Daysi Iglesias, consejera de ANEP-CODICEN, visitó el departamento de Maldonado, y manifestó a la necesidad imperiosa de implementar medidas preventivas. Durante una encuentro con integrantes del equipo del Plan Piloto de Prevención y Tratamiento de Adicciones “INTEGRA” de la Intendencia de Maldonado se delinearon acciones dirigidas a la salud y el bienestar de los jóvenes, especialmente aquellos en el ámbito de la Educación Secundaria.
La jerarca destacó la importancia de los recursos con los que cuenta la Intendencia de Maldonado, incluyendo equipos especializados y talleres, pero subrayó la necesidad de agilizar la implementación de estas herramientas debido a la gravedad de la situación: «Existe una problemática social que necesita de soluciones, y una de ellas es el camino de la difusión educativa y la prevención», afirmó.
Darío Pérez, coordinador del Plan Piloto de Prevención y Tratamiento de Adicciones INTEGRA, enfatizó en la relevancia de la prevención para evitar que los jóvenes caigan en el consumo de sustancias: «Hay que tapar el pozo antes de que se caiga el muchacho», expresó, en referencia a la necesidad de actuar antes de que los problemas se agraven. Además, subrayó que los desafíos no se limitan al consumo de drogas, sino que también incluyen situaciones de violencia, lo que complica aún más el panorama para la juventud.
Como parte de los esfuerzos, ANEP-CODICEN comenzó a trabajar con liceales de San Carlos, formando grupos de trabajo que buscan poner freno a la expansión de este problema. Iglesias mencionó que estos estudiantes ya recibieron charlas orientadas a la prevención, y se conformaron grupos cívicos que operarán en conjunto con familias, docentes y alumnos para enfrentar esta problemática.
Además, se anunció la realización de una próxima charla sobre los riesgos de las bebidas energizantes en niños, a cargo de un médico del equipo de CODICEN, como parte de las iniciativas para educar y proteger a los jóvenes.
Por su parte, el equipo INTEGRA inició un trabajo focalizado en los jóvenes de los primeros años de liceo y UTU, entendiendo que es una etapa clave en la formación de la personalidad y que, por ello, es crucial que los adolescentes comprendan los peligros a los que pueden estar expuestos.