Apodado “El Chino” Erode Ruíz es nacido en el departamento de Cerro Largo. En Melo, y con otros dos hermanos, vio quedar sola a su madre y con solo 14 años la ayudó a salir adelante con el hogar.
Es policía por vocación y quedó entre los 50 seleccionados, de más de 400 que se presentaron, para lograr una beca que le permitiese venir a Montevideo a estudiar en la Escuela Nacional de Policía. De allí no se movía ni los fines de semana, porque tenía techo y comida. Caminó mucho las calles de Montevideo y tiene presente que allí se aprende mucho.
Tuvo cuatro hijos, hoy con el paso del tiempo confiesa que no fue un padre presente y la policía fue su familia. Sin embargo, quiere ser un abuelo presente y en eso trabaja también.
Le gusta tomarle el pulso a la realidad, por eso es quien hace los mandados en el hogar, habla con los vecinos y escucha mucho. Maldonado lo abrazó nuevamente cuando creyó que el retiro había llegado para él y por eso tiene el compromiso de no fallar.
Ha sido el policía que más años estuvo en diversos cargos. Fue jefe de policía de 5 departamentos y atravesó seis gobiernos a lo largo de su carrera, todos de distinto signo político.
En una profesión de luces y sombras, recuerda con pesar cómo lo involucraron en un lugar en el que no estuvo.
Cuando se dieron los penosos episodios del ex hospital Filtro, que debían dar cumplimiento al mandato judicial de extraditar a varios etarras (durante el gobierno de Luis. A. Lacalle Herrera) le tocó custodiarlos hasta el aeropuerto y garantizar su salida. Sin embargo, lo señalaron como partícipe de la represión desatada esa noche del 24 de agosto cuando él estaba en otro lado. “Pensé ir a la justicia a limpiar mi nombre, pero después dejé quieto”, confiesa al recordar los episodios de aquellos años.
Cuando fue jefe de policía de Montevideo se reunió con el ex director de convivencia ciudadana, Gustavo Leal, hecho que le costó el pedido de renuncia por parte del ex Ministro Jorge Larrañaga. Asegura que no habló nunca del tema por respeto al presidente Luis Lacalle Pou y también a la familia de Larrañaga a quien respeta. Hoy sostiene que cuando el Ministro pierde la confianza hay que irse.
El ofrecimiento de volver a Maldonado lo tomó por sorpresa y no dudó en responder. “Si pensaba capaz que no volvía” asegura. No le gusta ponerse plazos, pero está comprometido en mejorar la seguridad de un destino del que sabe, es generador de divisas gracias al turismo.
Asegura que no pedirá más efectivos porque hacerlo significaría una pulseada con el Ministerio del Interior sabiendo de antemano que no hay vacantes.
En entrevista con RETRATO HABLADO, el flamante jefe de policía repasa su trayectoria.