El escenario es abierto y competitivo, con una ventaja potencial del NO debido al efecto del voto en blanco y el perfil de los indecisos señala el informe de la consultora.
Faltando algo más de tres semanas para la celebración del referéndum sobre los 135 de la LUC, el Monitor de Opinión Pública registra un escenario abierto y competitivo con leve ventaja para los promotores del NO a la derogación.
Por un lado, en la pregunta central de intención de voto, un 38% de los uruguayos sostiene que votaría la papeleta celeste y un 36% la papeleta rosada, un 2% votaría en blanco, otro 2% anulado y un 22% se manifiesta indeciso.
Es decir, entre las opciones manifiestamente a favor y en contra de la LUC hay solo 2 puntos de ventaja, la misma brecha existente en el trimestre pasado. Sin embargo, el referéndum tiene la peculiaridad de que el voto en blanco acumula en favor del NO. Dado que en esta medición esa propensión al voto en blanco es un 2%, la ventaja potencial en favor del NO es de 4 puntos.
La intención de voto en favor del NO pasa a ser 2 puntos superior a la del voto por el SI (anteriormente las preferencias se inclinaban levemente en favor de la derogación). En suma, existe entre un 75%-80% del electorado parejamente dividido entre las dos opciones en disputa y un núcleo algo superior al 20% cuya decisión final será la clave del resultado electoral.
En este último segmento clave, hay una ventaja en favor del mantenimiento de los 135 artículos en disputa de la LUC. De un lado, se encuentra el referido 2% que votaría en blanco, un porcentaje que resulta razonable a la luz de otras instancias electorales celebradas previamente. Y, fundamentalmente, cuando al 22% de indecisos se le pregunta de cuál de las dos opciones se encuentran más cercanos, 7 puntos se vuelcan a la opción del NO, 4 puntos a la opción del SI y 11 puntos se mantienen indecisos (este último subsegmento sería el “núcleo duro” de los indecisos).
Por tanto, al computar el efecto del voto en blanco y de la repregunta a los indecisos, la ventaja del NO pasa a ser de 7 puntos, 47 a 40. Bajo este panorama, el SI precisaría captar a la casi totalidad de los indecisos o, alternativamente, virar las preferencias de electores que se encuentran proclives al voto por la papeleta celeste o a votar en blanco.
Vale reiterar, como en cualquier instancia binaria, dice el informe, que cada pasaje de una opción a otra “vale doble” pues si una opción pierde 1 punto, la otra alternativa suma 1 punto. Por ejemplo, una ventaja de 2 puntos se reduce a un empate o se incrementa en 4 puntos si 1 punto del electorado se mueve de una opción a otra. Esta peculiaridad del efecto doble de eventuales traspasos de votos exige cautela a la hora de interpretar y proyectar los escenarios electorales de relativa paridad.