El intendente electo ha dado pasos en estos días, previo a un descanso obligado de no haber podido concretar a lo largo de dos años de intensa campaña que lo llevó a triunfar por el mayor porcentaje que un candidato haya logrado en Maldonado, y ha dejado claro que su perfil primará.
A pocas horas de haber vencido se preocupó y ocupó el tema educativo y solicitó que aceleren los trámites para que en breve la Universidad Pública crezca y esto se logra a través del crecimiento del CURE.
Al día siguiente aseguró a las autoridades de UTU que tiene toda la intención de renovar el comodato existente con el Parador Pedro Figari donde funciona la escuela de alta gastronomía. Allí los estudiantes de hotelería y gastronomía realizan sus prácticas y al caer en breve dicho acuerdo con ANEP, Abella pidió al intendente Enrique Antía que tenga a bien iniciar el proceso de renovación.
Este lunes, y apostando al diálogo, convocó a los partidos políticos a conversar a partir de junio sobre los temas que Maldonado necesita para ponerse de acuerdo.
Mientras camina la transición y según pudo saber Portada, Miguel Abella no realizará un gran acto de asunción. No será en el quito piso, no será en la explanada ni en ningún otro lugar donde no se sienta cómodo y conteste a lo que fue su campaña y será su gestión.
En este contexto decidió que asumirá en uno de los galpones de la ex Cylsa, rodeado de trabajadores y en el punto neurálgico donde se encuentra la maquinaria con la que pretenden avanzar rápidamente en calles, ciclovías, veredas, entre otras acciones, en todos los barrios.
Sin duda Abella parece estar marcando su estilo propio y ya adelantó que la austeridad será su faro durante estos años de gobierno.