¿Cómo surge la idea de Mujeres A Contracorriente?
Es una asociación sin fines de lucro cuya misión es proporcionar a las mujeres una red de apoyo y cooperación, fomentando la generación de herramientas de desarrollo personal y profesional.
Por eso creamos proyectos de intervención y acción que impulsan la igualdad de oportunidades para todas.
Somos una gran red, que uniendo el trabajo con los diversos saberes de cada una, sumamos para apostar a una sociedad un poco más justa. Trabajamos juntos, el área pública y la privada, para promover los cambios que las mujeres necesitamos.
¿Qué sentís hoy, al ver todo lo que se ha logrado con la asociación?
Siento mucho placer y mucho gusto. Me emociona porque cuando uno va viendo el trabajo de otras mujeres que van saliendo adelante, reconforta.
Muchas mujeres llegan a nosotras con la urgencia de “parar la olla”, entonces es maravilloso ver el crecimiento a través de una habilidad que tienen, o algo que se aprendió hace mucho tiempo, pueden salir adelante y tener un proyecto personal. Por eso hay que ser conscientes de la importancia de la capacitación continua.
Iniciamos este proyecto en el año 2013, son varios años y desde el 2017 somos una asociación civil sin fines de lucro.
También trabajan en El Despertar, ¿en qué consiste este proyecto?
Despertar lo generamos a partir de una situación que llega en plena pandemia. Apunta a ayudar a trabajadoras sexuales que quieren un cambio de vida. Si bien es un tema de muchos años y hay una ley que establece el trabajo sexual, creíamos que darles únicamente alimentos para paliar una situación determinada no era lo único que queríamos dar. Entonces dijimos: vamos a ver qué podemos hacer y nació El Despertar. Este es un programa de fortalecimiento que consta de tres fases. La primera es corroborar que la persona quiere realmente dejar ese trabajo, creemos en la libertad de elegir.
Aportamos el conocimiento de muchas otras mujeres que apoyaron en esto; asistentes sociales, sexólogas, psicólogas, abogadas. Es muy importante el equipo multidisciplinario.
Así que tenemos una fase primera, que sería un tronco común que es el fortalecimiento de la autoestima, de la sexualidad, de los derechos y de los deberes que también tenemos las mujeres. Ahí entra la reconversión, el cambio a un trabajo que no es el que están acostumbradas.
Después empezamos con todas las capacitaciones, porque hay que transformar, hay que cambiar muchas cosas, enseñarles y potenciarlas en sus puntos fuertes.
Son mujeres que muchas veces han sido truncadas en su deseo de estudiar, de salir adelante por una situación determinada. A veces la gente piensa “hacen eso porque les gusta” y no es así, ninguna mujer lo hace porque le gusta, lo hacen por necesidad. Este es un tema que nosotras como mujeres tenemos que comprender: nadie hace algo porque sí nada más. Siempre hay una explicación y situaciones detrás. Muchas llegaron a ese trabajo porque no tuvieron apoyo y ese apoyo es lo estamos dando nosotros.
Son mujeres que tienen la voluntad de salir, entonces quieren buscar y tener la posibilidad de estudiar otras cosas, tienen proyectos, tienen sueños.
Ahí empezamos a trabajar viendo cuáles son las necesidades de ellas, lo que quieren, que desean estudiar. Iniciamos con el acompañamiento psicológico multidisciplinario, para que puedan empezar a trabajar y mantener un estudio.
Hay mucho prejuicio y mucho tabú con este tema, pero sabemos que también hay muchas mujeres, mamás, hijas, jóvenes que quieren colaborar con ellas.
Creemos que es el momento de darles una mano, porque creo que a todos en algún momento, alguien nos ayudó.
La segunda fase del año es con mujeres que salieron del trabajo sexual. Ya tenemos trece mujeres en esta situación (de treinta que se inscribieron) y este 2022 comenzarán a trabajar y estudiar con las becas, que también hemos conseguido de distintas instituciones amigas, para que puedan seguir estudiando.
Es una satisfacción, por eso digo que es emocionante ver todos los aspectos, porque quizás no todas están en el programa El Despertar, otras llegan por PROFEM, y aunque no parezca las realidades son muy similares.
¿Cuál sería la apuesta para este 2022?
Que seamos un poco más solidarios, pero no de la boca para afuera, sino tener empatía, ponerse en el lugar del otro y ser un poco más sororo. No criticar tanto, no hablar tanto. Yo trabajo mucho el tema de voluntariado. Nosotras somos voluntarias, tenemos nuestro trabajo y queremos ayudar a estas mujeres e invitar a todas las personas que nos ayuden y realmente es un gran compromiso que tenemos, el trabajo con el otro.
Una aspiración que tengo, es que seamos mucho más compañeras las mujeres entre nosotras, que seamos más de lo que quizás muchas somos, que lo podamos visualizar a las nuevas generaciones y esto es: “seguime para que yo también te pueda seguir”.