El casero de la isla, Luis Rodríguez, fue entrevistado por Portada y habló sobre el funcionamiento de la misma durante los 365 días del año.
“Es muy agradable el trabajo, desde que te levantas, te pones a cortar pasto, barrer y aunque son tareas laborales, el entorno natural es muy lindo”, explicó.
Luis y su esposa viven en la Isla Gorriti durante todo el año, viajan a Maldonado una vez a la semana para ver a su familia, pero su vida cotidiana está arraigada al mantenimiento del icónico lugar.
Si bien el paisaje es inigualable, también tiene sus dificultades, especialmente los días de tormentas: “acá no es lo mismo que la ciudad, hay mucha carga eléctrica y viento en esta zona”.
Consultado sobre las precauciones que deben de tener con los fenómenos meteorológicos anteriormente mencionados, contestó: “tratamos de no andar mucho en el monte porque caen ramas y gajos de los árboles, nos encerramos en casa y nos mantenemos adentro esperando que todo pase”.
Luis destacó la afluencia de grupos familiares y turistas que visitan el lugar, especialmente los días con temperaturas agradables.
“En verano es impresionante, no dan abasto las barcas para ir y venir desde Punta del Este”, afirmó.
Los visitantes recorren la isla a su gusto, disfrutan de la naturaleza y se guían por las señalizaciones colocadas cada pocos metros.
“No se puede hacer fuego y no pueden venir con detectores de metales”, subrayó.