Nació en Montevideo, concretamente en la Aguada y luego se mudó al barrio Cordón.
Siente que tuvo una infancia feliz, rodeado de afectos, lo que contribuyó a formar su base sólida para la vida.
Era de los que tenía muchos amigos, aunque no era de jugar al fútbol.
Si cierra los ojos vienen a él recuerdos de una casa de puertas abiertas donde la cocina, en manos de su madre y su abuela, mandaban en el día a día. Allí creció, entre recetas, mesadas y olores como el tuco o el pan casero.
Estudió piano e idiomas y soñaba con ser abogado, pero también se apasionaba con la política.
Sin embargo, decidió que no podía estudiar derecho cuando había en el país una dictadura de hecho.
Así llegó a estudiar a Europa. Cuando retornó le dijeron que lo que había estudiado no le servía para nada y fue así que emigró hacia Argentina, país al que recuerda con mucho cariño y señala que le debe todo. Estuvo 18 años hasta que su madre, cuando todos pensaban que partiría, le pidió que regresara al país.
Aquí hizo carrera. Con la experiencia adquirida tuvo su primer trabajo en Punta del Este y finalmente en Montevideo adquirió el restaurante “El Panorámico” en el piso 24 de la IMM.
Para promocionarlo llegó a Radio Sarandí y fue la puerta que le dió el ingreso a los medios de comunicación.
Vendrían de la mano la televisión y sus programas propios, primero grabados a bordo del Luciano Federico y luego en Canal 5 y Canal 10.
Sus almuerzos son un clásico hace décadas. Su crecimiento en la pantalla lo expuso en una sociedad que, de la mano de una minoría, lo señaló con el dedo y lo discriminó.
Si bien lloró a solas, se miraba todos los días al espejo y repetía la misma frase, “conmigo no van a poder”.
En ese momento llegaban cartas a los medios de comunicación donde trabajaba y llegó a perder 30 clientes.
Reconoce que el Uruguay avanzó, señala que los cambios culturales se hacen con acciones concretas, y es con educación y cultura que se cambia, dado que no basta con el marco legal.
Vivió la fama con cierto espanto, pero luego entendió que la pérdida de esa privacidad era compensada con el afecto de la gente.
En su rol de panelista defiende sus ideas. Es militante del Partido Nacional desde que tenía 18 años y hace unos cuantos que decidió no vivir de forma vergonzante su filiación política.
Su padre partió sin que él pudiera decirle cuánto lo quería, pero al repasar su vida no tiene pendientes con ella.
Apostó por el amor y encontró en Horacio, con quien lleva 28 años, al hombre al que define como su sostén, su compañero, amigo y amante, de quien valora haber renunciado a todo para acompañarlo en un camino a su lado.
Es sinónimo de talento, es polémico, frontal y sincero, es Sergio Puglia, protagonista de un nuevo Retrato Hablado de Grupo Portada.