La deliberación legislativa se vio interrumpida por un grupo de manifestantes y el presidente de la Junta Departamental de Maldonado, Darwin Correa, tomó la decisión de desalojar las barras y suspender la sesión.
Un grupo de personas, que llevaban remeras con la frase «No me callo nada» en clara referencia a desacuerdos políticos, se negó a cumplir las pautas estipuladas en el reglamento de la JDM, que prohíbe expresamente demostraciones o señales de aprobación o reprobación durante las sesiones.
La decisión de Correa de llamar al orden y posteriormente desalojar a los manifestantes fue respaldada públicamente por la bancada del Partido Nacional. En una declaración oficial emitida minutos después del incidente, expresaron su apoyo enérgico a las acciones tomadas por el presidente, calificándolas de «uso adecuado de las facultades legales y reglamentarias para mantener el orden y la integridad de la institución».
El comunicado también destacó la necesidad de todos los ediles de cumplir con las reglas y abstenerse de incitar manifestaciones que puedan conducir a la confrontación en el recinto, afectando así la convivencia democrática.
Sin embargo, las tensiones políticas también quedaron de manifiesto en la declaración, ya que se lamenta la actitud del Frente Amplio, acusándolo de fomentar la intransigencia en lugar de promover la tolerancia política.