El pico que supera los 2700 casos registrados este lunes, sumado a que la nueva cepa del virus que está cobrando una oleada de fallecidos día tras día en Brasil, y las recomendaciones de toda la cátedra científica y de medicina para que se restrinja la movilidad, sobre todo de cara a la semana de turismo donde miles de uruguayos tienen los bolsos prontos para escapar de las ciudades, pone al gobierno en jaque.
Deberá tomar medidas fuertes que hagan dejar la frase de libertad responsable con la que se manejó hasta ahora, visto que la estrategia como tal no arrojó los resultados esperados.
Parte de la población sigue sin entender la gravedad de la situación, muchos hasta han abandonado los cuidados mínimos y otros se alista para salir en masa en semana de turismo a acampar por diversos puntos del país.
Con todo ese escenario y con la espada sobre la cabeza sobre la circulación de una mutación del virus imparable en Brasil, así como un rebrote de casos a nivel de la enseñanza, el presidente Luis Lacalle deberá tomar las decisiones que seguramente no sean las de su agrado, pero necesarias para enfrentar la nueva situación.
El concepto quédate en casa, que fue voluntario y acatado, hoy parece una opción más que necesaria, el punto es si vuelve a ser opcional o se aplica una drástica medida para su cumplimiento.
Esto dejará al Presidente en una posición no demasiado agradable, tener que volver sobre sus palabras que lo llevaron a ser ejemplo mundial cuando otros países ejercían de policía sanitaria.
Sin embargo su válvula de escape parece estar dada en sus propias palabras, para adelante que sea posible, para atrás, todo lo necesario.
Con una profundización de la crisis económica, fruto de la pandemia y otra yerbas, que asoma con fuerza, el gobierno deberá analizar también como soluciona la problemática de aquel que no puede quedarse en casa porque sencillamente no genera ingresos.
Lo cierto es que el Consejo de Ministros que se reunirá este martes develará alguna de todas estas incógnitas.