseguir mayor inversión, lograr mayores respuestas.
Así que el desarrollo armónico de Maldonado, primero, porque es la tierra que uno pisa y del Uruguay por supuesto, creo que es el sueño colectivo que abrazamos todos, y lo abrazamos fundamentalmente desde una bandera que tiene más de ciento ochenta años, que es el Partido Nacional.