La cifra, la mitad de todos los niños en situación de riesgo a nivel mundial, necesitará en 2021 algún tipo de ayuda humanitaria para sobrevivir.
Así lo denuncia Save the Children, la organización internacional que desde hace más de 100 años lucha por salvar a los niños en riesgo y asegurar su futuro, que pide este año una respuesta global coordinada para que las consecuencias de 2020 no tengan un impacto permanente en toda una generación de niños.
La mitad de los niños en situación de riesgo en el mundo vive en ocho países involucrados en las mayores crisis humanitarias, agravadas por el COVID.
Save the Children pone en marcha un plan mundial para llegar a 15,7 millones de personas, entre ellas 9,4 millones de niños en 37 países, y pide a la Comunidad Internacional que se comprometa a proteger a los niños más amenazados, ya afectados por la pobreza, los conflictos y el cambio climático.
La pandemia de Covid-19 socavó décadas de progresos realizados para proteger a los niños más vulnerables.
Los débiles sistemas sanitarios han colapsado y los niños vieron a sus padres o profesores infectados por el virus, llevados al hospital.
A medida que las familias se hundían en la pobreza, los niños más pequeños pasaban hambre, ya que los sustentadores perdían sus fuentes de ingresos. La pandemia también impactó en la educación de más de 300 millones de alumnos.
Muchas escuelas tuvieron que cerrar para intentar contrarrestar los contagios, lo que aumentó el riesgo de abuso infantil, explotación, matrimonio precoz o abandono de la escuela, a menudo de forma permanente.
Según las Naciones Unidas, más de 235 millones de personas –aproximadamente la mitad de las cuales son niños – necesitarán algún tipo de ayuda humanitaria este año, frente a los 170 millones de 2020. Un dramático aumento del 40% en menos de un año.