La Intendencia de Maldonado se reunió con decenas de trabajadores que se desempeñan como “playeros” durante la temporada de verano y apuesta a garantizar el uso público de la zona costera.
En ese sentido, la directora de Medio Ambiente, Bethy Molina, explicó que se dialogó acerca de la normativa que establece un límite máximo de tres sombrillas y seis sillas abiertas sin ocupantes por edificio, complejo turístico o parador. «Nuestra playa es pública y debemos garantizar su uso público», afirmó.
La regulación, vigente desde hace varios años, redujo recientemente el número permitido de sombrillas abiertas de cinco a tres para adaptarse al aumento de edificios y visitantes. Sin embargo, se permite flexibilidad en situaciones donde los playeros estén desarmando sombrillas desocupadas, al momento de los controles.
Molina también subrayó la importancia de mantener una distancia mínima de 10 metros desde la rompiente para facilitar el tránsito libre por la playa. Cuando las condiciones naturales lo dificultan, se debe garantizar un espacio suficiente para que los usuarios puedan caminar por la arena sin obstáculos.
Los playeros cuentan con el respaldo de la Intendencia para hacer cumplir la normativa, incluso cuando ello implique rechazar solicitudes de propietarios que contradigan las reglas. Además, las inspecciones serán activadas principalmente en respuesta a los reclamos de la población, quienes generalmente son quienes reportan la falta de espacio debido al exceso de sombrillas abiertas.
Finalmente, se recordó que todas las sombrillas deben estar identificadas con el nombre del edificio al que pertenecen, lo que facilitará el control durante la temporada. Molina destacó que estos encuentros fortalecen el trabajo conjunto y solicitó la colaboración de todos para asegurar que las playas sean disfrutadas de manera equitativa y responsable este verano.