La gente te conoce como mentalista, ¿cómo definirías lo que haces?
Soy psicometrista, eso significa tomar un remanente de la energía de una persona, que puede ser una prenda, aunque yo lo hago a través de las cartas. La gente corta esas cartas, plasma su energía en ellas y tengo un método (que lo creé yo) que ordena el espectro de una vida.
O sea, pongo – por ejemplo – la parte social de esa persona, el cuerpo, el pensamiento, la parte de relaciones sentimentales, otros tipos de relaciones que no son sentimentales (pero que son parte también de la vida), y cuando hablo de todo esto con el consultante, seguramente van a quedar algunas preguntas.
Entonces vamos a profundizar sobre temas que le interesen a la persona. Pero básicamente, ya he hablado o percibido sobre el espectro de la vida, en forma global. El área familiar, social, laboral o profesional.
Pienso que la vida es como una obra de teatro: Tenemos un argumento, los personajes de la obra y tenemos también la escenografía donde se monta la obra, es decir el lugar, y el lugar es condicionante.
Ahora cualquiera de esas tres cosas puede cambiarse, por eso también hago mutaciones, pero no hablo de temas tan esotéricos como el nacimiento y la muerte, porque creo que están vinculados a la parte kármica de la vida de la gente y es poco lo que se puede hacer.
Si yo dijera a una persona que va a morir dentro de cuarenta años, va a pasar esos cuarenta años angustiada por algo que no puede cambiar. En cambio, hablo de todo lo que se puede modificar. Es decir, trato de aportar salidas, las opciones están allí, pero que no pueden verlas. Ahí es donde uno puede ayudar.
¿Eso que se hace a través de las cartas, se trabaja través de la energía de la persona?
Yo tengo la idea de que voy a un lugar atemporal, donde está el original nuestro, en otro plano y de ahí saco toda la información. Por eso hablo muy rápido, porque tengo la sensación de tomar agua o energía que se va perdiendo en el proceso y uno tiene que tratar de aportar la mayor cantidad de información. Siempre con la percepción y la intuición.
Sabemos que tenemos 5 sentidos físicos y un sexto sentido que es la intuición, que todos lo tenemos. La gente se equivoca mucho más por deducción, que es la parte más insegura del ser humano, que por intuición. Creo que el hecho es poder sintetizar en un tiempo el espectro de una vida y después profundizar en el tema que la persona viene a consultarme.
Se manejan dos tiempos. Uno que es el tiempo que dedico para poder percibir la vida de esa persona, como viene, cómo está, cómo va; y después la otra parte, que sería la profundización de los temas que trae esa persona y que la han movido a verme a mí.
Normalmente los seres humanos cambiamos por crisis, es muy difícil modificar sobre el libre albedrío, aunque lo ideal sería poder hacer los cambios cuando uno está bien.

En las consultas que recibís ¿cuáles son los mayores temas situaciones o problemas que preocupa a la gente, por lo que más te consultan?
Son muy dispares, pero todo lo que tiene que ver con el humor de las personas y como somos seres humanos, no a todos les vulneran las mismas cosas. Hay personas que tienen más baja autoestima y les afecta mucho los abandonos, el tema de que una relación se termina y realmente no saben cómo hacer.
Yo explico que una relación termina porque hay un tiempo de uno que se terminó y el tiempo del otro todavía no, entonces queda ahí algo suspendido, yo creo que para mejorar eso, se tiene que mejorar la perspectiva de su de su propia autoestima y sentir que la dicha no es una cosa importada, de otro hacia uno. Tiene que ser una cosa generada por uno, para después compartirla con el otro. Pero, es muy difícil entenderlo de esa forma, la gente hace dependencias y apegos.
Nosotros tenemos una sola vida y no es muy larga, así que realmente hay que aprovechar nuestro tiempo en todo su funcionamiento y escuchar nuestra voz interior. Seguramente a través de los cambios que podamos tener con los lugares, por ejemplo.
Si bien vivís mayormente en Argentina, sos uruguayo. ¿Trabajás aquí en el país?
Bueno, yo nací en Uruguay, pero es el único lugar donde no trabajo. Yo no tengo gente acá. Trabajo desde aquí, pero con gente de todo el mundo, también atiendo mucho a los argentinos. Pero me parece que fue algo que determiné, como que reservo este lugar para venir de vacaciones.
