Si bien es político por convicción y pasión, cuando el test vocacional le dio la orientación de derecho o veterinaria, optó por esta última.
Nació en Montevideo, su familia tenía campo en Paysandú y el contacto con la tierra es algo que hasta el día de hoy utiliza para oxigenar la cabeza.
Sabe que hay dos momentos clave en la vida de quien trabaja en el campo, el amanecer, donde aún es palpable el rocío y el atardecer, espacio obligado para la reflexión.
La política no llegó por tradición, porque su padre era votante colorado y su madre de la unión cívica, sino por admiración a la figura de Wilson en tiempos donde los casettes eran la vía para escuchar al caudillo que estaba exiliado.
Su niñez y adolescencia fue de muchos amigos, que aún conserva y de distintos ámbitos, al punto que cuando festejó su último cumpleaños de soltero en la casa de sus padres, su madre tuvo que hacer más de 300 panchos ante el importante número de las distintas barras que había invitado.
Era buen estudiante, pero sobre todo tenía buena memoria. En tiempos donde se hablaba mucho de política él era estudiante e integrante de CGU.
Un postgrado junto a Romeo Volonté, hijo del ex líder nacionalista Alberto Volonté, lo vinculó a ese ámbito político y fue su secretario de bancada y luego, a propuesta de Manos a la Obra, inspector general de trabajo.
Allí presidió más de 30 mesas tripartitas y conoció a los que hoy integran las planas mayores del PIT CNT y las Cámaras empresariales.
Su desembarco en el Parlamento le aportó la experiencia de ser electo dos veces diputado y una senador de la república.
Allí fundó Aire Fresco junto a Luis Lacalle Pou y trató de incidir desde esos tiempos, en minoría como oposición, aportando con proyectos de ley vinculadas a la comisión de industrias que integró y que fueron contemplados.
Visitaba las industrias de todo el país y escuchaba mucho.
Su estrecho vínculo con Lacalle Pou le valió ser nominado para la secretaría de la presidencia, donde permaneció 4 años.
Hoy tiene sobre sus hombros la responsabilidad de continuar el proyecto político y pisar el acelerador de las transformaciones.
El día que se conocieron los primeros casos de COVID, la primera muerte, las decisiones en momentos duros entre la libertad, no apagar la economía y al mismo tiempo cuidar la salud, son recuerdos que tiene grabados a fuego.
En el camino construyó familia junto a su esposa Leticia, con quien tiene tres hijos, con quienes a pesar de las extensas jornadas políticas ha tratado de ser siempre un padre presente y ellos han correspondido no facturando algunas ausencias.
El 1 de marzo de 2025 cumple 28 años de casado, y le tiene prometido a su esposa que será un festejo distinto, con mucha más gente que otros años.
En este Retrato Hablado, conocemos al hombre detrás del dirigente político. Álvaro Delgado, candidato a la presidencia.