Pasaron casi 50 años, pero tiene impregnada en su memoria el estruendo, las llamas, el humo y el terror de las tres bombas que detonaron en su casa con el único objetivo de la dictadura militar de matar a sus padres y su familia.
Recuerda que sintió impotencia, pánico y miedo al verse descalza y de camisón entre los escombros que habían quedado. Más adelante vendría la detención de sus padres y la tortura que sufrieron estando en prisión por ser afines a la izquierda.
Creció junto a sus hermanos distribuidos en casas de familia, de amigos o conocidos hasta que fueron liberados. Nunca habló de lo ocurrido en esos años por respeto a su madre, pero también por temor a que la despidieran de donde trabajaba. No se hablaba de ciertos temas en cierta época.
Siente un enorme orgullo por su madre (María Luisa Listur) quien se puso al frente de una serie de documentales llamados “voces de Canelones” donde describe el sufrimiento padecido por mujeres del departamento en años de dictadura.
Si cierra los ojos se retrotrae a una niñez que define como “preciosa”, de barrio, donde ir a la plaza a conversar o al río a nadar, estaban a la orden del día.
Eran tiempos de Santa Lucía, donde creció y donde atesora sus mejores y peores recuerdos.
Estudiaba ballet, inglés, guitarra, y casi sin saberlo, se preparaba para ser, desde muy joven, el rostro de uno de los canales de televisión abierta más importantes del Uruguay de los años 80.
Siempre quiso hacer teatro y baile. Empezó como modelo publicitaria y llegó a la tele cuando Jorge Denevi la propuso para sumarse a Telecataplum, al que recuerda como un programa de humor sano. Tenía 18 años.
Luego vendrían el Show del mediodía, Plop, y el recordado Cacho Bochinche. En este último, conducido por Cacho de la Cruz, encontró el amor y su razón de vivir, su hijo Santiago.
Con Cacho estuvo 25 años en tiempos en los cuales la relación era cuestionada por la diferencia de edad, y si bien confiesa que se separaron varias veces y volvieron, al final, el amor fue más fuerte. La ruptura definitiva fue lo que más le pesó.
Hoy, radicada en Maldonado, donde encuentra la paz, conduce su programa, Laura Contigo, da clases y estudia Tai Chi.
En un mano a mano con Grupo Portada, Laura Martínez repasa su vida en un nuevo RETRATO HABLADO.