En un momento dado si, alguien busca un cambio en un área de su vida ¿qué importancia tiene el cambiar de país o de ciudad?
Muy importante, porque es el escenario donde uno está. Lo puedo simplificar con un ejemplo, esa planta, que está allí (señala una palmera) está muy bonita y si me da una hoja por año yo me pongo feliz. Esa misma planta en Brasil sería un árbol que acá no va a ser nunca.
El ser humano tiene libre albedrío para poder elegir su lugar y encontrarse desde ese lugar. En cada lugar encuentra una arista diferente y una potencialidad creativa distinta.
Es como mirarse a un espejo de aristas diferentes, para empezar a descubrir distintas cosas de uno, que tienen que ver con aspectos diferentes.
Cuando me fui de Uruguay, era comerciante, tenía veinte años y una fábrica de prendas para niños. Me fui a Argentina, hice cursos allá, estudié con los mejores, soy profesor de parapsicología cultural, tengo una licenciatura, hice muchas cosas después de mi partida.
Así que el lugar me parece una cosa muy importante para potencializar tu energía de cambio y para aprender de uno mismo, escuchar tu voz interior.
Uno, a veces, se queda en un lugar, por apego, porque el lugar es a veces un territorio tibio, no está bien ni mal, pero así puede pasar toda su vida.

¿Es la intuición lo que a uno lo hace elegir un determinado lugar?
Sí es algo intuitivo. Cuando vos elegís un lugar, es porque allí tenés que ir a buscar algo que te completa. Yo tengo lugares a los que vuelvo porque siento que en cierta forma pertenezco a allí. Eso me pasa con Punta del Este.
Estuve acá por primera vez cuando tenía catorce años, y tengo una foto sentado en la plaza, sentí que yo tenía que estar acá, que tenía que tener algo acá y siempre me persiguió esa idea. El interés por este lugar, el agua, que en realidad, es una corriente energética fantástica. Nosotros somos setenta y cinco por ciento de agua, igual que el planeta y a mí me despierta toda una cosa creativa el mar.
Así que los lugares afectan a la gente y la gente afecta a los lugares, porque nunca van a ser iguales que antes, porque uno los modifica también con su propia energía.
¿Así como los sitios nos influyen, también el contacto con la energía de otros seres humanos nos afecta?
Si totalmente. A mí siempre la gente me deja algo. Yo he viajado mucho y en mis viajes he podido verificar eso. Soy muy observador y evidentemente la percepción es una hiperestesia de un sentido.
Como te decía, tenemos cinco sentidos físicos, un sexto sentido, que es el de la percepción, que muchas veces uno no sabe cómo describir y lo asociamos con el sentido físico. Es cuando escuchamos decir a alguien: “esto me huele mal”, “No veo este negocio”. Es asociar algo que nos pasa a nosotros desde la intuición, con un sentido físico. Pero llega a través de esa intuición y no sabemos determinarlo o definirlo.
A través de la energía de uno, no solamente podemos armonizar lugares, sino que también podemos armonizar personas. Todo lo que tiene energía se afecta con otra energía.
Yo he suspendido consultas, por no sentirme bien un día y no tener esa capacidad de poder dar. Soy fiel a la ley de causa y efecto, una de las leyes kármicas.
Escuché una vez que el ser humano es multidimensional, que no somos solamente este cuerpo que vemos o hay algo en nosotros que es intangible, ¿Qué opinás sobre esto?
Hay algo en nosotros que es atemporal. Por eso en cierta forma “viajamos” hacia un original nuestro en otro plano, que es el que tiene toda la información. Y de allí las “premoniciones” o percepciones que tenemos. Ahora, creo ese original no es solamente mío, sino que es global. Es un macrocosmos con un microcosmos, como si fuera un mar y cada uno de nosotros pequeñas gotas de ese mar, en nuestra pequeña gota tenemos todo el compuesto de sabiduría y de elementos atemporales que tiene el todo. Creo que desde ahí nosotros podemos aportar.
Por otro lado, creo que a veces atribuimos a la casualidad cosas que no son casuales y si somos observadores nos damos cuenta de que todo está relacionado.
Así que absolutamente creo que los seres humanos tenemos algo atemporal, que estamos fundidos en un todo y que de esa forma tocando un hilo, una fibra íntima de uno que se conecta con el otro, es como se puede generar un cambio en el otro, que es lo que yo hago.
