Cada 4 de marzo, se conmemora el Día Mundial de la Obesidad. El exceso de peso y la obesidad, es un problema de salud que muchas veces se convierte en un tema tabú, tanto en la consulta, como entre el equipo de salud entre sí, en la familia, y en la comunidad.
Es un problema que genera un silencio atronador, ya que está presente en las familias, hogares, sociedad, en el consultorio y en el trabajo.
Es necesario generar conciencia, advertir el problema e ir creando caminos de prevención y de bienestar para las personas que viven con obesidad y para la comunidad. Solo podemos cambiar aquello que conocemos. Con un involucramiento mayor es posible agilizar y articular estos caminos, y que tengan un impacto abarcativo.
La obesidad es una situación crónica, compleja y multicausal, con carácter pandémico, que puede ser controlada. Tiene consecuencias en la salud en todas las áreas de la vida. Sin embargo aún en muchos lugares, el exceso de peso se considera un signo de prestigio. Este punto de vista, se refiere muchas veces a los niños.
Un niño con exceso de peso es probable que tenga la presión elevada para su edad, tiene también mayor riesgo de tener colesterol elevado y tendrá predisposición a la Diabetes, también existe una alta asociación con un comportamiento sedentario prolongado y con un bajo nivel de actividad física (AF) diario. Todo esto va generando un impacto metabólico.
Además tendrá más riesgo de tener obesidad al ser adulto, y de tener enfermedad cardiovascular o alguno de sus factores de riesgo.
En el mundo, hay más de 800 millones de personas viviendo con obesidad. Esto llevará de la mano al aumento de la Diabetes y la Enfermedades Cardiovasculares.
En Uruguay, en 2013, se encontró que el 65 % de la población adulta tenía algún grado de sobrepeso u obesidad. Estudios en otros grupos de edad mostraron una presencia alarmante de esta condición como el estudio de ANEP 2019 con cerca del 40% de los escolares del país con exceso de peso.
Si bien, la obesidad es un problema de salud, no siempre es concebido como tal y con frecuencia ocurre que, la persona con exceso de peso se siente incómoda, no toma la decisión de pedir ayuda para buscar modificar sus hábitos y así encaminarse hacia la solución del problema.
El primer paso es tomar conciencia y aprender que un cambio de estilo de vida es posible, también contar con ayuda, no estamos solos en ese camino.
Otro obstáculo que podemos encontrar es que, en ocasiones sucede que el equipo de salud no está preparado para ayudar de manera óptima.
En ese sentido, es tiempo de cuestionar algunas prácticas, las propias actitudes y dificultades para poder trabajarlo. Quizá también sea el momento de dar apoyo y capacitación especial a los equipos de salud, en el abordaje de éste tema; jerarquizando la importancia de la prevención con alertas tempranas, e intervenciones oportunas.
FUENTE: Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular