El presidente del PIT-CNT a expresó que en Uruguay, alrededor de 550.000 personas tienen empleos en los que ganan 25.000 pesos, es decir “salarios sumergidos, salarios de hambre”, y remarcó que representan aproximadamente un tercio de la población económicamente activa.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) realizó un conversatorio titulado “Diálogos para el futuro de Uruguay: El futuro de la producción y el trabajo en Uruguay: condiciones actuales, desafíos presentes y perspectivas”.
El evento se llevó a cabo en el edificio del MERCOSUR en Montevideo y contó con la participación de Marcelo Abdala, presidente del PIT-CNT; Pablo Mieres, ministro de Trabajo y Seguridad Social; Verónica Amarante, economista de la Universidad de la República; Sebastián Pérez, representante de la Cámara de Industrias de Uruguay; y José Manuel Salazar, secretario ejecutivo de la CEPAL en Santiago de Chile. También estuvieron presentes Pablo Ruiz Hiebra, coordinador residente de las Naciones Unidas en Uruguay y Rodrigo Goñi, diputado por el Partido Nacional.
Marcelo Abdala expresó que los problemas a resolver en América Latina y Uruguay son heredados del siglo XX y se entrelazan con desafíos del siglo XXI. Afirmó que, a menos que Uruguay se enfoque deliberadamente en diversificar su base productiva, no habrá manera de mejorar las condiciones laborales en el país.
En cuanto a las formas de manifestación de una crisis de base productiva e inserción internacional dijo que en el segundo trimestre del año la tasa de actividad se situó en 63,2%, la tasa de empleo en 58,7% y la tasa de desempleo en 8,57% (casi 160.000 personas); y la informalidad ronda un 20%. Abdala detalló que en casi 1.7 millones de la población económicamente activa, la desocupación en los hombres es del 7,5% y en las mujeres trepa al 9,8%. La desocupación para los menores de 25 años es de 26,2%; y 549 mil personas ganan menos de 25.000 pesos, lo que representa un 33% de la población económicamente activa; es decir, se trata de “salarios de hambre, salarios sumergidos”.
El dirigente de la central única de trabajadores también se refirió a que existió un “estancamiento del crecimiento del PBI per cápita”. El crecimiento promedio anual de 2005 a 2009 fue de 5,7%, el crecimiento promedio anual entre los años 2010 y 2014 se ubicó en 4,4%; y el crecimiento promedio anual entre 2015 y 2019 en 0,5%. Además, aseguró que “entre los años 2015 y 2019 se destruyeron alrededor de 50.000 empleos”.
Asimismo, se refirió a la participación del empleo, según sector de actividad en los primeros semestres de los años 2019, 2022 y 2023. En tal sentido, dijo que la mayoría de los sectores sufrieron una disminución pronunciada en 2002 con respecto a 2019, recuperándose paulatinamente en 2023. Aunque los más afectados fueron los sectores: “Alojamiento y restoranes” (que pasó del 4% en 2019 a 3,5% en 2022 y a 3,3 en 2023; y el “Doméstico” (que pasó de 7% en 2019, a 5,6% en 2022 y 5,5% en 2023).
Abdala señaló que la industria manufacturera pasó de ser el 17% en el 2005 al 13% en la actualidad.
Por otro lado, se refirió a aspectos teóricos, como el fenómeno de la dependencia en el siglo XXI, las cadenas de valor transnacionales, el cambio en la composición orgánica del capital como fuente de productividad y desarrollo desigual. Abdala hizo referencia a la Ley de Anthony P. Thirlwall, especialmente en lo que concierne a que “el crecimiento del PIB a largo plazo depende de la elasticidad del ingreso de la demanda de exportaciones en comparación con la elasticidad del ingreso de la demanda de importaciones”.
Hizo referencia a la canasta exportadora del año 2022, señalando que el 81% correspondió a Productos Intensivos en Recursos Naturales (PIRN). “Para nosotros, este es el punto que hay que resolver, porque, si no, siempre vamos a tener pobreza, asentamientos, déficit fiscal y problemas de generación del ingreso para sostener una sociedad”, aseguró Abdala.
Dijo que el total de las exportaciones de bienes fue de 13.3 mil millones de dólares y el total de las exportaciones de servicios se ubicó en 5.4 mil millones de dólares.
Entre las conclusiones, Abdala mencionó la importancia de la política de industria ya que el mercado solo no resuelve, destacó la necesidad de crear Comités Productivos Sectoriales y apuntar hacia un nuevo modelo de acumulación.
El dirigente sindical mencionó la necesidad de realizar compras públicas «con responsabilidad». También destacó la importancia de la que inserción regional pro América Latina – MERCOSUR como complementación productiva intra-industrial