¿Crees en Dios, o en un Ser Superior creador de todo?
Creo que el ser humano es algo tan maravilloso y tan perfecto porque venimos siendo imagen y semejanza de algo superior.
Además, creo que tampoco somos de acá, somos como importados y lo peor es que estamos haciendo estragos con el planeta, lo estamos destruyendo, somos como parásitos. Solo basta mirar lo que hicimos en los últimos 100 años, inventamos los aviones, los motores a combustión, en fin, todo lo que está destruyendo la naturaleza. Y por eso el planeta se defiende, y cuando veo erupciones de volcanes, o tsunamis, siento que es un efecto o represalia que toma el planeta por todas nuestras acciones que lo están afectando.
¿Cómo te conecta la gente si quiere tener una consulta con vos?
Para llegar a mí tienen que hacerlo por una recomendación. Yo no hago publicaciones en revistas, solo recibo gente de esta forma. Además, prefiero no conocer nada de la persona, pero si viene con una recomendación llegan con más apertura, más confianza.
¿Esta profesión y este don que tenés te dificulta las relaciones personales, o con la familia?
No, para nada, porque vivo las áreas totalmente separadas. Soy muy relajado y aparte, uso mi percepción para mí, confió en cierta gente y en otra no.
Muchos dicen que las crisis nos ayudan a cambiar, pero ¿son las crisis el mejor momento para hacer cambios?
Yo creo que no. Para mí el momento de hacer un cambio es cuando estás bien, justamente adelantándote a una crisis.
Porque cuando estás mal, te sentís hundido, tenés que salir a manotazos de ahogado. No podés planificar, ni ver con claridad.
Por ejemplo, en una función de tipo laboral, uno en un principio tiene desafíos, objetivos que desea superar. En algún momento se da cuenta que está estancado, que el techo está cerquita.
Entonces, ahí es un tiempo ideal para poder cambiar y probar otra cosa. La vida es tiempo y el tiempo es muy limitado. Vale la pena vivirlo, jugar esto como si fueses un cuadro de fútbol. Hay veintidós en la cancha y un millón que miran, pero en algún momento tenemos que jugar el partido, meternos allí. El riesgo nos hace ser diferentes, tener una vida un poco más entretenida y sacarle un poco más de jugo.

¿Qué consejo le darías a una persona que quiere cambiar algo en su vida, de su vida?
Primero que rompa los apegos, porque son en definitiva una de las cosas que nos hacen repetir asignaturas y no nos dejan pasar de nivel. Y hay gente que constantemente está “reprobando”, porque sigue con la misma postura. Así que el primer consejo tratar de buscar la forma de perder los apegos, escuchar la voz interior y encontrarse con uno mismo, porque vos sos la persona con la que vas a vivir y a estar cada momento hasta el fin de tus días.
También entender que la dicha no es una cosa que se importa, es algo que se genera desde adentro, cuando es real.
Las personas llegan a nuestra vida por una determinada razón, algunos se quedan y otros no. Y los que se quedan, lo hacen hasta que tienen vida, luego, al morir también nos “dejan”.
Hay que entender y aceptar que nada es eterno, todo es por un tiempo y todo nos deja algo. Si lo miramos desde ese punto de vista es muy constructivo.
Ya cerca del fin de año, una época donde todos enviamos buenos deseos a los demás ¿cuál sería tu deseo para el próximo año?
Yo soy muy individualista, porque siempre trabajo con una sola persona. Y cada persona es diferente, pero pensando en algo más global yo desearía primeramente paz. Hay palabras que para mí contienen una fuerza y energía mágica y una de ellas voluntad. Creo que la fuerza de voluntad es algo maravilloso, que a través de ella se logran cosas increíbles, pero hay que ejercitarla y la otra es la ética.
Finalmente, pienso que tener paz interior es el principal deseo, porque sentirse en paz es la cosa más parecida a la felicidad, ya que la felicidad es como grandes llamaradas.
Para lograr tener paz tenemos que tratar de descubrir ese misterio que tenemos dentro, como seres multifacéticos.
Debemos dejar los miedos atrás estar totalmente abiertos a todas las posibilidades, en todos los sentidos, no aferrarse a una idea de forma rígida.
Como decía Manuel Machado en uno de sus poemas “Que las olas me traigan y las olas me lleven y que jamás me obliguen el camino a elegir”.